Nuevos Conflictos y acuerdos en materia de pesca y petróleo en 1996
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

ISLAS MALVINAS, SU HISTORIA, LA GUERRA Y LA ECONOMÍA, Y LOS ASPECTOS JURÍDICOS SU VINCULACIÓN CON EL DERECHO HUMANITARIO

Bruno Tondini

 

 

Esta página muestra parte del texto pero sin formato.

Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP (154 páginas, 838 kb) pulsando aquí

 

 

 

III.15.4.3.- La explotación económica y las eventuales soluciones independentistas.

La Cancillería argentina consideraba a mediados de 1993 que ese año se había producido un afianzamiento en las relaciones económicas con el Reino Unido, que venían creciendo desde 1990, particularmente a partir del plan de privatizaciones y la ley de convertibilidad. El mercado de Londres había reaccionado positivamente a las oportunidades que se le abrían en la Argentina. Desde la colocación de capitales en inversiones en cartera o títulos negociables, a la participación en consorcios de privatizaciones y la compra de compañías argentinas, la participación británica en la economía argentina había aumentado en importancia, así como también lo había hecho el comercio bilateral.

III.15.5.- Nuevos Conflictos y acuerdos en materia de pesca y petróleo en 1996.-

A mediados de febrero de 1996 reaparecía el desacuerdo respecto de la pesca en el Atlántico Sur, al conocerse el día 23 la determinación del gobierno de las Malvinas de cobrar una licencia de pesca en las aguas de las islas Georgias a partir del comienzo de la nueva temporada pesquera el 1º de marzo. Ese día el pesquero argentino Antartic III fue interceptado por un buque britanico en aguas de las Georgias, debiendo pagar un canon de 110.000 dólares para poder continuar con su labor. El día 4 la Argentina presentó una protesta ante el gobierno británico “por la pretensión del Reino Unido de hacer valer legislación unilateral arrogándose jurisdicción en materia pesquera en una zona de 200 millas alrededor de las islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur”, según el comunicado de la Cancillería argentina. El canciller Di Tella afirmó que el incidente afectaba la posibilidad de que se realizara la visita del presidente Menem al Reino Unido. Asimismo quedaban suspendidas las conversaciones por un acuerdo pesquero de largo plazo.

Algunos funcionarios de la Cancillería atribuían el cambio de actitud británica a una decisión del Foreign Office de endurecer su postura en medio de las negociaciones con la Argentina por el tema de la pesca. Por su parte, el gobierno británico negó que el incidente hubiera tenido lugar. No obstante, el día 6 Di Tella admitía que la crisis con el Reino Unido se había vuelto “gravísima” y anunciaba una vehemente acción diplomática de la Argentina ante los foros internacionales. Con todo, Menem instó a mantener una actitud de equilibrio ante la pretensión británica y aseguró que el gobierno no entraría en actitudes de corte bélico. Al día siguiente, luego de informar a la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Di Tella señaló que se había hecho la protesta ante el Reino Unido, la Convención para los Recursos Vivos Marinos Antárticos (Camelar) y la ONU, y se estaba informando al Grupo de Río y a los países vecinos. Sostuvo también que la pretensión de Londres de ejercer jurisdicción en la zona era contraria al Tratado Antártico. La tensión comenzó a reducirse el día 11, cuando Di Tella informó que las autoridades británicas habían devuelto el canon cobrado al buque Antartic III.

El día 14 Di Tella se presentó ante la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados, trascendiendo que el canciller había reclamado el apoyo de todos los bloques legislativos para las gestiones que realizaría en los próximos días en Nueva York. Allí se reuniría con el secretario general de la ONU, Boutros-Ghali, y funcionarios del Consejo de Seguridad, de la OEA y del gobierno norteamericano. Por último, el día 20 el Senado trataría un proyecto del senador Eduardo Menem sobre la pesca en el Atlántico Sur. El hermano del presidente declaró que el Senado no podía permanecer impasible ante la actitud británica, que era una verdadera afrenta a los legítimos derechos soberanos de la Argentina.

