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ÉTICA, PSICOLOGÍA Y CRISTIANISMO

José María Amenós Vidal y otros

 

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d. Conflictos con la Iglesia Católica.

Hacia 1950, ya era claro que la Iglesia Católica veía que su influencia se reducía. Además el gobierno peronista no parecía dispuesto a garantizar la exclusividad: el espacio otorgado a otros cultos, sobre todo al espiritismo y el pentecostalismo y, fundamentalmente, las aspiraciones del peronismo a adquirir rasgos de sacralidad –a través del culto a sus líderes- hizo, que los desencuentros entre el Estado y la Iglesia entraran en un camino sin retorno.

La Iglesia buscó nuevas vías, como apoyar la creación del Partido Demócrata cristiano, en 1954. De ese modo, la crisis estalló.

En la provincia de Buenos Aires, por resolución ministerial, del 19 de diciembre, no son materia de promoción, religión y moral; el 27 de diciembre, misma resolución en Córdoba; el 12 de enero de 1955 se suprime la enseñanza de religión y moral en las escuelas dependientes de la Ciudad de Buenos Aires.

Así, una a una, todas las provincias van declarando que la enseñanza de religión y moral no constituyen materias de promoción, disuelven la Dirección de Enseñanza Religiosa, suprimen los presupuestos vigentes para los cargos de inspectores de religión.

A fines de 1954 y hasta mediados de 1955, el gobierno peronista profundizó su ataque a la Iglesia Católica, por medio de críticas crecientes por parte de la prensa oficial y de dirigentes peronistas, sumadas a diversas intervenciones de Perón: “La religión debe practicarse fuera de las organizaciones sindicales” (29-09-1954, discurso en la CGT), acusación abierta a “ciertos sacerdotes” de “actividades antiperonistas”, y a “ciertos católicos” de “infiltración en las organizaciones del pueblo” (discurso del 10-11-1954).

En la enumeración sintética de hechos precedentes, que fundamentan esta persecución religiosa –abierta-pública-gubernamental-, bastan señalar: - Disolución de la Dirección General de Enseñanza Religiosa (Decreto 20564/54 del 2-12-1954) - Clausura del Segundo Congreso Mariano y conmemoración del centenario del Dogma de la Inmaculada Concepción de María sin la presencia de Perón, quién no sólo no autorizó la celebración en Plaza de Mayo ni la procesión por las calles de Buenos Aires, sino que asistió a la llegada de Pascualito Pérez, campeón mundial de peso mosca, -quien arribó al aeroparque de la Ciudad en un avión militar, desde Montevideo, donde se retuvo para llegar justamente ese día-. (8-12-1954) - Entronización laica de Eva Perón, en todos los locales sindicales, lugares de trabajo y demás instalaciones donde los trabajadores la veneren (Reunión del Comité Confederal de la C.G.T. el 8-12-1954) - Cesantía de los sacerdotes de las cátedras de Religión (9-12-1954) - Ley de Reuniones públicas (12-1954) - Resolución del Ministerio de Educación, del 16 de diciembre de 1954, suscripta por su titular, el Dr. Armando Méndez San Martín, se dispone que la Religión Católica y Moral, cuya enseñanza fuera instituida por la Ley Nº 12.978, no constituyeran materias de promoción - Supresión de los subsidios a los colegios e institutos católicos, así como también de todas las partidas para maestros de Religión (12-1954) - Clausura del diario católico argentino “El Pueblo” y encarcelamiento de su director gerente Jorge C. Dussol (12-1954) - Promulgación de la Ley de Divorcio (Ley N° 14.394 del 22-12-1954) - Modificación de la Ley de Profilaxis, para la habilitación de prostíbulos (Decreto 22532/54 del 30-12-1954) - Prohibición de la prédica católica - Persecución y encarcelamiento de los principales dirigentes de la A. C. A. (Acción Católica Argentina) - Fomento oficial de cultos no católicos - Utilización de falsos sacerdotes para confundir a los fieles.

