6.5 La concepción de liderazgo en Avancemos y su influencia en la estructura.

En la definición de líder el 40% de los datos arrojados en las opiniones se centraron en declarar que “es el que expone con claridad sus ideas” ; “...es una persona que es coherente en su discurso y en su práctica en la organización” Otro tanto de encuestados prefirió dar más de un enunciado y junto a la anterior definición decían que “el líder es aquel que toma la vocería del grupo”, constituyendo el 20% de los datos.

El papel fundamental que cumplían los que ejercían el liderazgo de grupo, según el modelo del proyecto social y empresarial Avancemos, “era aportar al crecimiento y desarrollo de la cooperativa”; “[...] que no solamente conocieran el negocio financiero, sino que entendieran la construcción del proyecto Avancemos”; ello constituyó el 15% de los datos recogidos en las encuestas. Otros eligieron que era “enfocar el trabajo en función de los valores solidarios”, llegando estas opiniones al 50%. Algunos queriendo identificar los objetivos de la empresa solamente con el crecimiento, insinúan que el líder tenía como función el de “crear un sistema fuerte de captación y colocación del capital”. Es importante observar el tipo de escogencia de acuerdo al puesto que desempeña cada informante, pues evidencia su tendencia hacia los lineamientos tanto en lo político y económico como en lo social. Algunos tomaban lo “social como una forma importante en el desarrollo de la cooperativa”, e involucraban el liderazgo desde ésta lógica.

Dentro de la cooperativa Financiera Avancemos las personas más importantes en la estructura de mando, según lo nombrado por los informantes de las encuestas y entrevistas, eran las que marcaban el liderazgo en la institución. De acuerdo con estas mismas apreciaciones, mostraban y adoptaban aptitudes con la firme intención de cambiar de hábitos y costumbres. Ayudaban a construir y pensar la función de lo empresarial y su articulación a la construcción de una nueva Colombia.

En cuanto a la incidencia de los líderes en la dinámica y construcción del proyecto Avancemos en el ámbito nacional, se logró identificar que aquellas influencias tenían fuerza dependiendo de la zona o región. No había líderes de carácter nacional (a diferencia de la gerencia comercial), en la acepción tradicional del término. Existían pocas personas en la estructura que aportaban a lo nacional desde su mismo trabajo y con ideas que se transmitían en la línea de mando pertinente. Cada región tenía, en un momento dado sus líderes: “En el Valle del Cauca se siente bastante la presencia del liderazgo de los nacionales (se refiere fundamentalmente a la conducción estratégica), ya en Cundinamarca o Antioquia la incidencia desde lo nacional se siente muy poco y es asumida por otras personas de la zona misma”. [t.e.4] Existían otras apreciaciones que planteaban, que la influencia o poder generado por ciertos líderes no transcendía ni convocaba a toda la organización, por lo tanto “no había líderes en todo el sentido de la palabra […] yo no identifico hoy, en la base social líderes”. A su vez se planteaba que se estaban formando, ya que el modelo socio-empresarial con que se estaba desarrollando la cooperativa permitía crear espacios de cualificación en las personas.

[…] yo creo que se están formando […] porque líderes propiamente dichos no hay los suficientes, pero si existe la mentalidad [t.e.1].

[…] de hecho en la actualidad hay un gran potencial de personas que llegarán a ser líderes de la organización y que se están formando con el objetivo y con la misión dentro de la cabeza [t.e.2].

[…] es posible que haya en las regiones gente que ha avanzado más pronto, pero que se destaquen a nivel nacional en la organización... todavía no [t.e.10].

[…] no hay líderes, aquí no hay líderes, tenemos gente con mucho potencial de líder, que maneja el discurso social pero que todavía no se comprometen, verdaderamente, en alma y corazón, con la financiera [t.e.3].

Con el objetivo, precisamente de formación de líderes se impulsó en su momento una escuela de formación de liderazgo que se conocía con el nombre de Nueva Escuela. Esta experiencia era toda una sensibilización hacia el nivel de compromiso sobre el proyecto corporativo Avancemos.

El líder, tal como se concebía dentro de la estructura organizacional de Avancemos, era aquel que tenía una concepción integral de los procesos que se gestaban y se reproducían al interior de la misma. Era aquel que se manifestaba consecuente colocando en práctica lo anunciado. Este concebía el dinero como un medio para lograr una calidad de vida de toda la base social de la cooperativa. Se involucraba desde su conocimiento y su saber; desde su forma de asumir la vida y los conflictos; desde su forma de sentir y relacionarse con su medio. En fin, era aquel que lograba identificarse con los principios de la visión corporativa, y trascendía a la construcción de un modelo de sociedad en la que los postulados solidarios eran el marco de referencia.

Su dinámica laboral estaría construida desde todos los procesos de la organización y sería articulada a dinámicas colectivas. Tendrá por eso el conocimiento de todas las áreas y manejará desde los conceptos y su aplicabilidad de lo técnico hasta lo social en su relación con el desarrollo del entorno al cual se insertan él y la cooperativa.

Desde esta lógica podemos anotar que el liderazgo no tenía la misma acepción que en otras organizaciones. En este escenario organizacional el líder no era la persona que sobresalía en imagen y en resultados económicos. Era aquella que influía acompañando desde la base en todos los procesos de construcción del modelo Avancemos con una clara concepción de transformación social.

Otro elemento que es de resaltar en este análisis fue lo relacionado con la teoría versus práctica. Esta denotaba una visión un poco más amplia del concepto de liderazgo. Era claro que las instancias que lideraban, en el campo teórico, una propuesta de desarrollo articulada a la base social como lo eran la gerencia comercial y el departamento de desarrollo social, de por sí, y por ese solo hecho de tener un discurso bien estructurado, sus responsables eran catalogados como lideres en la cooperativa.

Pero no era suficiente que los líderes sepan que hay que hacer y tengan claro lo que van a construir (la visión de desarrollo) o la acción apropiada a tomar. Era necesario que sean capaces de llevar a la práctica organizacional las decisiones emanadas de lo pensado, de lo enunciado verbalmente. “El mando (o dirigente) que no tenga el juicio o la percepción necesaria para materializar las adecuadas decisiones, adolece de falta de visión” decía un antiguo estratega chino.

Aquel que conozca lo que es correcto, pero no puede llevarlo a cabo, falta de todos modos, puesto que es inefectivo y por ende no se le puede llamar líder. Lo que subyacía en el ambiente laboral y de la base social de Avancemos era la falta de “concreción de todo lo bonito que se dice.” La concepción de liderazgo necesariamente tenía que reafirmar en la escena empresarial el carácter social de la cooperativa.

“Muchas de las personas que lo envilecen a uno con su discurso empresarial de transformación de la región no coadyuvan seriamente a su aplicación en la realidad de las regiones” “[...] hablan de lo social pero en la vida personal y hasta en lo laboral no son consecuentes con lo que dicen”.

Ello en buena parte explica la relación directa que debe existir entre el líder y su quehacer. El gran líder necesita estar capacitado para el logro de los objetivos nacionales y ser consecuente con lo que piensa en la actividad cotidiana de la organización