BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

LORETO
APUNTES SOBRE DESCENTRALIZACIÓN Y DESARROLLO INTEGRAL EN LA DÉCADA DE LOS NOVENTA

 

 

Alexander Albán Aléncar

 

 

 

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CAPITULO II. EL GOBIERNO CENTRAL Y LA REGIÓN LORETO

2.1 GOBIERNO CENTRAL Y CENTRALISMO.

La Constitución de 1993 plantea que: “La República del Perú es democrática, social, independiente y soberana. El Estado es único e indivisible. Su gobierno es unitario, representativo y descentralizado y se organiza según el principio de la separación de poderes” (Art. 43°) su creación se vincula a un solo centro de impulso político y gubernamental...sin llegar a la estructura federal (EE:UU, México, Brasil, Venezuela y Argentina), armoniza su territorio en forma descentralizada, conforme lo estipula nuestra Constitución. Para el efecto crea Gobiernos Regionales con Autonomía política, económica y administrativa, que encarnan el proceso de descentralización.

El Estado unitario descentralizado, en nuestro país, es solo un conjunto de buenas intenciones pues prima un arraigado centralismo que obstruye el desarrollo armónico de Loreto, genera una perniciosa dependencia de los planes de inversión y desarrollo de nuestra región y cercena el ejercicio pleno de los derechos de participación y autogobierno regional a los ciudadanos de las provincias del interior. Es la negación descentralista del Estado plasmada en la Constitución política del Estado.

Por ello, no nos sorprende que el burgomaestre limeño Alberto Andrade manifieste que, “en el Perú el centralismo actual es, en esencia, un proceso de hipercentralización y concentración del poder político en manos de un pequeño grupo. Esa política va en sentido opuesto de la tendencia mundial. el centralismo del actual gobierno concentra más del 96% del presupuesto nacional”. (Memorial Descentralista 09/06/99:7)

De igual modo, como lo dijéramos en nuestra introducción “el centralismo es aun visto como una confrontación de la ciudad de Lima con el resto del país. Sin entender que Lima es, más que beneficiaria, uno de los espacios más afectados por el centralismo. El discurso del centralismo se mantiene aun muy centrado en la sola disputa en torno a la distribución del presupuesto publico nacional que, como ya se señaló, es por cierto uno de los más centralistas del continente” (Barrenechea 1999:36).

Esta practica centralista resulta perjudicial para Loreto pues el enfoque global que da el Gobierno Central a los problemas del país no toman en cuenta las peculiaridades que tiene la región para lograr su desarrollo integral y autosostenido. Vemos que a través de la Ley Marco de Descentralización se quiere corregir, por ahora en teoría, las deficiencias que el centralismo ha traído consigo para Loreto. Por ejemplo en el Titulo I plantea que “el gobierno central participa en la evaluación y desarrollo del proceso de descentralización. También participa, a través de los representantes de los sectores y organismos públicos descentralizados – en la coordinación local y regional”. (Art. 4°).

Plantea también que, “las normas de organización del Poder Ejecutivo, de los Ministerios y de los organizamos públicos descentralizados, establecen su organización y funciones tomando en cuenta la organización y competencias de las instancias descentralizadas (Art. 5°).y que en relación a los órganos desconcentrados del Gobierno Central corresponde a estos concertar y coordinar adecuadamente con las instancias descentralizadas la ejecución de las acciones de competencia (Art. 6°). De igual modo consigna que, “a cada instancia descentralizada le corresponde un conjunto de competencias y funciones asignadas por la Constitución y las Leyes. Las competencias que no sean expresamente asignadas por la Ley a las municipalidades y las regiones, se entenderán que corresponden al Gobierno Central.

Para Loreto, es importante que el Gobierno Central permita “la transferencia de facultades y competencias que le son propias, y de los recursos del Estado a las instancias descentralizadas (Ley N° 26922) o más específicamente que se impulse la transferencia de funciones y la correspondiente facultad de decisión en los aspectos políticos, económicos, administrativos, del centro a la periferia... buscando un desarrollo homogéneo de las regiones, orientado a superar las desigualdades y desequilibrios existentes en el país. (INKARI, 1989:14).

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