BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


TERRITORIO Y POBLACIÓN

Fabricio Vázquez

 

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Capitales departamentales y distritales “descentradas”

La ubicación de las sedes del poder político departamental y municipal son de extrema importancia al evaluar su capacidad de gestión del territorio. Se espera que una capital departamental situada en el centro del espacio a gobernar tenga mayor nivel de éxito que una capital emplazada en la periferia del departamento o distrito. En efecto, la distancia, entendida como el espacio que separa a dos objetos, se convierte en elemento clave de la gestión del territorio, pues toda distancia tiene tres dimensiones: · Separación física, medida en metros o kilómetros · Tiempo de desplazamiento, medido en horas o días · Costo del desplazamiento, medido en dinero.

Si se toma el caso del departamento de San Pedro, se comprueba que su capital se encuentra totalmente descentrada al hallarse situada en el extremo Oeste del departamento y sin vías de comunicación rápida con sus distritos. Ante esta situación los costos de desplazamiento, tiempo y dinero son mucho más elevados que si la sede del poder político estuviese por ejemplo en la ciudad de Choré, que se encuentra en el centro del departamento. Pero la sola posición geográfica y geométricamente centralizada no constituye motivo suficiente para que una capital departamental o distrital sea ideal, debiéndose agregar otros factores como el nivel de conectividad con los demás lugares, las infraestructuras de comunicación disponibles, la red de servicios sociales y básicos, entre otros.

San Pedro es el departamento más extenso de la región Oriental y sus niveles de pobreza son muy elevados, razón por la cual la gestión del desarrollo socioeconómico del mismo debería ser una prioridad nacional; sin embargo, la gerencia política de este departamento, que opera desde su capital, se encuentra territorialmente desarticulada del resto del departamento y sus distritos. Es fácil imaginar los elevados costos que ello supone a los programas de asistencia y acompañamiento a las comunidades mas alejadas, la aparición de los círculos viciosos de la marginación económica. Este departamento podría ser dividido en dos para impulsar un desarrollo de mayor efecto, con dos alternativas posibles: un departamento al Sur y otro al Norte o uno al Este y otro al Oeste. Quizás la reducción del territorio a administrar genere una especialización en los dos nuevos poderes departamentales, que pasarían a estar “más cerca” de los actores socioeconómicos.

El departamento de Concepción, con la capital ubicada en su extremo Suroeste, presenta el mismo perfil descentrado con el agravante de que es al mismo tiempo capital del distrito del mismo nombre, un verdadero súper distrito en términos de superficie territorial y con una gran periferia a ser administrada.

La solución no parece simple porque no siempre existen ciudades en los centros de los departamentos, además del gran peso histórico que tienen las capitales departamentales, por lo cual resultaría ficticio el traslado del poder político y económico a otras ciudades, aunque estas sean “centrales”. La opción operativa consiste en recentralizar la aplicación de las políticas públicas regionales y locales, es decir implementar una nueva forma de intervenir en el territorio.


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