BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


TEMAS

Francisco Javier Contreras Horta

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NUESTRA NECESIDAD DE SER

Todos tenemos una imperiosa necesidad de ser. Una necesidad tan grande como comer, como vivir. En realidad, el ser o no ser, equivale a vivir o no vivir; pero no todo lo que vive es. Ser, equivale a tener un lugar ante los que se ama, a gozar una individualidad: pero una individualidad que cuenta, que vale: nadie puede ser, y ser un don nadie.

Nuestro ego, nuestro yo interior, quiere ser aceptado, reconocido, respetado. Queremos tener un lugar, un espacio entre los demás. Estar seguros que contamos para alguien, que tenemos a quien importarle, Necesitamos sentirnos parte de una comunidad: llámese familia, equipo, grupo, barrio, colonia, etc. La batalla por realizarse, por ser o no ser, se sintetiza en la lucha por ser reconocidos, aceptados. Lo que el hombre busca no es dinero sino ser, pero cuando piensa que sólo con aquél podrá subsistir, entonces le da sentido a su vida, luchando por tener. Porque cree que sólo así podrá ser.

Si a un hombre pobre que se esfuerza por mejorar, le ofrecieran todo el oro del mundo, de tal forma que fuese el hombre más rico del mundo, pero se le pusiera como condición vivir aislado, en un lugar lejano, donde no hubiera nadie que lo viera; nadie que se admire de lo que tiene, nadie con quien compararse, seguro que no aceptaría. ¿Para qué lo querría todo, si estaba solo? Preferiría ser acá modesto, pero tener un lugar en su comunidad: ser reconocido, si no por lo que es, al menos por lo que se esfuerza en llegar a ser.

Cuando una jovencita quiere estrenar un vestido bonito, ella quiere llamar la atención; quiere ser admirada, reconocida, tomada en cuenta; no quiere la vestimenta por ella misma, sino que quiere el traje, por la distinción que le confiere. Si el día en que se pone su atuendo bonito, llueve y no puede salir de casa, no estará contenta; porque aunque lo tenga todo el día puesto, sentirá como que no estrenó. Este es el mismo caso del hombre que quiere vestir bien, tener una casa con características que sobrepasan lo estrictamente necesario y tocan lo superfluo.

Cuando alguien se siente seguro de ser amado, reconocido, tomado en cuenta, entonces se preocupa menos por su apariencia y por los detalles. Cada persona que no ha sido suficientemente amada, busca afanosamente su lugar, busca ser, trata de imitar a los que cree que valen, de borrar su individualidad mediocre; se convierte en esclavo de las modas, de los estilos y hace lo que piensa que a otros les gusta, con el fin de agradarles, de ser aceptado entre ellos, de ser tomado en cuenta, de ser amado.

Todos tenemos una imperiosa necesidad de ser: de ser amados.


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