BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


TEMAS

Francisco Javier Contreras Horta

Esta página muestra parte del texto pero sin formato.

Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP (266 páginas, 475 kb) pulsando aquí

 

 

 

 

 

EL HOMBRE: CURIOSIDAD Y OBSERVACIÓN

La curiosidad

EL hombre es por naturaleza curioso y observador:

Cuando niño, todo lo quiere tocar, conocer, investigar. No le importa si lo miran o critican. Tampoco le preocupa lo que esté haciendo o lo importante que sea su actividad; en cada momento en que se encuentra algo nuevo, se olvida de todo y se va a investigar su descubrimiento.

Cuando el hombre crece, empieza a tomar más en cuenta su medio y la posible crítica de los demás, y entonces frena su curiosidad natural, Al contener su curiosidad, al cuidarse de la opinión de los demás, el hombre se vuelve repetitivo de las actitudes observadas. Se cuida de hacer algo que de alguna manera pueda no ser bien visto por los demás, y se domestica: se vuelve uno más.

La sociedad, en cuanto te cohibe, en cuanto te impide desarrollar tus propias potencialidades libremente, en cuanto te impone cánones de comportamiento; te domestica, te hace de su casa y te convierte en un borrego; uno más en la manada, siempre en buscar de un pastor a quien seguir. Así el hombre que nació para ser héroe, para ser guía, para ser líder, se convierte en sólo un borrego, incapaz de hacer algo fuera de ‘‘la bola’’, incapaz de opinar en forma diferente.

Sólo personas con alto coeficiente intelectual y una misma proporción de sencillez y humildad se olvidan del mundo y dan rienda suelta a su curiosidad. Se salen de la manada —o nunca han estado en ella—, actúan por sí mismos y terminan siendo sabios, héroes, guías: hombres.

El miedo

El hombre muchas veces tiene miedo.

El miedo es una fuerza que puede paralizarte de terror o impulsarte a hacer obras titánicas. Es en sí una potencia colosal, una presión enorme que puede hacerte obrar de manera que nunca lo harías normalmente; puede reprimirte hasta sojuzgarte o hacerte explotar; y al explotar puede ser que la energía sea dirigida hacia algún lugar o a algún fin: puede ser contra la causa del miedo, real o aparente, o huyendo de ella.

El hombre tiene un verdugo y un enemigo: el miedo.

El miedo puede hacerte ver cosas que no existen, puede hacerte ver malas intenciones sin que necesariamente tenga que ser así. El miedo te hace ver enemigos donde no forzosamente los hay. El miedo es un obstáculo porque te hace ver problemas donde no hay y te agranda las dificultades hasta alturas insospechadas. El miedo es un vidrio empañado que no te deja ver bien, El miedo es una señal de alarma de un cuerpo cansado o mal alimentado. Un hombre presa del miedo es como un niño conduciendo un gran camión cargado.

Un hombre con miedo da tanto fruto como una tierra erosionada.


Grupo EUMEDNET de la Universidad de Málaga Mensajes cristianos

Venta, Reparación y Liberación de Teléfonos Móviles
Enciclopedia Virtual
Biblioteca Virtual
Servicios