INFORME SOBRE NECESIDADES SOCIALES EN GUANAJUATO.
Elementos de reflexión para el rediseño curricular de las carreras
económico administrativas.
Coordinador: Ricardo Contreras Soto
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Aguas superficiales
La calidad del agua de todas las corrientes superficiales es
deficiente. En un análisis de las 11 estaciones de monitoreo, ubicadas
la mayoría en el río Lerma, todas presentan valores de contaminación
evidente a fuertemente contaminada, en el tramo Irapuato-La Piedad, por
las descargas del corredor porcino y en el tramo del río Turbio, por los
sedimentos generados por las descargas urbano-industriales de León, lo
que lo clasifica como el cuerpo de agua con más alto grado de
contaminación de toda la región. El río La Laja tiene un ICA de 58; el
río Guanajuato tiene un ICA promedio de 45, que lo clasifica como
contaminado para un uso agrícola.
Los almacenamientos de agua también presentan problemas importantes de
calidad, teniendo a la presa Allende y la Purísima con altas
concentraciones de fierro y nitrógeno amoniacal, además de coliformes
totales y fecales. La laguna de Yuriria presenta un 51% de maleza
enraizada y sumergida, 41% de tule y un 8% de lirio acuático.
Aguas subterráneas
En los acuíferos se ha incrementado la concentración de sales a través
del tiempo, debido al abatimiento acelerado de los mismos. La zona que
presenta mayor concentración de sodio es la suroeste, que abarca los
municipios de Ciudad Manuel
Doblado, Pénjamo, Cuerámaro, Abasolo, Huanímaro y Valle de Santiago, en
donde ya se observan los efectos nocivos en el suelo y en los cultivos,
como el sorgo. Las aguas contaminadas el río Turbio cruzan el acuífero
del Valle León; en esta región, se combinan para el riego aguas limpias
con aguas negras de la ciudad de León. Estas últimas provienen de la
actividad de la industria de la curtiduría, y tienen una gran cantidad
de contaminantes, principalmente cromo.
Problemática y contaminación del suelo por residuos sólidos
México enfrenta grandes retos en el manejo de sus residuos sólidos
urbanos (RSU) y de su manejo especial (RME), conocidos coloquialmente
como basura. Factores como el crecimiento de la población y de la
actividad industrial, los patrones actuales de producción y consumo, el
proceso de urbanización, entre otros, han modificado de manera
importante la cantidad y composición de estos residuos. En las últimas
cuatro décadas la población del país creció de 30 millones de habitantes
en 1950 a 97.3 millones en 2000, y la generación de residuos se
incrementó alrededor de 10 veces, pasó de 3 millones de toneladas en la
década de los cincuenta a 32 millones de toneladas en la actualidad.
Esto significa, en promedio, que cada habitante genera cerca de 1 Kg de
basura diariamente.
Del total de los residuos generados en el país se recolecta alrededor
de 83 por ciento, pero sólo la mitad tiene una disposición final
adecuada. En consecuencia, de los 32 millones generados al año poco más
de 12 millones se disponen en tiraderos a cielo abierto y sin control
alguno. Adicionalmente, es necesario señalar que la mayoría de los
sitios de disposición final no cumplen con las condiciones para evitar
la contaminación de los suelos, los acuíferos y el aire por el efecto de
los lixiviados y el biogás generados por la descomposición de la basura
(1).
La expansión de las zonas urbanas también ha tenido un impacto negativo
muy importante sobre la calidad del suelo en el estado de Guanajuato.
Esta expansión se ha dado sobre suelos con aptitud agrícola, muy
productivos en la región del Bajío. El crecimiento de las ciudades y de
las zonas urbanas en general, trae consigo un problema adicional, la
generación de residuos. La inadecuada disposición de éstos impide el
aprovechamiento óptimo del suelo y provoca su contaminación, debido a
los compuestos químicos originados por la descomposición de los
desechos. Asimismo, la presencia de los plásticos y de sus derivados
altera la belleza natural del paisaje.
De manera colateral, cabe mencionar que el manejo y disposición
adecuados de los desechos, permitiría su separación, reciclado y
aprovechamiento, y se traduciría en diversos efectos positivos, como la
protección del suelo, del agua, de los ecosistemas y sus consecuentes
ventajas económicas.
En el estado se genera una cantidad de residuos sólidos promedio de
3,217 toneladas diarias. De esta cantidad, solamente se dispone de
manera controlada en rellenos sanitarios de 1,868 ton / día, es decir,
el 58%. (2). La tabla siguiente muestra la infraestructura para el manejo,
recolección y disposición final de los residuos sólidos del estado en
1997 y 1999. Estas cifras son alentadoras, porque hablan de un manejo
más adecuado de los residuos, aunque éste es aún insuficiente.
1. Guía de cumplimiento de la NOM-083-SEMARNAT-2003
2. INFORME DE REVISTA PUBLICADA EN EL AÑO 2005,
Guanajuato en cifras.