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JAÉN DE PAKAMUROS


BREVE ENSAYO SOBRE LOS POBLADORES PREHISPÁNICOS DE LA PROVINCIA DE JAÉN
Y EL ORIGEN DEL NOMBRE PAKAMUROS


 

Alexander Albán Aléncar

 

 

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CAPITULO II. SOBRE LA ETNIA Y CULTURA PAKAMUROS; INTERPRETACIÓN TRADICIONAL Y MODERNA

II. SOBRE LA ETNIA Y CULTURA PAKAMUROS; INTERPRETACIÓN TRADICIONAL Y MODERNA:

Durante nuestra permanencia en la Sub Región I, la cual es integrada por Jaén, San Ignacio, Bagua, Utcubamba y Condorcanqui hemos tenido la oportunidad de recorrer su territorio, principalmente donde se han hallado e identificado restos arqueológicos de los habitantes prehispánicos. De igual forma se han visitado los museos de sitio existentes y las colecciones privadas en las que se exhiben diversas muestras de las manifestaciones culturales producidas por las etnias asentadas en la zona.

Hemos realizado, también, un estudio preliminar de las investigaciones que en torno a la historia de Jaén se han publicado, merced a ellos estamos en condiciones de presentar nuestras apreciaciones tentativas sobre las etnias y su desarrollo cultural en este contexto geopolítico y también de expresar nuestras opiniones en torno a los diferentes estudios e investigaciones realizadas en torno al tema. Todo ello con el objeto de dilucidar una correcta interpretación del pasado a la luz del presente.

1. Por los numerosos y variados testimonios arqueológicos se deduce la antigüedad muy temprana de la ocupación humana en el territorio de Jaén y zonas aledañas, toda vez que a lo largo y ancho del actual territorio de la Sub Región I se han encontrado una serie de evidencias arqueológicas que confirman la presencia de grupos humanos en la zona con una antigüedad de por lo menos 10,000 años.

Estas evidencias se plasman en el arte rupestre, creación artística del hombre del paleolítico con fines mágicos y religiosos, las mismas que abundan en toda la Sub Región. Además existen restos, de esta época, confeccionados con huesos, dientes, astas de animales y piedras, todos ellos en forma rudimentaria.(1)

Indudablemente se trata de hombres nómades que habitaron en cavernas y que periódicamente se desplazaban tras los animales que le brindaban carne para su alimentación, mediante la actividad de la caza, tal como lo han representado en los dibujos dejados en el interior de las cuevas que les servían de vivienda.(2)

Eran habitantes del paleolítico que aún tenían serias limitaciones para dominar la naturaleza. Muchas de estas pictografías – arte rupestre – han sido localizadas en los distritos de Chontaly y Colasay en Jaén, así mismo, en la provincia de San Ignacio (Cajamarca), Bagua, Utcubamba y Condorcanqui (Amazonas). Evidenciando una ocupación muy antigua del hombre en la región.

2. Creemos que es erróneo suponer que hubo continuidad cultural o que fue un solo grupo étnico el que habitó y forjó cultura en Jaén toda vez que desde tiempos prehistóricos los asentamientos humanos primitivos estuvieron conformados por bandas errantes que tuvieron orígenes distintos y por lo tanto con marcadas diferencias entre sí.

Estas bandas devinieron posteriormente en comunidades cuyos habitantes experimentaron la llamada Revolución Neolítica(3) de tal forma que conocieron las excelencias de la metalurgia, cerámica, agricultura y ganadería deviniendo en sedentarios. Pero no todos alcanzaron este desarrollo muchos quedaron rezagados y aún hoy, en pleno siglo XX viven como en la edad de piedra.

Este desarrollo cultural lo pudieron alcanzar independientemente o quizás por medio de la influencia de otros grupos humanos llegados de otras regiones con un desarrollo cultural que les permitió imponerse aceptablemente sobre la naturaleza o quizá se trató de ambas propuestas a la vez. Sea cual fuera el origen de las etnias pre-hispánicas se deduce, a través de las investigaciones, que éstas nunca estuvieron nucleadas o confederadas como es el caso de los Chancas, Tallanes o Huancas.

Sobre la supuesta confederación llamada Cultura Pakamuros no hay evidencias arqueológicas ni históricas que la sustenten de tal suerte que algunos grupos se desarrollaron en forma independiente y otras con la influencia de culturas foráneas; los patrones incas, chavinos y cuismancus reflejados en la cerámica y construcciones, que la arqueología regional nos proporciona, darían fe de ello.

Por ello, pensamos, es erróneo sostener que todas las manifestaciones culturales halladas en Jaén pertenezcan a un solo grupo étnico y mucho menos a uno llamado Pakamuros o Pukamuros.

3. La gran confusión reinante se debe, en gran parte, a los marcos teóricos asumidos por algunos investigadores locales los mismos que muchas veces no se ajustan a la realidad concreta de los hechos sino más bien a un comprensible pero exacerbado regionalismo que trata muchas veces de forzar los hechos hacia una realidad subjetiva, ajenos a la verdad científica. Ello se manifiesta, por ejemplo, en la clasificación muchas veces errónea de los restos utilitarios (Huacos, morteros, armas, etc.) hallados en la región y que son exhibidos en museos estatales y colecciones privadas.