En septiembre de 1996 los cancilleres Di Tella y Malcom Rifkind se reunieron en Buenos Aires, pero no lograron encontrar una solución al problema. Rifkind insistía en un acuerdo de pesca a largo plazo en las aguas de las Malvinas, que era el deseo de los isleños. Al explicar los motivos del desacuerdo Di Tella dijo que el tema de la pesca era indivisible y si no había acuerdo para las Georgias tampoco habría acuerdo para las Malvinas. No podía haber un tratamiento diferencial para las Malvinas, como querían los británicos. No obstante, Di Tella no cerró todas las puertas. Explicó que en la reunión de los países miembros del Camelar en octubre siguiente, se discutiría si la pesca en las Georgias debía ser controlada por ese organismo, como preferiría la Argentina, o directamente por los británicos.

En noviembre de 1996 los isleños decidieron excluir al consorcio YPF-British Gas de la exploración petrolera de las áreas ubicadas al norte de las islas, aceptando en cambio la participación de otras 13 empresas, con el argumento de que había sido una decisión económica y no un acto de discriminación política contra la Argentina. El radicalismo reclamó al canciller Di Tella que explicara al Congreso el fracaso del intento de que YPF-British Gas participara de la exploración petrolera de las aguas de las Malvinas. El radicalismo apoyaba la sanción de la llamada ley Eduardo Menem, que establecía sanciones para las empresas que buscaran petróleo en las aguas de las Malvinas sin la autorización explícita de la Argentina. Esta posición revelaba un endurecimiento del principal partido opositor en el Congreso frente a la política oficial respecto de las Malvinas. Sin embargo, antes del rechazo isleño la Cancillería, por consejo del Foreign Office, había advertido a la cúpula de YPF sobre la necesidad de mejorar la oferta para evitar que fuera rechazada. El presidente de YPF negó la información, pero ésta fue ratificada por fuentes del gobierno.

El 12 de noviembre de 1996 los cancilleres Di Tella y Rifkind tuvieron en Londres su cuarto encuentro del año y acordaron reunir el 9 y 10 de diciembre en Londres a la Comisión Conjunta de Hidrocarburos para avanzar en la convocatoria a licitación para la exploración petrolera en el Área de Cooperación Especial para fines de 1997. Mientras tanto, ambos gobiernos entregarían permisos de carácter gratuito a las empresas que quisieran realizar la tareas de prospección sísmica, lo cual no incluía hacer perforaciones. A fin de progresar en las negociaciones, el gobierno de Menem había solicitado al Congreso la modificación del proyecto de ley Eduardo Menem, y la sanción de otro proyecto que reducía las regalías argentinas al 3%. En cuanto a la pesca en Georgias, se acordó reunir a la Comisión de Pesca para el 26 y 27 de noviembre en Buenos Aires, a fin de tratar de llegar a un acuerdo sobre la decisión británica de cobrar licencias de pesca a los buques que operaran en esas aguas.

Demostrando que la crisis argentino-británica por el tema de la pesca no había afectado otros ámbitos de la relación bilateral, a fines de noviembre de 1996 llegó a la Argentina el ministro de Comercio británico, Tony Nelson, en una gira que abarcó también Brasil. Nelson no ocultó su interés en hacer negocios, especialmente respecto de Yacyretá, Atucha II y las privatizaciones de los aeropuertos. Acompañaron a Nelson los directores para América Latina de algunas de las mayores empresas de generación eléctrica y de la industria aeroespacial, además de los banqueros del Lloyds Bank y del grupo anglofrancés Paribas, interesados en el financiamiento de proyectos. El ministro señaló que Londres podía ser una fuente de capitales.

Grupo EUMEDNET de la Universidad de Málaga Mensajes cristianos

Venta, Reparación y Liberación de Teléfonos Móviles
Enciclopedia Virtual
Biblioteca Virtual
Servicios