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VENEZUELA, CAPITALISMO DE ESTADO, REFORMA Y REVOLUCIÓN

Edgardo González Medina

 

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Monetarismo y poder político

El régimen debía intentar completar el proceso de disolución del gomecismo, y sobre todo la regularización de la riqueza nacional ya iniciado por el régimen de López Contreras(1935-1941). En fecha 6 de octubre de 1940 se habían participado las operaciones iniciales del novedoso Banco Central, anunciando la centralización de la emisión y solicitando a los bancos privados la entrega de las reservas de oro.

No fue una expropiación. El BCV (Banco Central de Venezuela), les retornaba a los bancos el crédito para los fondos que venían manejando. Se presentó una variedad de problemas con los billetes ya retirados de la circulación y prestos a ser incinerados pero aún en poder de la banca, ya que ésta alegó en algunos casos el derecho de crédito sobre una circulación ficticia con la que pretendieron inflar el poder real de las emisiones. El Banco Venezolano de Crédito no quiso inicialmente acatar la prescripción de la entrega del oro. Alegaban derechos adquiridos sobre el oro, derechos subjetivos de sus poseedores. Este era un alegato tradicional en materia de derechos económicos, debido a la escasa consideración de la competencia del poder público. Las promesas de guerra hecha a los soldados en la Independencia o la Guerra Federal pudieron haberse supuesto con fuerza de ley, por ejemplo, pero a la postre el derecho primigenio de conquista y colonización que ciertos grupos heredaron, predominó aun con las guerras, y la propiedad nunca dejó de estar identificada con las viejas herencias. La norma de propiedad privada ha sido, como en la mayor parte del mundo, un hecho consuetudinario, generador de derechos subjetivos. Posteriormente, el desarrollo económico-jurídico coloca las normas económicas en evolución, comienzan a gravitar sobre las cosas, el proceso productivo adquiere un carácter más social, la norma deviene mas objetiva, y la propiedad privada responde a otras razones que sin dejar de integrar los contenidos tradicionales contemplan la función social como elemento importante.

El BCV ejecuta las reservas del Banco Venezolano de Crédito y se niega a un arbitramiento, lo cual quería decir que no aceptaba la igualdad entre el ente privado y el ente estatal basado en la posesión de la riqueza. La Corte Superior del Distrito Federal niega el arbitramiento. El Banco Central declara que el arbitramiento no debe tener lugar:

"...por la convicción que se tiene de que tratándose de preceptos fundamentales de la Ley que creó el Instituto, las cuales revisten, evidentemente, el carácter dispositivo de orden público, vinculados a la organización de la economía nacional, no podría admitirse, jurídicamente, desviar la controversia del camino de los tribunales de la República, únicos autorizados para decidir tales materias...."35.

El BCV recibe de los bancos De Venezuela, Mercantil y Agrícola, Maracaibo, Comercial de Maracaibo, y Caracas, por partidas de oro el montante de 95.928.478 bolívares. Al final de 1941 la garantía de la emisión es del 79,4% de oro sobre una circulación de mas de ciento cincuenta y seis millones de bolívares, sumados los saldos de emisiones traspasadas pero aún no canjeadas, es decir, Bs. 95.695.210 del BCV y Bs. 60.737.520 de otros bancos, con lo cual un 61,2% era responsabilidad única del BCV. La emisión propia del BCV ya alcanzaba Bs. 21.507.300, casi un catorce por ciento, teniendo como contrapartida cantidades de oro entregadas por el gobierno, mientras que las entregadas libremente por los bancos eran del orden de Bs. 28.382.482. El aumento de la emisión no significó crecimiento de la liquidez en manos del público, detectándose una baja en este año con respecto al 1940, ya que existía una tenencia inactiva de billetes en los bancos como sustitución de la reserva anteriormente de oro. Los bancos extranjeros Royal Bank of Canadá, London & South American Ltd., National Bank of New York, y Holandés Unido, estaban en posesión de oro propiedad del gobierno nacional, en virtud de convenios anteriores que prescribían la devolución a requerimiento del gobierno, lo cual ocurrió.

El éxito del BCV era cosa segura. Al iniciarse las operaciones tienen recaudado el 25% del capital subscrito. En mayo de 1941 solicitan a los tenedores de acciones el desembolso de la segunda cuota, la cual es pagada en un 95% al cierre del ejercicio. La idea del BCV había movido a 10.818 accionistas, muchos de los cuales era poseedor de un máximo de diez acciones. No se propone en este tiempo un aumento del capital en exceso con respecto a la emisión que daba o podía dar lugar la economía. Pensaron que si excedían su capital tendrían que hacer directamente inversiones productivas.

