LA DIVISIÓN TERRITORIAL
POLÍTICO-ADMINISTRATIVA CON BASE EN LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA
Fabricio Zanzzi
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3. ¿Por qué la participación ciudadana es importante para el sistema de división
territorial político-administrativo?
Porque un sistema de división territorial político-administrativa basado en la
participación ciudadana garantiza no sólo la igualdad de los derechos de los
ciudadanos, sino también el control de los recursos por parte de la población y
la rendición de cuentas por parte de las autoridades.
Ahora bien, ¿Qué es la ciudadanía? Según Nahuel (2002)34, quien se hace eco de
Marshall, "es aquel estatus que se concede a los miembros de pleno derecho de
una comunidad. Sus beneficiarios son iguales en cuanto a los derechos y
obligaciones que implica. Aunque no existe un principio universal que determine
cuáles son estos, las sociedades donde la ciudadanía es una institución en
desarrollo crean la imagen de una ciudadanía ideal que sirve para calcular el
éxito y es objeto de las aspiraciones.".
Cortés (2005)35, al analizar el grado de efectividad del sistema chileno, aclara
que "La participación ciudadana cualifica la
gestión pública en la medida que permite a las autoridades y tomadores de
decisiones conocer de cerca las necesidades, demandas y expectativas de los
diferentes sujetos sociales. A través suyo, la municipalidad adquiere la
capacidad y sensibilidad para identificar y atender, a través de su oferta de
política pública específica, a las diferentes necesidades y prioridades de sus
pobladores, atendiendo a sus condicionantes socioeconómicos y también los
culturales, etáreos, de género, étnicos, etc., y tiene mayores elementos de
juicio para priorizar inversiones respondiendo al principio de la equidad, con
lo cual también se gana en la racionalización de los recursos municipales que en
general son escasos. Además, la participación ciudadana exige la rendición de
cuenta de parte de las autoridades con lo cual se garantiza también la probidad
y transparencia en las decisiones de gasto público. Este paso entre actor
votante y actor decidor y fiscalizador implica la ampliación del concepto de
ciudadanía dado que los sujetos sociales, a la vez que participan en la elección
de sus autoridades, abandonan su papel pasivo frente a la gestión pública local
y pasan a ser actores estratégicos de la misma.".
Frente al tema de la rendición de cuentas Finot (2001) 36 destaca, al analizar
la realidad latinoamericana, que "Como suele ocurrir en estos casos no existen
estudios ni estadísticas al respecto pero, en general, con la descentralización
las denuncias a través de la prensa se han multiplicado.".
A lo sostenido por Finot se puede aproximar que existe evidencia estadística que
demuestra que mientras más divisiones administrativas hay menos corrupción se
presenta; y, que mientras más representantes ante el Congreso hay en un país
menos corrupción se presenta. A continuación se presentan los gráficos que
correlacionan el número de divisiones administrativas y el número de diputados,
con la percepción de la corrupción dada en un país.
Para alcanzar una real participación ciudadana se vuelve muy útil la existencia
de organizaciones no gubernamentales que presionen en ese sentido, pues actúan
como el catalizador de la ejecución de los cambios que la sociedad requiere,
logrando que -a velocidades variables según el tipo y profundidad de la
democracia en la que se desenvuelven- se vaya edificando una cada vez más
participativa y abierta por medio de la tolerancia hacia la pluralidad de
intereses, opiniones, posiciones y tipos de expresiones de los diversos sectores
sociales; sin embargo ello no significa que esas organizaciones no
gubernamentales representen ni política ni jurídicamente a la ciudadanía.
En el caso ecuatoriano no han faltado diferentes grupos de personas que
presionan en contra del centralismo, sean estos las denominadas Fuerzas vivas,
las diversas asambleas ciudadanas surgidas en una gran cantidad de poblaciones,
entre otras, ya sea reclamando atención del gobierno central, fiscalizando obras
de los gobiernos seccionales o presionando para que las autoridades nombradas
por los Gobernadores sean nativos de la población a la que serán asignados.
En sus estudios sobre la instrumentación de la democracia participativa Ryan
(2001), partiendo del análisis sobre el concepto de Sociedad Civil de Cohen y
Arato, distingue al menos dos componentes de la democracia participativa: a.- Un
componente activo que comprende las actuaciones de la sociedad civil
(Concienciación, educación, movilización social, exposición a la opinión
pública, Etc.); y, b.- Un componente institucional referido a la garantía de lo
derechos ciudadanos. Para que ambos componentes coadyuven a potenciar el
beneficio de la población se debe contar con información que goce de
credibilidad. Por ello, sostiene37 que "para avanzar en el camino de la
participación pública se debe garantizar el acceso a la información, a los
procesos de toma de decisiones y a la justicia; estos elementos configuran una
suerte de modelo básico para la construcción de una democracia participativa.".