- Supresión de los Capellanes carcelarios - Campaña de agravios y calumnias contra la Jerarquía y el clero católicos - Proliferación e incitación por medio de lemas ofensivos: “Haga patria, mate a un cura”, “Perón sí, curas no”, "Mueran los cuervos sotanudos”, “No queremos frailes” - Desaparición de los Pesebres para Navidad - Suspensión de funcionarios por llevar distintivos de la Acción Católica Argentina y del Servicio Sacerdotal de Urgencia o Hermandad del Santo Viático (11-03-1955) - Reducción de Feriados Religiosos (Decreto 3991/55 del 21-3-1955) - Modificación del Juramento de los Diputados Nacionales –no se puede Jurar por Dios y por la Patria -Por decreto dictado en acuerdo general de ministros el 20 de marzo de 1955, “(...) se reducen los feriados nacionales y los llamados días no laborables, con el fin de contribuir a la acción enderezada a lograr una mayor productividad, como base del bienestar social. (...) De los días no laborables vigentes quedan ahora eliminados para ser laborables el 6 de enero, el día de Hábeas Cristhi (que este año corresponde al jueves 9 de junio), el 15 de agosto (día de la Asunción), el 1 de noviembre (día de Todos los Santos) y el 8 de diciembre (día de la Inmaculada Concepción), (...)” [7] - Rectificación del Calendario Escolar: días laborables para las escuelas “… Jueves Santo, Ascensión del Señor, Corpus Christi, Día del Pontífice, Asunción de la Virgen, Santa Rosa de Lima, Día de Todos los Santos, San Martín de Tours”. (Resolución del Ministerio de Educación del 4-04-1955) -El Senado Nacional, en su sesión del 11 de mayo de 1955, sanciona por unanimidad, la derogación de la Ley Nº 12.978. Sostiene el senador Sr. Navarro: “(...) la rectificación es procedente porque en la práctica, la ley ha sido desvirtuada y sus efectos torcidos con aviesa intención y manifiesta falacia”. [8] -La legisladora Degliuomini de Parodi, en la Cámara de Diputados, señaló: “Los cultos, ciertamente, pueden florecer cuando los gobiernos no ejercen su persecución, y los toleran; pero ocurre también que los cultos que llegan a oficializarse se transforman en los núcleos más regresivos e intolerantes, especialmente contra los otros cultos (...) por la intolerancia clerical por el progreso y por su ausencia de resignación para completar la innovación en materia religiosa (...)”. [9] -La Cámara de Diputados vota la derogación de la ley de enseñanza religiosa y moral en las escuelas, en su sesión del 13 de mayo de 1955. Expresó el diputado radical Sr. Zarriello: “Los que somos católicos y pertenecemos a la Unión Cívica Radical, estuvimos y estamos contra el clericalismo y hemos defendido con fervor patriótico la ley 1420, cuya derogación fue una maniobra política para utilizar a los curas y perseguirlos ahora que no los necesitan con fines electorales”. [10] -La diputada Farizzano reafirmó la posición peronista: “Modificar o derogar una ley, igualmente, significa adaptar la legislación a las exigencias de los tiempos y al clamor del pueblo”. [11] -El último orador fue el diputado peronista Dr. Bustos Fierro, quien en 1947 votó la ley de enseñanza religiosa; “se dedicó a atacar a lo opositores, a los que calificó que “antes eran comecuras y ahora son cristeros” y protestó contra “la malicia de las fábricas de patrañas”. [12] Los obispos argentinos, sostuvieron en una pastoral del 13 de julio de 1955: “El 11 de marzo de 1955 el Senado derogó la Enseñanza Religiosa y el día 13 la Cámara de Diputados convirtió en Ley la supresión de la Ley 12.978 que fue promesa y bandera del programa con que el Partido Peronista solicitó los votos del electorado; siendo por cierto que la aplicación de la misma, en la práctica, fue confirmada, como un plebiscito casi unánime de las familias argentinas y por la asistencia