El 17 de febrero de 1941 registró el BCV su primera operación de redescuento, con el Banco Mercantil y Agrícola, negociando diez giros; y en el curso del año las operaciones de este tipo ascienden a poco más de ocho millones de bolívares (Bs. 8.055.939), como sigue:

C.3. BCV. OPERACIONES DE REDESCUENTO. AÑO 1941 Bolívares a precios corrientes Clase Documentos Importe(Bs) Agropecuarias 334 3.384.734 Pignoraciones del tabaco 30 55.797 Con garantía de divisas 1 1.236.000 Mercantiles e Industriales 39 1.010.543 Con garantía de "Certificados de prima" 5 613.867 Con garantía de oro 10 1.755.000 Total 419 8.055.940 La banca privada contaba con recursos propios del orden de los trescientos millones de bolívares, y más del 60% tenía como contrapartida depósitos públicos36. El activo de la banca era como sigue:

C.4. ALGUNAS CUENTAS DE ACTIVO DE LA BANCA PRIVADA Bolívares a precios corrientes año 1941 Bs. % Cuenta corriente 87.788.000 44,15% Préstamos y Descuentos 58.521.000 29,43% Hipotecas 20.306.000 10,21% Inmuebles 12.203.000 6,14% Colocaciones diversas 10.606.000 5,33% Otros elementos de activo 9.405.000 4,73% Total 198.829.000 100,00%

El BCV incitaba a desarrollar los recursos de la banca. Se intentaba desarrollar instrumentos de crédito distintos al cargo en cuenta corriente, tales como el giro bancario, que podría tener y tuvo finalmente un uso más extensivo en las operaciones, pudiendo ser negociados a terceros. Al final del ejercicio se aprecia una evolución significativa del crédito bancario, como se refleja en el cuadro anterior.

En junio de 1937, los créditos bancarios habían sido de 74, 06 millones de bolívares; las hipotecas de 14,4; los préstamos y descuentos de 25,45 millones; la compra de inmuebles de 22,37 millones; las colocaciones de 5,29; y otros elementos de activo 8,03 millones. El total había pasado de 149, 6 millones en 1937 a 198,8 en 1941, creciendo a un ritmo promedio interanual de 4,52%, siendo significativo el aumento sostenido del volumen de ahorro dedicado a la inversión por la banca privada. El total de recursos de la banca - capital, reserva y depósitos - pasó de Bs. 277,3 millones a Bs. 329,53 millones entre junio de 1937 y junio de 1941, arrojando una tasa promedio interanual de crecimiento del 3,51%, mientras que el porcentaje de colocaciones sobre los recursos asciende desde 53,96% en 1937 a 56,74% en 1941, teniéndose aún una cifra significativa de desbalance, tal vez por la inseguridad de la banca37 .

La tasa y plazo de los redescuentos del novel BCV perseguían el incentivo del crédito en sectores comerciales e industriales, cobrándose 2,5%, mientras que en documentos provenientes de operaciones agrícolas ( no incluyendo agroindustria) la tasa era del 3%, debido al riesgo. El BCV condicionaba la adquisición del documento, a que la banca hubiera descontado una tarifa máxima del 5,5% para 90 o 180 días y 6% para 270 días. A su vez, el interés pagado por la banca y fijado el 8 de mayo de 1941, era del 1% en depósitos a la vista, 1,5% para plazos de 90 días, 2% para plazos de 180 días y 1% para ahorros. No siendo difícil imaginar que la renta de capital en inversiones productivas podía superar estos niveles del interés bancario, se puede postular que el desarrollo del crédito tendría que basarse en la velocidad del mismo antes que en la expansión del ahorro bancario.

