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LOS CONDICIONANTES EXTERNOS EN LOS PROCESOS DE INTEGRACIÓN
El rol de Estados Unidos de América ante los casos europeo y latinoamericano


Eduardo Rivas

 

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Introducción

En política internacional, los actores ven condicionado su accionar por cuestiones externas e internas, máxime aún, cuando los actores en estudio son organizaciones internacionales, puesto que, conformadas por diferentes Estados, tienen su origen en el accionar externo de éstos.

Ya en el siglo XXI, existen en el mundo más de tres centenares y medio de Organizaciones internacionales (1) y casi la totalidad de los Estados participan en, al menos, una de estas organizaciones.

En el presente trabajo, se estudiarán los procesos de integración que se han ido produciendo tanto en Europa como en América Latina, centrando el enfoque en los casos de la Unión Europea (UE) y el Mercado Común del Sur (MERCOSUR), poniendo de relieve los condicionantes externos que interactuaron sobre estos procesos integradores, y en especial el rol desempeñado por Estados Unidos de América (EUA) frente a ambos procesos.

Resulta importante analizar el rol desempeñado por Estados Unidos de América en los procesos de integración, porque luego de la Primera Guerra Mundial y, más aún, tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial, se  convirtió en una de las mayores potencias del mundo (2), realidad que se suma a la ideología propia de sentirse designados por un poder divino para determinar y resguardar un orden mundial determinado (3), configurando un esquema de relaciones internacionales muy particular (4).

Y es tan particular, que los EUA, que siempre habían considerado al continente americano como “su” continente, y “sentirse” con capacidad para determinar en él qué se podía hacer y qué no, tras convertirse en una de las mayores potencias mundiales consideraban, y aún hoy lo siguen considerando, que su área de influencia y acción se extendía, ya no sólo a América Latina, sino también, por una particular interpretación de la Doctrina Monroe, a Europa,  Los condicionantes externos en los procesos de integración El rol de Estados Unidos de América ante los casos europeo y latinoamericano Medio Oriente, Sudeste Asiático y a todo aquel lugar en donde se cuestionara su rol como potencia o se pusieran en peligro sus intereses económicos (5).

Por ello, tras la última gran conflagración bélica mundial, EUA encaró una batalla más silenciosa pero no por ello menos dura, emprendió lo que más tarde se denominó la Guerra Fría (6), o Tercera Guerra Mundial. Esta política fue claramente definida por el presidente estadounidense Harry Truman quien en un mensaje enviado al Congreso el 12 de marzo de 1947, decía: “Creo que Estados Unidos debe apoyar a los pueblos libres que resisten a las tentativas de sojuzgamiento por minorías armadas, o a las presiones que vienen del exterior. Creo que debemos ayudar a los pueblos libres a forjar su destino con sus propias manos” (7).

Es en este contexto que comienzan a conformarse durante el siglo pasado, tanto en Europa como en América Latina, los primeros procesos de integración con pretensiones continentales, en el caso europeo, o subcontinentales, en el caso latinoamericano, y EUA tuvo un comportamiento muy diferente ante ambas situaciones, por ello resulta interesante el estudio de estos condicionantes externos, para analizar cómo influyen comportamientos de ese tipo en el desarrollo de estas nacientes Organizaciones internacionales.

No se perderá de vista, sin embargo, los condicionantes internos, que sin duda tienen una gran importancia, quizás mayor que los condicionantes externos, pero se acentuará el estudio en las cuestiones externas a fin de establecer similares parámetros de análisis para ambos procesos integradores.

Quizás las aspiraciones del estudio sean muy ambiciosas, pero hay que planear en grande para poder realizar en grande, ojalá logremos cumplir el objetivo previsto y poder echar un poco de luz sobre los condicionantes externos en los procesos de integración en Europa y América Latina.


1. Las Organizaciones internacionales son “unas asociaciones voluntarias de Estados establecidas por acuerdo internacional, dotadas de órganos permanentes, propios e independientes, encargados de gestionar unos intereses colectivos y capaces de expresar una voluntad jurídicamente distinta de la de sus miembros”. DIEZ DE VELASCO, M., Las Organizaciones internacionales, Tecnos, Madrid, 1999, página 44.

