Días previos al conflicto de las Islas Malvinas
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

ISLAS MALVINAS, SU HISTORIA, LA GUERRA Y LA ECONOMÍA, Y LOS ASPECTOS JURÍDICOS SU VINCULACIÓN CON EL DERECHO HUMANITARIO

Bruno Tondini

 

 

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III.12.2.- Días previos al conflicto

A mediados de 1981, por medio de una carta semioficial, el Sr. Ridley comunicó a su colega argentino que el gobierno británico había decidido congelar las negociaciones.

Esto demostraba que “estábamos peligrosamente cerca de la inevitable transformación del diálogo a la confrontación”. El gobierno británico del Partido Conservador, encabezado ahora por su Primer Ministro, Margaret Thatcher y su Canciller Lord Carrington, eran ya conscientes de la “inminencia de la confrontación”.

No era así en Argentina, El Gobierno de la Junta Militar, entretenido en su propia sucesión, no intuía esta posibilidad, hasta que al final del año la Armada, comenzó a alertar sobre los síntomas. Para la estrategia británica era indispensable que el rol de agresor fuera ocupado por la Argentina. El objetivo Británico era buscar la posibilidad de reaccionar militarmente “con todos los recursos de la Royal Navy” tal como lo tenían previsto desde 1976 y, desligarse de la tutela de la ONU, actuar en propia defensa y construir su “Falkland Fortress”. Tal fortaleza liquidaría por completo nuestros reclamos de soberanía.

Ya desde 1976 Argentina, por medio de su Armada, habían instalado la Estación científica “Corbeta Uruguay” en Thule (islas Sandwich). En 1981, la misma Fuerza, tenía previsto la instalación de una nueva Base Científica en Puerto Leith ( Islas Georgias del Sur) a concretarse en el invierno de 1982 cuando la delegación de BAS (British Antartic Survey) abandonara Grytviken. A esta maniobra la denominaron “Operación Alfa”. El Canciller Nicanor Costa Méndez, se enteró recién el 15 de marzo de 1982 de dicha operación y se mostró contrario a su realización por este motivo la Junta Militar del PRN la suspendió hasta que el Ministro de Relaciones Exteriores estableciera que la situación diplomática permitiera llevarla a cabo.

Por otro lado, sin estar al tanto de estas maniobras oficiales, el empresario Constantino Davidoff, -quién había visitado Puerto Leith ( Isla San Pedro) el 20 de diciembre de 1981 como pasajero del Buque de Transporte Navales Almirante Irizar, para inspeccionar unas instalaciones balleneras abandonadas que había adquirido , tras habérsele negado la Embajada británica de Buenos Aires, viajar con un transporte a las islas - arribaba el 19 de marzo de 1982, en un segundo viaje a bordo del ARA Bahía Buen Suceso con 41 técnicos y obreros civiles, nuevamente a Pto. Leith, donde se encontraban dichas instalaciones. Lo que no sabía la Argentina era que aquella primera visita de Davidoff a Pto. Leith había provocado la reacción del Gobernador de Malvinas, Rex Hunt, ante el Foreing Oficce, lo que había alertado al gobierno británico de tal situación.

Los ingleses que conocían nuestros secretos, podrían fabricar por lo tanto el detonante que nos hiciera perder la calma. Así sucedió el 19 de marzo de 1982, en Puerto Leith ( Islas Georgias) a donde llegaba Davidoff con sus hombres para comenzar el desguace de las instalaciones, con la autorización de la embajada británica en Argentina y habiendo cumplido con todas las exigencias legales acordadas en la Reglamentación de la Declaración de Buenos Aires. Los hombres de Davidoff estaban provistos de las "tarjetas blancas", que era el elemento a usar por los isleños que viajaban al continente y por los argentinos a Malvinas, según lo establecía el Acuerdo de Comunicaciones firmado en 1971 por ambos países. Se produce el izado de una pequeña bandera Argentina sobre una estructura de carpintería. Al rato, cuatro hombres del "BAS" British Antartic Survey, se hacen presentes y exigen que se arriara la bandera, que volvieran a cargar el material desembarcado al buque y se trasladaran a la capital de las Georgias, Grytviken, para solocitar el permiso de desembarco. Acto seguido la bandera es arriada.

