LA POLÍTICA DE COMPETENCIA Y EL PROCESO DE REGULACIÓN EN MÉXICO Conclusiones generales
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

LA POLÍTICA DE COMPETENCIA Y EL PROCESO DE REGULACIÓN EN MÉXICO, 1993 – 1999


Fernando Ramírez Hernández(*)

 

 

 

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4.5 Conclusiones generales

a) No obstante la prohibición de actitudes monopólicas contenida en las Constitituciones de 1857 y 1917, la competencia en los mercados mexicanos ha sido la excepción más que la norma. En realidad los intentos más importantes por crear competencia en los mercados se han venido dando a partir de los últimos años de la década de 1980 y continuán en la actualidad como parte de la tendencia mundial denominada “reforma regulatoria” la cual comprende procesos de privatización, liberalización comercial, desregulación y la creación y aplicación de políticas de competencia.

b) Es indudable el esfuerzo del gobierno mexicano para la creación de una infraestructura legal para promover la competencia. Se destacan dos vertientes: en la primera están las leyes de ámbito general en la economía entre ellas, la Ley Federal de Competencia Económica, la Ley Federal de Metrología y Normalización y las modificaciones a la Ley Federeal de Protección al Consumidor. En la segunda vertiente, se encuentran las leyes con efectos sectoriales, tales como la Ley Federal de Telecomunicaciones, la Ley de la Comisión Reguladora de Energía y la Ley Federal de Autotransporte de Carga. Además, se crean creado organismos como la CFC, la Cofetel, la CRE y la Cofemer.

c) A pesar del importante esfuerzo realizado hasta el momento por el gobierno no todos los resultados son alentadores. Mientras en sectores donde se desreguló como el autotransporte de carga se ha incrementado el número de empresas, el empleo y la cantidad de carga movilizada por ese medio. En otros sectores como las telecomunicaciones y la industria aérea, la presencia de empresas con poder de mercado como el caso de Telmex y Cintra ha obstaculizado el desarrollo de la competencia.

d) En el caso de la CFC, los resultados en términos generales son alentadores, sobretodo gracias a su diseño institucional, destacándose dos elementos: 1) la obligación de publicar todas sus resoluciones; y, 2) la forma como son designados los comisionados, su periodo es de diez años con carácter de renovable, su estancia en dicho organismo no corresponde al periodo del Ejecutivo (quien es encargado de nombrarlos), de esa forma se evitan presiones políticas sobre ellos porque su permanencia no depende de las decisiones de quien los nombra, de hecho únicamente pueden ser removidos de sus cargos por faltas graves según los establece la LFCE. De esa forma dificílmente pueden presentarse actos de discrecionalidad. La transparencia resultante de la publicación de sus resoluciones ha ido generando -aunque lentamente- a la CFC ganancia credibilidad y respeto por parte de los sectores de la sociedad que saben de su existencia y sus propósitos.

e) Desafortunadamente, los buenos resultados en términos generales de la CFC aún son muy incipientes en relación a la magnitud el reto de crear condiciones de competencia en los mercados. Los problemas enfrentados por los organismo reguladores son diversos, entre ellos están: 1) cuestiones de carácter ideológico, se visualiza a la competencia y los mercados como dañinos; 2) la falta de una cultura de la competencia provocada por la falta de antecedentes sobre los beneficios de la competencia; 3) el desconocimiento de las leyes de la mayor parte de la población debido a su poca difusión; 4) leyes y estructura organizacional mal diseñadas permiten e incentivan la discrecionalidad; 5) la desventaja de limitados recursos presupestarios frente a los importantes recursos de las grandes empresas; y, 6) la falta de vínculación con el poder judicial a fin de que se hagan cumplir las resoluciones tomadas.

f) La ausencia de organismos reguladores con la capacidad suficiente para hacer cumplir las leyes a través de sus resoluciones da como resultado: la falta de credibilidad y compromiso del gobierno, dificulta el desarrollo de la competencia ante el temor de la captura de los reguladores afectando las decisiones del público en general y especialmente de los inversionistas. El resultado final es un nivel de inversión menor del que prevalecería en condiciones de competencia tal como lo demuestran la telefonía local y de larga distancia y la industria aérea nacional.

g) La experiencia nacional e internacional ha mostrado que la incorrecta secuencia de procesos de privatización–regulación-creación de condiciones competitivas, conduce únicamente a la transferencia de una renta monopólica de manos gubernamentales a privadas. En el caso de futuras las privatizaciones será necesario realizar una correcta secuencia de los procesos, es decir, antes de privatizar y desregular debe crearse situaciones de competencia o una correcta regulación para evitar las situaciones problemáticas presentes en el caso de la telefonía. Un correcto seguimiento de los procesos antes citados evita la creación de poder de mercado sustancial y contradicciones entre las leyes de competencia y la regulación en relación a la Constitución o respecto a otras leyes.

h) Es necesario crear y modificar las leyes y los organismos encargados de vigilar la existencia de competencia en los distintos mercados. Debe coordinarse la manera de actuar de los reguladores sectoriales con la CFC. De suma importancia es la creación de un organismo fiscalizador o bien otorgar a la Secretaría de Controlaría y Desarrollo Administrativo (SECODAM) la facultad de vigilar y en caso de ser necesario sancionar el incumplimiento de las recomendaciones de la CFC por parte de los reguladores sectoriales cuando se toman resoluciones que han demostrado ser benéficas al proceso de competencia.

i) Como parte de la cultura de la competencia también debe considerarse la necesidad de promover una cultura del consumo. La gran parte de los consumidores mexicanos no están acostumbrados a hacer valer sus derechos porque existe un profundo desconocimiento de la Ley Federal de Protección al Consumidor. En la medida que se cree una cultura de consumo las empresas tendrán una presión extra para actuar de la manera más eficiente y ofrecer menores precios y mayor calidad.

j) En México, la creación de competencia ha demostrado ayudar a lograr crecimiento, tal lo demuestran incluso los sectores donde la competencia aún no es plena. Desafortunadamente no existen datos concretos al respecto pero gran parte de los empresarios plantean como una condición necesaria para invertir, la existencia de situaciones competitivas.

k) Por último, la creación de competencia en los mercados no es la panacea para alcanzar el crecimiento económico sino una de las piezas necesarias. Por ello, con el fin de obtener mejores resultados la política de competencia debe actuar en coordinación con las otras políticas componentes de la política económica.

La conclusión más importante es, “no obstante, las grandes inversiones realizadas en buenas políticas regulatorias y leyes, los beneficios concretos aún no son complemente evidentes para los ciudadanos y las empresas, y podrían perderse, si no se cuenta con un periodo de varios años de estabilidad y de cumplimiento de la política para permitir que la reforma surta sus efectos (OCDE, 2000)."

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