El redescuento aparecía como una posibilidad de expandir el crédito38 que por efectos de la reserva bancaria, propia para hacer frente a la demanda de liquidez de primer orden, se veía limitado al comportamiento de los bancos frente a las expectativas conservadoras de los capitales tradicionales. Pero, sin embargo, fijar las tasas máximas de descuento de los bancos era un resguardo para desanimarles a contraer activos no respaldados bajo la seguridad de caja del emisor. En julio de 1941 se decreta, no obstante, un sui-géneris libre mercado de divisas, quedando controladas sólo las provenientes de las actividades petroleras y de las exportaciones de café, cacao, y ganado vacuno. Las primas a las exportaciones en general son anuladas y se incentivan las preferencias mencionadas, con un tipo de cambio especial de Bs. 4,60/$ para café y Bs. 4,30/$ para cacao y ganado vacuno, lo cual arrojaba una diferencia considerable con el dólar petrolero que era de Bs. 3,09/$ y que trajo en consecuencia que el tipo de cotización oficial para la venta subiera de Bs. 3,19/$ el primer semestre a Bs. 3,35/$ en el segundo semestre del año, para compensar los diferenciales aportados a las exportaciones, lo cual suponía un encarecimiento de las importaciones en general, aún las deseadas o necesarias al desarrollo. El dólar, en todo caso, era lo mas barato entre las monedas de los países desarrollados. La Libra Esterlina valía Bs. 13; la Lira Italiana Bs. 16,26; el Franco Suizo Bs. 74,76; la Corona Sueca Bs. 76,79, entre otros. Finalmente, en diciembre de 1941 se decretó la regulación del comercio exterior, giros, transferencias y recursos, con los países del Eje Nazi fascista y con los territorios por éste ocupados. El año cierra con un balance dominado por el petróleo, que genera 68.7726.000 $USA en un total de ingresos por divisas de 78.149.000 $USA.

En este año de 1941 se crea la Cámara de Compensación, destinada a consolidar las operaciones contrarias de la banca, llegándose a consolidar un promedio diario de Bs. 2.780.631 sin movimiento de cuentas y un promedio diario de Bs. 1.935.075 con movimiento equivalente de las cuentas registradas en el Banco Central de Venezuela(BCV). El organismo emisor procesó por medio de la compensación interbancaria 0,718 unidades monetarias por cada unidad depositada por el público en los bancos; y Bs. 1,169 unidades por cada unidad monetaria depositada en el propio Banco Central, lo cual evidenció que la compensación interbancaria tenía menos velocidad que la compensación a través de las cuentas respectivas que utilizaban al BCV como depositario, donde figuraban los fondos del gobierno, lo cual reforzó el desarrollo tanto de la Cámara de Compensación como del propio banco emisor.

El Banco Central no confrontó con el desarrollo deseable de la economía en general y la banca en particular39 . Nunca significó una confiscación o expropiación monetaria. Nunca pudo comparársele con una inversión estatal, sino que se situó en un lugar vital del circuito monetario. Los directores del BCV estuvieron previamente ligados al Estado: Angel Biaggini, congresante y después director del Banco Agrícola y Pecuario así como futuro candidato presidencial; Angel Machado Hernández, primer ministro de Hacienda del Presidente, General Medina Angarita; Pedro Ignacio Aguerrevere, desincorporado al poco tiempo por ser hermano del ministro de Fomento Enrique Aguerrevere, lo cual era prohibido por la ley especial de creación del BCV; Manuel Felipe Núñez, nombrado ministro de Agricultura y Cría; Germán Suárez Flamerich, diputado al Congreso; todos los cuales fueron sustituidos, cuando debieron pasar al gobierno, por nombres como Nicomedes Zuloaga, Eduardo Tello, Rodríguez Azpurua, Darío Maldonado, Tamayo García, Velutini, Ron, Reverón, integrantes de una burguesía a veces económica o a veces intelectual o ambas cosas, también vinculados al gobierno.

La suerte en medio de la guerra, de un país penetrado por el imperialismo, puede correr contraria al camino de la devastación que recorren aquellas naciones que son escenarios de las batallas, y sobre todo, aquellos afiliados o sometidos a la causa perdedora. Venezuela se reconoce influida por la economía de guerra imperialista, pero está lejos de ser un país transido. La posición geográfica le indujo casi inevitablemente a ser aliada de los regímenes democrático occidentales. El 9 de noviembre de 1943 se nombra una comisión para atender los asuntos relacionados con los bienes sujetos a intervención de los súbditos de países del Eje Nazi fascista u ocupados por éste, que habían sido objeto ya de disposiciones sobre inmovilización de fondos. La comisión es integrada por J. M. Herrera Mendoza, presidente del BCV; J.J. González Gorrondona hijo, presidente de la Comisión de Control de Importaciones; Cristóbal L. Mendoza, Vicente Grisanti, y Ricardo José Castillo.

