2.5.- REALIDAD Y BALANCE

A dos años casi de que el Ecuador desplace al sucre y adopte al dólar como su unidad monetaria interna, para que sea éste quien facilite, agilite y haga posible las transacciones económicas y el dinamismo del mercado, es justo revisar y analizar los efectos que esta ha traído consigo: En cierta forma algo mejor nos encontramos en comparación a hace 24 meses, algunas actividades productivas se están empezando a reactivar, especialmente el sector servicios el cual creció en el 2001 al 6,2%, siendo el más dinámico principalmente por registrar un creciente desarrollo de la construcción, acompañado del sector secundario con 5,5% fortificado por el subsector automotriz, actividad que tuvo grandes ventas el año pasado. En definitiva los indicadores presentan que: Se ve que en cierta forma el poder adquisitivo de la población va mejorando, el consumo esta creciendo mínimamente con el control de la inflación.

A pesar de estos esfuerzos emprendidos por el gobierno y con el fin de igualar el rezago cambiario con la inflación provocado por la devaluación monetaria del 31 de marzo de 1999 cuando se decretó oficialmente la dolarización los precios de los bienes y servicios se han internacionalizado, a excepción del precio de la mano de obra, los sueldos y salarios; es decir la distribución del ingreso sigue empeorándose y pendiente de solución.

Efectivamente el PIB creció, disminuyó la inflación, el consumo mejoró mínimamente, inclusive la inversión se estimuló, pero no es tan cierto que el desempleo haya descendido en 4 puntos, porque de así serlo implicara que la agricultura y construcción absorbieron ampliamente el desempleo, lo que no es tan cierto porque al comparar con 1991, año en que el PIB creció al 5% casi igual al 2001 estos sectores ni aportan al PIB ni experimentaron igual o mejor crecimiento en relación a este año; Lo que sucedió realmente es que miles de compatriotas abandonaron el país (500 mil personas aprox) y hoy son quienes envían ingentes remesas al país, que por un lado permite mejorar la calidad de vida de sus familiares y por otro lado inyectan la tan ansiada liquidez monetaria y financiamiento que necesita el esquema de dolarización.

A nuestro parecer este no es un sistema perfecto que nos puede llevar por buen camino, si hoy nos muestra un espejismo puede ser que mañana nos indique un abismo. Toda ideología o esquema económico que no muestre un proyecto de desarrollo no tiene un final feliz y la dolarización es solo una oportunidad para detener los problemas de política monetaria, como la emisión inorgánica, altas tasas de interés, devaluaciones constantes y por consiguiente la inflación, y para ello este esquema aporta algunos incentivos interesantes para controlarlos.

En el inmenso campo de la creación de la política nacional con ética social, una consistente eficiencia y un justo reparto colectivo de la riqueza el Ecuador debe reencontrarse con su gente, así mismo demostrarse que un país que quiere tener futuro.