El 20 de marzo, el gobernador de las Malvinas, Rex Hunt, informa a Londres que un grupo de civiles y militares había desembarcado en Puerto Leith, izado una bandera argentina y efectuado disparos de armas de fuego. Expresó además, que según él, la Armada Argentina utilizaba a Davidoff para encubrir su presencia en la isla. Acto seguido, el embajador británico en Buenos Aires, el mismo que había aceptado la llegada de los obreros el día 11, ordenó al gobierno argentino que debía retirar a la gente desembarcada y al buque de guerra, de lo contrario se tomarían las medidas del caso. Argentina responde que el buque "Bahía Buen Suceso", no era un buque de guerra, sino de transporte, y que zarparía de Leith el día 21, al completar su descarga, y que además, no había militar alguno allí.

El 21 de Marzo el HMS Endurance partió desde Puerto Argentino hacia las islas Georgias, con 22 infantes a bordo, manteniendo en secreto su destino. El Gobierno Argentino tomó conocimiento sobre este movimiento de tropas y sobre su misión. Ese mismo día Grytviken informó que la bandera Argentina desplegada días atrás había sido arriada, pero que no había indicios de que los argentinos se estuvieran preparando para partir.

El 22 de marzo la prensa británica califica las acciones como una invasión argentina a las Georgias. El gobieno argentino tras arduas reuniones en la Embajada británica logra aclarar la situación, y el embajador Williams consideró que el incidente ya estaba superado.

El día 23 de marzo los buques de tropas Biscoe (68 soldados a bordo) y Branskfield (buque polar) que zarparon rumbo a las islas (desde Chile y el otro buque navegaba ya a la altura de Uruguay). Londres ordena expulsar a los obreros de la isla con el uso del HMS Endurance y además declara que enviará nuevos buques de guerra al Altántico Sur. El jefe del Estado Mayor de la Armada ordenó al comandante de la Agrupación Naval Antártica destacar a máxima velocidad al ARA Bahía Paraíso, que se encontraba en las Orcadas, hacia las Georgias en apoyo de los operarios civiles. Su misión era ocupar una posición tal que pudiera verificar si el Endurance, que llegaría antes, había procedido a desalojar al personal civil argentino. Poco mas tarde esta orden varió a “impedir la evacuación de los civiles en el HMS Endurance”.

El ARA Bahía Paraíso era un buque polar desarmado como corresponde por el Tratado Antártico (Art. 1º) y como tal no era el medio mas idóneo para proceder en actitud de fuerza, pero en aquel momento, en que los sucesos se precipitaban vertiginosamente, era el único elemento de la Armada Argentina en el área. Para paliar esta debilidad se ordenó al comandante de Operaciones Navales enviar dos corbetas para “interceptar al HMS Endurance al este de Malvinas, si ya hubiera evacuado a los civiles”. A esos efectos se destacaron las corbetas ARA Drummond y Granville, a la sazón en Mar del Plata.

El 24 de marzo, "El tiempo se les está acabando", expresó el embajador Williams a las autoridades argentinas, "deben ir a Grytviken a sellar sus pasaportes". Costa Méndez contesta que no hacía falta sellar pasaporte, puesto que los hombres poseían sus respectivas "tarjetas blancas", y que los obreros no serían retirados.

Ante la descomedida actitud inglesa en Georgias por el desembarco de los chatarreros, nuestro gobierno de entonces ordenó considerar seriamente el empleo de la “alternativa militar”, la cual proveía de una acción militar de envergadura, que se venía gestando desde enero de 1982 como una hipótesis de conflicto, en caso de que fracasaran las negociaciones previstas para febrero de 1982 en Nueva York.

Este plan argentino, elaborado con las máximas precauciones de seguridad, por una “Comisión de trabajo” militar fue titulado Plan de Campañas Esquemático y diseñaba la operación militar necesaria para recuperar las Islas Malvinas, pero no para mantenerlas en caso de que reaccionara militarmente el Reino Unido. Es más podía ser cancelada hasta el día 1 de abril a las 18 horas, si es que llegaba a prosperar una negociación. .

Consistía en una operación principalmente Anfibia (Responsabilidad de ARA) y una secundaria de Aerodesembarco, (responsabilidad de FAA) y luego de la instalación de un gobierno militar asistido por una pequeña fuerza de ocupación con funciones militares (Responsabilidad del EA) con el Objetivo político de ocupar para negociar.

