Ricardo Contreras Soto
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Ritmo de vida
Sobre el ritmo de vida, podemos decir que en las metrópolis existe una coreografía urbana, un ethos colectivo, exigido en la razón practica de la vida cotidiana basándose como eje la vida laboral, que deambula en tiempos sincopados de la armonía colectiva y orquesta los tiempos y movimientos masivos, que marca y rige los ritmos de estar y hacer en los diversos espacios sociales de los agentes, la lógica de la eficiencia generalizada en prácticas sociales y servicios urbanos, junto a los valores implícitos de puntualidad y de quehacer agendado o programado, que exige disposiciones en docilidad para las encomiendas y el funcionamiento social, es la metáfora del conejo obsesionado corriendo atrás del reloj, donde el tiempo dicta los cambios y supervisa las acciones, la compulsión a ver el reloj, la incorporación a los cuerpos siempre intranquilos de la razón instrumental del sistema (rapidez, eficiencia, calidad, etcétera), que en la fugacidad y vertiginosidad hace poco el disfrute, ciega, desfaculta, altera o hace breve en la precocidad la respuesta del goce. Su extrañeza o admiración de los migrantes hacía el ritmo de vida no es exclusiva de Estados Unidos, quizá sea nueva para algunos de ellos.
Su tipo de vida práctica.(Entrevista 741).
Pues había lugares bonitos, pero el ritmo de vida es muy acelerado y no podía divertirme. (Entrevista 303).
Pues es un tipo de vida más rápido, todo es más rápido, aquí andamos todos más lentos por lo mismo que no tenemos a donde movernos, prácticamente uno quiere hacer algo y no lo hace por que no hay en que moverse uno aquí. (Entrevista 274).