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LAS CASAS DE EMPEÑO EN CULIACÁN; UNA OPCIÓN DE FINANCIAMIENTO RÁPIDO

Mireya Coronel Leòn

 

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3.2.3. Estado emocional de las personas que recurren a los servicios de la Casa de Empeño.

La pregunta tres se fundamenta por que en Culiacán las personas no ven el empeño como una opción para financiar gastos de primera necesidad o urgencias imprevistas; es decir, la cultura del empeño no está bien desarrollada por cuestiones culturales, ideológicas, formación moral, entre otras, y se planteó la pregunta para conocer el sentimiento emotivo mezclado con la necesidad y el apuro por resolver un problema de liquidez temporal.

En este sentido, se encontró que de los 323 encuestados el 89 por ciento dieron alguna de las respuestas planteadas, mientras que el 11 por ciento dieron una respuesta distinta a la propuesta en el cuestionario y fue necesario incluirla. El sentimiento de tristeza fue el de mayor peso con 29 por ciento, este porcentaje está compuesto de 45 por ciento mujeres y 55 por ciento hombres. Enseguida tenemos que 28 por ciento dijeron sentir vergüenza al ir a empeñar; de estos 46 por ciento son mujeres y 54 por ciento, hombres. El total de encuestados que dijo sentir vergüenza opina que es vergonzoso que algún conocido los vea entrar o salir de la casa de empeño y luego sean criticados por ello. En orden de importancia le sigue el sentimiento de pena con 19 por ciento del total. Aquí se dividió más que proporcional la opinión entre hombres y mujeres, ya que 69 por ciento de las mujeres refirieron sentir pena, mientras que sólo 31 por ciento de los hombres lo manifestaron así. Luego, 13 por ciento dijeron sentir coraje, la opinión entre hombres y mujeres estuvo muy pareja; 54 por ciento mujeres y 46 por ciento hombres (para mayor información vea Anexos, tabla 2.3.1.).

Las personas que dieron las respuestas de pena, angustia, tristeza, coraje y vergüenza, se veían llenas de incertidumbre hacia el destino de su familia y el suyo propio opinando que los sueldos no alcanzan y lo que compran cada día está más caro. A su vez, estas personas manifestaban intranquilidad. Por un lado, deseaban resolver su problema económico, y por el otro rogaban no encontrarse con alguien conocido.

Por otra parte, 5 por ciento de los encuestados que opinaron que les es indiferente, algunos externaron que lo que empeñan es suyo y no están cometiendo delito alguno, así que no tienen por qué sentirse mal. Además, con el dinero que obtienen del empeño le dan de comer a su familia sin necesidad de pedir prestado a algún vecino, mendigar o peor aún, robar.

Tabla 2.3. Estado emocional de las personas que empeñan.

Porcentaje redondeado a dos decimales.

Se concluye que a pesar de que en Culiacán hay varias casas de empeño, hace falta publicidad destinada a generar confianza en los usuarios de los servicios. En el sentido que no sientan pena o vergüenza de que se les vea en una casa de empeño. Dicho de otra manera, en la Ciudad de México se hacen largas filas en el NMP y las personas lo ven de manera natural, sin que nadie señale o critique esa práctica. También, es necesario concienciar una cultura que motive el uso de los préstamos prendarios sobre todo si los bienes no tienen uso alguno en casa.


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