LA MONARQUÍA Y LA REPUBLICA

Amigo lector, ¿Sabe usted qué es una república? ¿Puede explicarse así mismo, por qué nuestro país es una república?

Apuesto a que sí, y estoy seguro que ambos coincidiremos en esto:

Todas las formas de gobierno, habidas y por haber, las podernos agrupar en dos grandes bloques: o parten del supuesto de que ante la ley todos son iguales o de que ante el derecho unos valen más que otros. Y no hay más de dónde escoger, llámese como se nombre el gobierno que preside a una nación o comunidad, si partimos del supuesto teórico de que ante la ley todos son iguales y tienen las mismas oportunidades, entonces estamos hablando de una república; si por el contrario, las leyes o el gobierno en funciones otorgan privilegios a unos en detrimento de los otros, entonces estamos hablando de otro tipo de organización que puede ser una dictadura o una monarquía, pero que por lo semejantes que son ambas en lo fundamental, las llamaremos monarquías.

Ante esto podemos concluir: hay dos tipos de formas de gobierno: monarquías y repúblicas.

Históricamente apareció primero la monarquía, cuando un grupo de personas dominó a otro y les dijo: Aquí están estas leyes para ustedes y acá están estas otras para nosotros; por ello podemos hacer tales y tales cosas que no deben hacer ustedes, y nosotros mandamos y ustedes obedecen, y nosotros tenemos privilegios y ustedes obligaciones y ustedes trabajan y nosotros nos la pachangueamos; y van a ver qué felices vamos a ser todos, si nadie rompe este orden establecido.

Y así, como ustedes se podrán imaginar, para que los hijos de los que mandaban siguieran haciéndolo, se trató de disfrazar el que este sistema había sido impuesto por la fuerza y se trató de legalizar lo ilegalizable, inventando justificaciones de que si la sangre, de que si la herencia, de que si mucha alcurnia; el caso es que se estableció que los que mandaban eran nobleza y esto se pasaba de padres a hijos y no había forma de quitárselos.

¿Y los que no mandaban? Ah, pues muy sencillo, ellos eran la plebe y yo qué culpa tengo de que hayan nacido así, y pos ni modo, qué le vamos a hacer. A seguir obedeciendo y trabajando duro, que al fin que nosotros no hicimos el mundo y no tenemos la culpa de que ustedes hayan nacido pobres, y etcétera, etcétera. Y como usted, amigo lector, se habrá dado cuenta, ya embarraron a Dios en el cuento de que si la nobleza y la plebe, con el pretexto de que cada quien nació en el lugar que le correspondía, y esa es la voluntad de Dios, y a callar.

Como nos habremos dado cuenta, la monarquía existió o existe en donde un grupo domina a otro por la fuerza de las armas o de la organización y se cuida de inventar costumbres, tradiciones o leyes que lo amparen y lo beneficien en detrimento de los demás. Para que los dominados no se rebelen se busca mantenerlos en la ignorancia y educarlos para la sumisión y la mansedumbre y sobre todo, por sobre todas las cosas, tratar de que no piensen por sí mismos; y a cualquiera que intente animarlos o capitanearlos para su redención, acusarlo de alborotador, de destructor de la paz mundial, de enemigo público y de que si las hilachas; total, darle chicharrón para que no dé lata, que a fin de cuentas, muerto el perro, se acabó la rabia.

Cuando a pesar de toda eso, aparecen personas que empiezan a pensar por sí mismas y le buscan la razón de ser de las cosas, acaban dándose cuenta de la falsedad de las verdades que les habían enseñado, y terminan instruyendo a los demás a pensar por si mismos. Cuando hay un grupo importante de personas que han abierto los ojos, deciden crear un sistema de gobierno más justo donde todos los hombres valgan lo mismo y se les reconozca como hijos iguales de un mismo padre; a esto se le conoce como REPÚBLICA.