media de más del noventa por ciento de los alumnos a las clases de Religión... Nuestro deber ahora es dejar constancia que el Episcopado Argentino no pidió a la Revolución la Enseñanza Religiosa, ella vino porque entre las aspiraciones profundas que emergían del pueblo argentino, estaban en primer término, y porque los católicos que fueron a la Revolución la exigieron; dejar constancia que el Episcopado Argentino y nuestro pueblo no recibieron como don gratuito la enseñanza, sino como la recuperación del libre ejercicio a un derecho inalienable de las familias argentinas y de la Iglesia Católica a la educación cristiana de sus hijos, que el Estado no tiene derecho a suprimir cuando quiere y como quiere sin evidente injusticia y perjuicio grave en la formación espiritual y moral de las conciencias”. [13] En tal sentido sintetizaba Rottjer: “En su carta pastoral del 13 de julio de 1955, los obispos argentinos pudieron afirmar con razón que la aplicación de la ley (de enseñanza religiosa) fue confirmada en la práctica (de once años de vigencia) como un plebiscito casi unánime de las familias argentinas, y por la asistencia media de más del noventa por ciento de los alumnos a las clases de Religión”. [14] La oposición clerical comenzó a esgrimir el argumento de que Perón al implantar, primero, la Enseñanza Religiosa, y al suprimirla después, había borrado con el codo, lo que había escrito con la mano. En tal sentido señala Pedro Badanelli: “(...) Naturalmente que al General Perón no se le pudo ocurrir jamás que los Obispos y los Curas fuesen los encargados de moldear, a su exclusivo gusto y criterio, las mentes juveniles de la novísima Argentina. (...) Pero, naturalmente, tampoco se le pudo ocurrir al General Perón, moldear las juventudes prescindiendo de su formación espiritual y moral. En miles de oportunidades lo ha dicho y repetido: que su gran preocupación es formar jóvenes sanos, tanto de cuerpos como de almas”. [15] Más adelante clarifica esta aparente ambigüedad: “Por lo tanto, el pensamiento original del General Perón no pasó nunca de lo que lógicamente pudo ni debió pasar: de un magnífico deseo de que en la formación integral de las juventudes, tanto masculinas como femeninas, no faltase el “granito de sal” evangélico de una adecuada formación, sobre todo rectora y consejera. Y subrayo lo de rectora y consejera puesto que la formación doctrinal se impartía ya en los catecismos parroquiales, y en las propias iglesias”. [16] - Inasistencia del Presidente de la Nación al Tedeum del 25 de mayo –por primera vez en la historia- - Fiesta de Corpus Christi –jueves 9 de junio-, declarado como día laborable por decreto, lo que obligó a trasladar la Procesión al sábado 11 a las 15:30 hs, con una multitudinaria asistencia; Suspensión de los actos religiosos fuera de los templos (Disposición del Ministerio del Interior, 12-06-1955); Valientemente expresó la Verdad de lo que se vivía en esos momentos de tensión, el Arzobispo de Santa Fe, Mons. Fasolino, en carta al Dr. Jerónimo Remorino, entonces Ministro de Relaciones Exteriores y Culto: “…; se admite el 17 de octubre en homenaje al triunfo del Excmo. Sr. Presidente y se relega la fiesta de Corpus Christi, cuando se le rinde a Cristo, entre nosotros, el homenaje mundial y triunfal de los católicos y de las Naciones Católicas…” - Persecución, detención, encarcelamiento y trato desconsiderado hacia monseñores, sacerdotes y laicos católicos –que se resistieron al asalto a la Catedral el 12 de junio-; especialmente los casos de Mons. Ramón Novoa, Obispo auxiliar de Buenos Aires, y Mons. Manuel Tato, Canónigo de la Iglesia Catedral, quienes son exonerados de sus cargos (Decreto del PEN del 14-06-1955), luego expulsados y embarcados en un avión con rumbo desconocido (15-06-1955).