Se suponía que ante los hechos consumados, se lograría, en las Naciones Unidas u otro foro similar, acorralar a Gran Bretaña para provocar que se finalizara la negociación.

La recomendación estratégica claramente expresada de este plan consistía en que “la operación no debía ejecutarse antes del 15 de mayo”. Ello se debía a que cualquier reacción metropolitana de Gran Bretaña no podría arribar a Malvinas antes del 5 de junio y para entonces un desembarco anfibio británico sería imposible, debido a la llegada del crudo invierno.

Los planificadores británicos también estaban convencidos de que no podrían desembarcar en Malvinas y llegar a Puerto Stanley después del 10-15 de junio, por lo tanto era necesario que Argentina adelantara la fecha de “recuperación” al 1-2 de abril de 1982. Así ellos tendrían tiempo, de efectuar el asalto anfibio de rigor antes de que el invierno llegara.

Esta anticipación de nuestra fecha es unos de los principales argumentos esgrimidos por algunos sectores para demostrar que el gobierno británico conocía al detalle nuestros planes y que manejó el incidente de los chatarreros en Georgias para obligarlos a abortar la operación y así ajustar a sus necesidades la iniciación de recuperación de nuestras Malvinas. Lo curioso es que Gran Bretaña ya conocía los movimientos gracias a la ayuda norteamericana, Argentina pensó que la recuperación se complicaría ya que la operación denominada "Operación Virgen del Rosario", debía ser sorpresiva, rápida e incruenta, perdiendo como vemos, su primer objetivo y sabiendo que los ingleses los esperarían.

Cabe agregar que el 25 de marzo, Gran Bretaña, a través de su Primer Ministro Margaret Thatcher, decide alistar siete buques de guerra que se encontraban realizando ejercicios en Gibraltar, para llevarlos a las islas. Se aprovisiona con alimentos y armamentos para 70 días a los buques ingleses de Gibraltar para enviarlos al Sur, ellos son las Fragatas y Destructores: HMS Antrim, HMS Arrow, HMS Brilliant, HMS Coventry, HMS Glamorgan, HMS Glasgow, HMS Plymouth, HMS Sheffield. Se dirigirían rumbo a Ascensión el día 2 de abril. Es la denominada "Flota de Avanzada".

El 2 de abril la Argentina recupera las islas. Gran Bretaña ya tiene a la "Flota de Avanzada" rumbo hacia la Isla Ascensión. La Real Fuerza Aérea, tiene desplazando a la gran mayoría de sus aeronaves, realizando un puente aéreo "Gibraltar-Ascensión”.

Existe sin embargo, otra versión de los hechos que reproducimos, señala Rusconi que el día 15 de diciembre de 1981, el Vicealmirante Juan José Lombardo se sorprendió cuando el Comandante en Jefe de la Armada, Jorge Anaya, lo convocó con urgencia a su despacho en el Edificio Libertad, en Buenos Aires. “Vamos a ocupar las Malvinas y usted será el encargado de planificar la operación”, le señaló el comandante Anaya.

Lombardo comenzó inmediatamente a trabajar en el plan e incluso entregó un plazo tentativo: el 9 de julio de 1982, una fecha simbólica: la conmemoración la Independencia de Argentina.

La estrategia de Lombardo recomendaba echar marcha atrás a la llamada “operación Georgias del Sur”. Esta había sido iniciada en octubre de 1981 y consistía en colonizar lentamente estas islas, situadas a 1. 600 km al este de las Malvinas. Cualquier incursión en las Georgias, calculaba Lombardo, podía entorpecer la invasión profesional que se llevaría a cabo en las Malvinas. No obstante, un grupo de militares comandados por el teniente Alfredo Astiz -que en el interior del régimen militar se había destacado por su labor de represión-, improvisó una operación apoyado en el número 10 de la Armada, el Almirante Otero. Ambos (Astiz y Otero), desobedecieron abiertamente los planes de Lombardo cuando el 23 de marzo desembarcaron en las islas Georgias del Sur. Astiz y su tropa provocaron a los pocos marinos británicos de la isla colocando bombas cazabobos y autodenominándose “Grupo de Invasión Los Lagartos”.

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