Error estratégico argentino
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

ISLAS MALVINAS, SU HISTORIA, LA GUERRA Y LA ECONOMÍA, Y LOS ASPECTOS JURÍDICOS SU VINCULACIÓN CON EL DERECHO HUMANITARIO

Bruno Tondini

 

 

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III.12.1.d.- Error estratégico argentino.

El gobierno militar argentino supuso que los EE.UU. eran aliados de nuestro país. Así parecía demostrarlo la lucha conjunta contra el comunismo y el apoyo mutuo en operaciones realizadas en Centroamérica. Por lo tanto, la Junta Militar creyó, no que el gobierno norteamericano apoyaría abierta y efectivamente a la Argentina, pero sí que cumpliría el rol de árbitro para una solución negociada. Es decir, que no se llegaría a un enfrentamiento.

Esto constituyó un enorme error estratégico, ya que los acontecimientos demostraron que la opción de la alianza con Gran Bretaña era mucho más poderosa que con nuestro país. El apoyo norteamericano al Reino Unido fue decisivo para el resultado final del conflicto armado.

Asimismo la Junta militar consideraba que también los países europeos darían la espalda a Gran Bretaña, ello no ocurrió ya que el 10 de abril, los diez países que entonces componían la Comunidad Económica Europea suspendieron todas sus ventas de armas a Argentina. Cabe apreciar la colaboración prestada por Francia en dos segmentos, ordenando retrasar una importante entrega de Exocet a Perú, porque Gran Bretaña temía que este país se los pudiera vender a los argentinos como así también el Ministerio de Defensa galo proveyó a los británicos de valiosa información sobre cómo derribar exitosamente estos misiles y en una segunda etapa de cooperación, Francia facilitó un escuadrón de aviones Mirage y Super Etendard a una base secreta británica. La idea era que los pilotos ingleses se familiarizaran con todo el sistema de los aviones, debilidades y fortalezas, que ocupaban sus enemigos .

Por lo tanto , Argentina quedó prácticamente aislada , contando solo con la solidaridad latinoamericana y con el único apoyo extracontinental de un hombre que era enemigo de todos aquellos países: el líder libio Mohamed Khaddaffi.

El 15 de mayo de 1982, seis argentinos esperaban en el aeropuerto de Barajas, Madrid, a que un avión libio los llevara a Trípoli. El brigadier Teodoro Waldner, el rector jesuita de la Universidad de Tucumán, Aníbal Fosbery, y el almirante Moya, eran los enviados especiales del general Leopoldo Galtieri para negociar una compra de armas con el régimen de Libia. Estos tenían como misión negociar un acuerdo de venta de armas con Khaddafi. Dos días después, los argentinos habían materializado una de las pocas compras que lograron hacer durante el conflicto: 120 misiles antitanques, 20 misiles aire-aire, artillería liviana, morteros y visores infrarrojos. Entre el 20 de mayo hasta el fin de la guerra, el 14 de junio, seis reacondicionados Boeing 707 de Aerolíneas Argentinas volaron entre Buenos Aires y Trípoli. Gracias a la ayuda de la inteligencia estadounidense, los ingleses tuvieron conocimiento de cada uno de los vuelos y, más o menos, del cargamento.

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