La guerra proporcionaba excusas válidas internacionalmente para intentar modelar industrias o plantas nacionales. Durante la guerra las comunicaciones fueron altamente deficientes, sobre todo cuando desde Berlín, como reacción a las progresivas derrotas, Hitler ordenó atacar todo barco que navegara con bandera adversaria o neutral, fuese mercante o nave de guerra; y si bien ello afectaba principalmente a Inglaterra, el bloqueo tenía carácter mundial, llegando los submarinos alemanes a merodear el Mar Caribe, y – se dice - abastecerse de crudo venezolano en la Isla de Curazao.40 Los venezolanos detectan los síntomas de la euforia económica subyacente en el período de guerra e intentan asirse casi por intuición a un fenómeno de reacumulación al que no habían sido invitados. La desgracia de millones de seres humanos alimentaba las arcas imperialistas, pero las dificultades de los países subdesarrollados formaban parte esencial de la estrategia imperialista de expansión que condujo a la guerra para dominar al mundo, no para liberarlo. El BCV dice en su Memoria de 1943:

"...El momento, especialmente favorable a la expansión de las industrias locales, para crear otras nuevas y para adelantar en el intento nacional de abastecernos por medios propios de cuanto nos es imposible producir en condiciones favorables, no ha sido posible utilizarlo en todas sus posibilidades por los numerosos obstáculos de orden ajeno que las circunstancias han ido presentando...(...)...Más la oportunidad que va transcurriendo, además, de que no es única y que más bien parece promesa o anticipo de otras mejores, es evidente que está siendo utilizada para producir más y mejor; para ir avanzando gradualmente en el terreno de una razonable industrialización del país; para completar la explotación racional de nuestro suelo; para conocer exactamente lo que los consumidores demandan y las posibilidades que hay de procurárselo con el esfuerzo y los elementos propios, y para acumular experiencias..."

En 1943 el oro en poder del BCV alcanza el equivalente a Bs. 273,3 millones, un aumento de Bs. 66,4 millones respecto a 1942. En caja nacional tiene Bs. 125 millones y en el Bank of New York (Federal Reserve) tiene depositados Bs. 148 millones. Las existencias de plata y níquel habían descendido casi un 50% con respecto al año anterior. Los bancos privados poseyeron en 1941 y 1942 considerables reservas de oro:

C.5. EXISTENCIA DE ORO EN LOS BANCOS COMERCIALES Bolívares a precios corrientes (antes de emisión) Banco 1941 1942 Caracas 3.871.732,00 Idem Mercantil y Agrícola 1.199.655,00 Idem Comercial de Maracaibo 82.093,75 Idem Maracaibo 25.026,00 Idem Venezolano de Crédito 10.226.893,85 Idem Venezuela 19.245.060,13 Idem Subtotal 34.650.460,73 Idem Banco Central de Venezuela 124.310.960,99 208.423.745,93 TOTAL 158.961.421,72 243.074.206,66

C.6. EXISTENCIA DE ORO EN LOS BANCOS EXTRANJEROS Bolívares a precios corrientes Banco 1941 1942 National City Bank 1.250.004,00 1.250.004,00 Royal Bank 65.233,75 65.233,75 Bank of London 293.942,00 293.942,00 Holandés Unido 597.956,00 598.073,00 Alemán Antioqueño 700.237,00 - TOTAL 2.907.372,75 2.207.252,75

C.7. RECURSOS PROPIOS DE LA BANCA Bolívares a precios corrientes (Al 31 de diciembre) 1942 1943 CAPITAL 73.500.000 82.500.000 RESERVA 25.969.000 28.560.000 DEPOSITOS 257.471.000 339.880.000 total 356.940.000 450.940.000

En 1943 el pensamiento económico nacional estaba imbuido por aquellas esperanzas y desesperanzas de la guerra forjadas en los paises desarrollados. El giro de la guerra contra el Imperialismo Alemán había hecho retroceder a monopolios que primero habían apostado a favor del Hitler y ahora apoyaban a los aliados. Los grandes monopolios exhalan un largo aliento de felicidad al ver el desenlace positivo en los balances económicos, mientras la cálida brisa de bienestar llegaba a contagiar el espíritu latinoamericano. El mundo podía ser encaminado hacia la felicidad total, y esta idea fugaz subyacía cual anhelo místico en los países de la periferia del imperio. Después de la guerra, se decían, los países desarrollados se percataran de sus buenos hermanos menores y los harán parte de su cariño. Los venezolanos a su vez, habían sacado provecho en pequeña medida de la guerra, debido al petróleo. La expansión de la actividad bancaria deja en el país una vanidosa sensación, sobre todo en quienes ilusoriamente creen que las potencias aliadas tienen rectos planes para el devenir de la libertad de Occidente.


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