2. “En el siglo XX, ningún país ha influido tan decisivamente, y al mismo tiempo con tanta ambivalencia, en las relaciones internacionales como los Estados Unidos. Ninguna sociedad ha insistido con mayor firmeza en lo inadmisible de la intervención en los asuntos internos de otros Estados, ni ha afirmado más apasionadamente que sus propios valores tenían aplicación universal. Ninguna nación ha sido más pragmática en la conducción cotidiana de su diplomacia ni más ideológica en la búsqueda de sus convicciones morales históricas”. KISSINGER, H., Diplomacia, Ediciones B, Barcelona, 1996, página 9.

3. A principios del siglo XX el entonces presidente estadounidense Woodrow Wilson afirmaba en un discurso pronunciado el 13 de junio de 1916 en ocasión de la graduación anual de la Academia Militar de West Point, que “Fue como si en la Providencia de Dios un continente se hubiese mantenido virgen aguardando a un pueblo pacífico que amara la libertad y los derechos del hombre más que ninguna otra cosa, para que llegara a establecer una comunidad de auténtico desinterés”. KISSINGER, H., Diplomacia, Ediciones B, Barcelona, 1996, página 42.

4. Al respecto se afirma en algunos documentos del Pentágono, escritos bajo la dirección de Paul Wilfowitz “El orden internacional está garantizado por los Estados Unidos [...] debemos estar en condiciones de actuar independientemente cuando una acción colectiva no pueda ser lanzada, o en caso de crisis que necesiten una acción inmediata [...] Debemos actuar con vistas a impedir la emergencia de un sistema de seguridad exclusivamente europeo, que podría desestabilizar a la NATO [...] tenemos que convencer a eventuales rivales que no tienen necesidad de jugar un papel importante [...] Todo ello debe ser garantizado por un comportamiento constructivo y una fuerza militar suficiente para disuadir a cualquier nación o grupo de naciones de desafiar la supremacía de EUA [...] Debemos tener en cuenta los intereses de las naciones industrializadas y desalentarlas si tienen la pretensión de oponerse al liderazgo norteamericano, o si tratan de cuestionar el orden económico y político establecido”. http://www.puntofinal.cl/

5. En 1915, el presidente estadounidense Wilson sostuvo que “como exigimos un desarrollo sin agresiones y el gobierno no interrumpido de nuestras propias vidas sobre nuestros propios principios de derecho y libertad, rechazamos, venga de donde viniere, toda agresión que nosotros mismos no cometamos. Insistimos en la seguridad siguiendo las líneas del desarrollo nacional que nosotros mismo hemos elegido. Haremos más que esto: también lo exigiremos a otros. No limitaremos nuestro entusiasmo por la libertad individual y el libre desarrollo nacional a los incidentes y asuntos que sólo nos afecten a nosotros. Lo sentiremos por dondequiera que haya un pueblo empeñado en avanzar por estos difíciles caminos de la independencia y el derecho”.

Woodrow Wilson, mensaje anual al Congreso sobre el Estado de la Unión, 7 de diciembre de 1915.

KISSINGER, H., Diplomacia, Ediciones B, Barcelona, 1996, página 42.

Noam Chomsky definió muy bien el objetivo esencial de la política exterior estadounidense: “Está concebida para crear y mantener un orden internacional en el marco del cual las empresas de los Estados Unidos pueden prosperar, un mundo de «sociedades abiertas», lo que significa sociedades abiertas a las inversiones fructíferas, favorables a la expansión del mercado de exportación y a la transferencia de capitales, así como a la explotación de recursos humanos y materiales por las empresas norteamericanas y sus sucursales locales.

Las «sociedades abiertas», en la verdadera acepción del término, son sociedades que están abiertas a la penetración económica y al control político de Estados Unidos [...] En la percepción de los administradores norteamericanos, el mundo está poblado de enemigos de esta libertad, quienes buscan limitar el libre ejercicio de este derecho fundamental, el derecho de robar y explotar”. CHOMSKY, N., Idéologie et Pouvoir, EPO, París, 1995, página 9.

6. “Esa guerra fría lo fue sólo en cuanto a que no hubo choques directos, declarados y públicos entre estadounidenses y soviéticos. Pero después de 1945, durante esta Tercera Guerra Mundial han muerto en combate siete millones doscientos mil soldados y entre veinticinco y treinta y tres millones de civiles implicados en los mismos”. DE LA CUEVA, J., http://www.basque-red.net/

7. FONTAINE, A., Histoire de la guerre froide, Seuil, vol. I, París, 1992, página 324.

 

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