Enterado Su Santidad Pío XII de lo ocurrido, excomulga a las autoridades argentinas que intervinieron en este atropello; el 15 de junio de 1955, la Sagrada Congregación Consistorial excomulgaba “de jure” al Gral. Perón, por decreto firmado por el Cardenal Adeodato Piazza. No obstante, se produce la detención y encarcelamiento de Monseñor de Andrea.

En la tarde del 16 de junio, el odio contra la Religión Católica corre por la ciudad de Buenos Aires con mayor virulencia, perversidad, cinismo y apostasía, de la mano de aliancistas-cegetistas-movimientistas-forajidos, produciendo el asalto, quema, profanación y sacrilegio de Iglesias, a la vista e inactividad cómplice de la Policía y de los bomberos, que les decían “¡Salgan pronto muchachos!”,con apoyo de personal y camiones de la empresa Quilmes, de la empresa estatal YPF, de la Fundación Eva Perón y del Ministerio de Salud Pública…; el saldo maquiavélico de la jornada: bancos amontonados que arden en forma de pira incendiaria; sacristías completamente destruidas, tabernáculos abiertos a hachazos, altares despojados, aras consagradas sacadas de sus huecos, copones llenos de hostias consagradas lanzados por los aires, robo de ornamentos y gran cantidad de imágenes sagradas y crucifijos -todas mutiladas y despedazadas-, tiradas en la vereda y en la calle.

El Palacio Arzobispal y ocho Iglesias: “San Francisco, Santo Domingo, San Ignacio, San Juan, La Merced, La Piedad, San Nicolás de Bari, Nuestra Señora de Las Victorias y la Capilla San Roque, son asaltadas, profanadas, saqueadas e incendiadas”; simultáneamente, hechos similares se producían en Bahía Blanca, Tucumán, la Plata y Azul.

Los Padres Redentoristas de Las Victorias tocan las campanas de su iglesia para pedir auxilio; dicha congregación sufre la golpiza –previa absolución dada por Mons. Caggiano-, y muerte –después de varios días de agonía, de uno de sus miembros, “el primer mártir de la persecución religiosa en nuestra patria”: el Rvdo. P. Jacobo Wagner, C.SS.R., tal como lo señalara al término del funeral, Mons. Franceschi. El 17 de junio, Mons. De Andrea entra en la cárcel de Villa Devoto. En el Cuadro Nº 1, son amontonados doscientos sacerdotes entre los cuales se cuentan el Rvdo. P. Sojo y los Jesuitas del Colegio Salvador, el Rvdo. P. Virgilio Filippo y el Obispo de la diócesis de San Nicolás, Mons. Silvio Martínez, quién ha sido detenido con los Agustinos; en una nueva tanda de sacerdotes encarcelados, llega Mons. Gustavo J. Franceschi.

La reacción del Vaticano no se hizo esperar; el texto de la excomunión de Perón y otros, el 16 de junio de 1955, dice: “Cun postremis hisce temporibus in Republica Argentina multismodis in Ecclesiae iura invasum sit et im ipsas ecclesiasticas personas sitimpetitum; novissime quidan nedum manus iniicere in Excmum P.D. Emmanuelem Tato, Episcopum titularem Aulonensem, Auxiliarem et Vicarium Generalem archidioecesis Bonaërensis, sed et Ollum ab exercitio suae jurisdictionis impedire et ab ipsa Dictione Argentina expellere ausi sint, Sacra Congregatio Consistorialis declarat ac monet eos omnes qui huiiusmodi delicta petraverunt, sive mandantescuiuscumque generis et gradus, sive complices quos praefata delicta sua natura postularunt, sive illos qui ad delictorum consummationem latae sententiae epeciali modo Apostolicae Sedi reservatam, ad tramitem cann, 2343 s 3, 2334 n. 2, 2209 s 1.2. 3 C. I. C., contraxisse ceterasque poen as pro qualitate delinquetium incurrisse, ad normam sacrorum canonum.

Datum Romae, ex Aedibus S. Congregationis Consistorialis, die 16 Iunii 1955 Fr. A. I. Card. Piazza, Ep Sabinen, et Mandelen, a Secretiis S. Iosephus Ferretto, Adsessor”.