Añade, luego 8 , que "La insuficiente información, las barreras culturales, las
desigualdades sociales, la falta de responsabilidad social, el desinterés, el
escepticismo, el temor a la manipulación, el clientelismo político, el
autoritarismo, son solo algunos aspectos de nuestra vida social que afectan y
condicionan las experiencias concretas de participación.". Muchas personas se
sienten desencantadas luego de participar en los procesos participativos; sin
embargo, siempre hay que recordar que la democracia es el sistema menos malo,
pues a medida que se restringe la libertad los ciudadanos pierden el control
sobre el sector público.
En América Latina el recuerdo de las dictaduras está latente, aún así hay muchas
personas que debido a la corrupción piden regresar a los tiempos de las
dictaduras pues dicen que en ellas no había tantos escándalos de corrupción. Es
necesario recordarles que no los había porque quien se atrevía a denunciar la
corrupción del
déspota de turno podía perder la cabeza, literalmente. No es que no había
denuncias de corrupción porque el déspota no era corrupto. ¡Su primer acto de
corrupción fue apropiarse del poder!
Recuerde la evidencia estadística de que mientras más diputados menos
corrupción. Mucha gente considera que ellos son corruptos, que si hay más
diputados hay más corrupción. Pudiera ser saludable dar un beneficio de la duda
al sistema político y considerar si acaso fuera posible que cuando hay más
diputados hay más denuncias de corrupción. En otras palabras: si en un año se
cometen 3 actos de corrupción, fuera lógico pensar que si hay 10 diputados hay
más probabilidad de que sean denunciados dichos actos, a que si sólo hay 5
diputados (Quizá al haber menos diputados sea más probable que coludan). Así,
las denuncias hacen aparecer como si el hecho de que haya más diputados hace que
haya más corrupción. Pero, no es así, ello sólo haría que la corrupción tenga
más probabilidades de salir a flote.
Retomando el tema, por medio de la instrumentación de la participación ciudadana
se puede mejorar la gestión pública:
a. La información acerca de las necesidades, prioridades y capacidades de las
comunidades o sectores involucrados puede incrementarse;
b. Los programas pueden ser mejor adaptados a las necesidades locales, lo que
favorece un mejor uso de los recursos;
c. La entrega de los servicios puede ser de mejor calidad y atender mejor a la
demanda;
d. Permite movilizar recursos locales;
e. Puede mejorar la utilización y el mantenimiento de las instalaciones y
servicios gubernamentales.
Además, cuida, de acuerdo a las investigaciones de Lahera (2004)40, de que los
gobiernos requieran coordinar sus políticas públicas con los partidos políticos,
y estos -a su vez, "deben ser capaces de organizarse para las elecciones, pero
también de gobernar; para ello, sería conveniente fortalecer los institutos de
estudio ligados a ellos e insistir en la incorporación de personas con capacidad
técnica y científica para diseñar las propuestas de políticas públicas.", de
esta manera no se tuviera partidos políticos desconectados con las tan diversas
realidades localistas.
Finalmente, en el ámbito de la participación ciudadana existe un instrumento muy
útil en los regímenes democráticos participativos, aunque debe ser conducida con
mucho tino debido a que funciona como receptora directa de las opiniones de los
ciudadanos en la concatenación de alternativas para la resolución de problemas
que afectan a diversos grupos sociales, es la Audiencia Pública, misma que en
concepto de García (2003)41 "es una instancia de participación en el proceso de
toma de decisión, en el cual la autoridad responsable habilita un espacio
institucional para que todos aquellos que puedan verse afectados o tengan un
interés particular, expresen su opinión respecto de ella.", pasa a ser "un
excelente espacio de encuentro entre vecinos, organizaciones sociales
especializadas en las distintas temáticas de preocupación de la comunidad, el
sector privado, las instituciones técnicas y las autoridades gubernamentales. Es
ahí donde pueden presentarse, con absoluta libertad, las perspectivas tanto
individuales como grupales o colectivas sobre el futuro del medio ambiente.
También ahí pueden manifestarse las interpretaciones de cada uno sobre los
problemas comunes y sobre las soluciones que deban encararse.".
Por tanto, el sistema de división territorial político-administrativa debe ser
edificado de manera tal que garantice la instrumentación de la participación
ciudadana, sea esta para controlar a los funcionarios, a las políticas del
gobernante, la socialización de posibles soluciones a problemas de carácter
público o para impulsar la rendición de cuentas de las autoridades de las
organizaciones públicas.