BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

MÉXICO EN LA ALDEA GLOBAL

Coordinador: Alfredo Rojas Díaz Durán

 

 

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CONCLUSIÓN

La mezcla se ve confusa, pero en realidad, es simplemente diversa. Vemos pues, en la impostergable realidad global nos encontramos inmersos todos, no sólo los que se benefician más de ello. La globalización es tanto positiva como negativa y ya prácticamente ningún grupo o individuo puede aislarse del interminable número de intercambios de todo tipo, que finalmente terminan afectando a todo lugar o agente de nuestro planeta. El mestizaje es mayoría dentro de las mayorías, porque en la mayoría de los países las mezclas culturales también son mayoría. Y, en este nudo gordiano, que vivirá su mayor drama al menos durante el siglo XXI, por su elevada complejidad y diferenciación genocultural, nadie sabrá con certeza en qué resultará ni mucho menos hacia dónde se dirigirá. Reto imposible para el pensar mecánico y positivista, porque el mestizaje no es linealidad causa-efecto, es complejo, pues le precede una infinidad de causas (orígenes) y le proceden una infinidad de efectos (mezclas) culturales.

Occidente ha reconocido el derecho universal a la igualdad, desde su punto de vista positivista, pero no ha reconocido aún el derecho universal a la diferencia, también en todos niveles y dimensiones: el derecho universal a ser auténticos, originales. Occidente ha reconocido el principio universal de los derechos humanos, pero no ha reconocido aún los derechos universales de los animales, plantas, gases, minerales, tejidos células, átomos; los derechos universales de todo, como de cada cosa: derechos universales integrales descentrados.

Se han sustentado todas las acciones en consensos e igualdades entre empoderados, pero se han olvidado del respeto que se merecen los que no queremos ser ricos ni pobres, de los que en ocasiones no estamos de acuerdo o somos indiferentes o simplemente diferentes, olvido de los que sólo queremos permanecer lo más posible. Gentes de paz y coexistencia, no de guerras y poder funestos. Y, esta omisión, es la principal causa de violencia masiva en el mundo, pues la fuente de toda violencia es el tipo de poder que al excluir enfrenta, como la fuente de todo poder excluyente es el dominio y no el servicio a los demás. Para un último diálogo profundo, como vemos: no existe ninguna diferencia que pueda ser tan grande como para llevar a eliminar al hermano que cohabita la única casa al alcance.

Nos hemos olvidado de que, antes que el amor a sí mismos, la familia, la región o al país, está el amor a nuestro padre Sol, a nuestra madre Tierra y a todo el Universo. No puede haber más llo que aquél que la naturaleza lo permita.


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