“El texto de la excomunión, originado en la Sagrada Congregación Consistorial y datado en Roma, con la firma del secretario del organismo vaticano, Cardenal Adeodato Piazza y el del asesor de la misma congregación, Monseñor Giuseppe Ferretto, se refería a la acción de “poner manos violentas” sobre la persona de un obispo e impedir el ejercicio de la jurisdicción eclesiástica”.

Asimismo se va haciendo popular un Nuevo Himno Nacional, de profundidad religiosa[17]: “Oíd mortales el grito angustiado : Tiranía, traición, deslealtad : Oíd el ruido de rotos ideales : Ved en trono a la vil impiedad : Ya su trono de sombras alzaron : Las potencias unidas del mal : Y los buenos del mundo responden : Para el pueblo argentino ¡Piedad! De los nuevos tiranos los rostros : Ya la máscara no ha de encubrir : La impiedad ha hecho nido en sus pechos : Y no pueden su farsa seguir : Se conmueven los huesos sagrados : De Belgrano y el Gran Capitán : Y al mirar el estrago estos héroes : En sus tumbas parecen llorar A vosotros se atreve Prelados : El orgullo de un hombre mordaz : Que pretende con leyes impías : Vuestra santa misión condenar : Más los fieles que unidos juramos : Vuestra causa inmortal defender : A esos lobos vestidos de ovejas : Fuertes pechos sabrán oponer El cristiano valiente a las armas : Corre ardiendo con brío y valor : Su clarín es la voz de la Iglesia : Y su espada la Cruz del Señor : Sólo Cristo es el Dios de la Patria : Sólo Cristo es su Rey inmortal : Y es tan solo su madre bendita : De esta tierra la Virgen sin par La victoria final es segura : Veinte siglos no pueden temblar : Ante el vano y efímero grito : Del más firme poder terrenal : Ya hemos visto a través de los tiempos : Mil tiranos del trono bajar : Y en sus frentes marcada la infamia : Que ellos mismos quisieron lanzar : Desde un polo hasta el otro resuena : De la Iglesia la voz inmortal : de la Patria afligida es consuelo : y en las almas turbadas la paz : Ya su trono de luces alzaron : Los Prelados con su autoridad : Y los fieles se aprestan por Cristo : Por la Iglesia y la Patria a luchar Sean eternos los laureles : Que logramos conseguir : Coronados de cruces vivamos : O juremos por Cristo morir”.

A cincuenta años de dicha afrenta y persecución religiosa hacia la Religión Católica, Apostólica y Romana, a sus Templos, a sus Pastores y grey, “primera y única en la historia de nuestra Patria” –de Tradición castellano-hispano-católico-mariana-, vayan nuestras sinceras oraciones para que encuentren paz los que movidos por el odio y la ceguera del corazón –de pensamiento, palabra, obra u omisión-, llevaron adelante aquella funesta y sacrílega acción, verdadera orgía demoníaca de fuego y de robo, y por aquellos que fieles a la Fe, llevaron con Amor la Santa Cruz en el calvario de esos días aciagos para Dios y la Patria. En tal sentido, el Rvdo. P. Alfredo Sánchez Gamarra, C. SS R. expresó: “¡Jacobo Wagner! Tu sacrificio no fue estéril. Grano de trigo enterrado en el surco de la tumba, contribuiste sin saberlo cuando caías, a la germinación de la victoria que hoy contemplas desde el cielo”.

Como católicos, debemos apoyarnos y guiar nuestros pasos teniendo presentes las sabias palabras evangélicas: «Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? Y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿Qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial”. Mateo 5: 43 – 48.

Vayan como cierre las sabias palabras pronunciadas en el sermón de la Hora Santa previa a la misa de medianoche, el 11 de junio de 1955, en la Basílica del Santísimo Sacramento, por el Rvdo. P. Iñaqui de Aspiazu, que hoy siguen teniendo la misma vigencia, claridad y fuerza: “Yo os digo que nunca un pueblo es tan grande como cuando está de rodillas ante Dios, y nunca es tan pequeño como cuando se postra de rodillas ante un hombre”.


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