En los museos de sitio de la Sub-Región I encontramos una particularidad resaltante que restaría tajantemente el valor histórico que pudieran tener las piezas arqueológicas que en ellas se exhiben. Esta deficiencia se da debido a que las piezas han sido recolectadas o extraídas sin aplicar ningún criterio científico, cual labor de huaqueros muchas muestras han sido separadas de sus “contextos” sin consignar el lugar específico donde han sido halladas, ni como han sido halladas y sobre todo sin especificar con qué otros elementos se las ha encontrado asociadas (huesos, vegetales, piedra, suelo, etc.). Estos restos científicamente no tienen ningún valor, salvo el decorativo.

En Bagua Grande, capital de la provincia de Utcubamba (Amazonas) el museo del Instituto Provincial de Cultura (I.P.C.) es un rincón descuidado y oscuro donde se han amontonado restos líticos y cerámicos sin consignar informe sobre su origen o utilización. Esta a cargo de un profesor muy entusiasta pero carente de los conocimientos básicos y propios del campo de las ciencias sociales.

En Bagua, provincia de Bagua (Amazonas) existe un museo del Instituto Provincial de Cultura con moderna infraestructura y correctamente conservado. En él se exhiben, también, muchas piezas separadas de su contexto sin ningún registro y con clasificación, muchas veces, errónea. Últimamente a raíz de la presencia de un grupo de arqueólogos del I.N.C. de la Libertad se están subsanando estas deficiencias y lo que es más se están profundizando las investigaciones en torno a los dinosaurios que poblaron la región durante la prehistoria.

En el caso del Museo Regional de Jaén es loable la tarea por brindar a la comunidad un museo acorde a su condición de ciudad pero vemos que en la exposición de muestras existen diversos restos (muebles e inmuebles), de orígenes totalmente distintos entre sí pero presentados como si pertenecieran a un solo grupo étnico, los pakamuros.

Este error se incrementa al seguir recolectando piezas sin ningún criterio metodológico, las mismas que yacen en cajas y bolsas debajo de los estantes del museo sin consignar sus datos elementales. En conclusión, en el museo no se ha aplicado aún una correcta clasificación y tratamiento científico a las muestras que se poseen, ello cuestionaría el valor histórico que pudieran tener.

4. Otro elemento que contribuye a incrementar esta confusión lo hallamos en el exacerbado sentimiento “regionalista” que lleva a defender “a capa y espada” un marco teórico que, muchas veces, no se ajusta a la realidad, ello se plasma en los diferentes trabajos de investigación que hasta la fecha se han publicado,(1) todos ellos tienden a ensalzar y presentar como única a la llamada cultura pakamuros.

Es conveniente resaltar que sobre la historia de Jaén muy poco se ha escrito y, también, muy poco se ha investigado científicamente. En la gran mayoría de libros priman las conjeturas y el “posiblemente” pero también existen obras académicas serias y de respeto, dignas de ser consultadas y difundidas. Dentro de la producción historiográfica destacan, de manera genérica, las siguientes:

- “LA PACHAPIRIA” del ingeniero José Portugal que describe el Jaén de la década del 50, en él se consignan sus posibilidades de desarrollo y el impulso de sus habitantes para alcanzar el progreso económico y cultural, sucintamente se habla sobre el Jaén pre-hispanico.

- “JAÉN EL MILAGRO PERUANO” y “JAÉN ¿SERÁ UN NUEVO DEPARTAMENTO” del profesor Rodolfo Gutiérrez; un importante trabajo socio-económico del Jaén contemporáneo enmarcado en sus afanes de querer convertirse en departamento, afanes que aún siguen vigentes. En breves líneas se hace referencia sobre los pakamuros.

- “JAÉN DE BRACAMOROS” (4 tomos) del jesuita Martín Cuesta; escrita, según sus críticos, desde una óptica hispanista. En ella se aborda detalladamente la historia de Jaén prehispánico con la particularidad de mencionar constantemente a los pakamuros pero sin consignar, en su relación de etnias, ningún grupo con este nombre y mucho menos su ubicación territorial.

- “JAEN HUELLAS HISTORICAS” (2 Tomos) del señor Oscar Duda Risco. Una obra muy difundida en la región y valiosa en los aspectos anecdóticos, folklóricos y costumbristas de Jaén. Es una compilación de poesías, cuentos y datos históricos brindados por éste destacado intelectual jaenes.

- “HISTORIA DE CAJAMARCA” del doctor Waldemar Espinoza Soriano. En ella se presenta, a raíz de un trabajo etnohistórico, una relación detallada de los grupos prehispánicos que poblaron Jaén y San Ignacio. Indudablemente datos de primera mano que pocos historiadores locales, hasta la fecha, han tomado en cuenta.

Mención aparte constituye la persona del profesor Ulises Gamonal Guevara, quien a decir de muchos se ha “casado” con la historia de Jaén. A él y a los integrantes del Circulo Cultural “Jaime Vasquez Díaz” pertenecen los más importantes y polémicos trabajos que tratan de explicar el origen de los antiguos jaeneses.

Su vasta producción historiográfica la encontramos en los diferentes números de las revistas “Facetas” y “Pakamuros” y en los trabajos editados por el Circulo Cultural “Jaime Vásquez Díaz” destacando entre ellos su significativa obra “Los Pakamuros” (Jaén, 1989). En ella vuelca sus conocimientos en torno a lo que designa como “Cultura Pakamuros”.

Con el respeto que él y sus adeptos se merecen nosotros no comulgamos con muchos de sus planteamientos toda vez que propugnan la existencia de una sola cultura de dimensión regional denominada Cultura Pakamuros a quienes atribuyen todas las manifestaciones culturales que se han localizado en la provincia de Jaén y aún en la de zonas tan distantes como Chota, Cutervo, Bagua y Utcubamba pese a que la historia y la arqueología parecen evidenciar claramente lo contrario.

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