BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales
 

 

VENEZUELA, CAPITALISMO DE ESTADO, REFORMA Y REVOLUCIÓN

Edgardo González Medina

 

Esta página muestra parte del texto pero sin formato, gráficos, tablas ni notas.

Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP (320 páginas, 1809 Kb) pulsando aquí


La derrota global de la clase trabajadora en el siglo XX

Diversos autores vienen interpretando el siglo XX como un tiempo de derrota global de la clase trabajadora, en el sentido de no haberse establecido ningún Estado predominado por esta clase social, o una sociedad donde los modelos de decisiones fuesen responsabilidad de dicha clase. A favor de este tesis son posibles diversos argumentos. El siglo XX estuvo predominado por las decisiones de los grandes centros de poder, y las guerras sometieron la fuerza de trabajo a través de un modelo que permitió absorber la masa trabajadora y al mismo tiempo inducirla a producir su autoderrota debido a que los triunfos de una parte significaron la derrota de la otra, con la característica especial de que los derrotados fueron un número excesivamente mayor que los triunfadores. Los trabajadores han sido llevados a las guerras para defender intereses que si en algunos casos estaban presentes dentro de objetivos históricos circunstanciales, no es menos cierto que no formaban ni forman parte de los objetivos esenciales de la clase trabajadora. Frente a esa tesis sostenemos que por encima de los datos empíricos contingentes de fracasos de la clase trabajadora, su derrota global se identifica fundamentalmente con la derrota del mundo pobre por el mundo rico.

Tanto Carlos Marx como sus principales intérpretes, sostuvieron siempre, con razón, que el régimen capitalista por su propia dinámica, movilizaba y desarrollaba las clases trabajadoras, y el siglo XX fue el escenario donde se verificó la mayor identificación de los trabajadores como clase, distinguiéndose de identidades con categorìas polìticas, religiosas, etc., que no se puede dudar en llamar metafísicas. Los trabajadores han adquirido conciencia práctica de que por encima de la falsa conciencia de sus nacionalidades, religiones, o sexos, tienen una característica histórica real común. La conciencia social de los trabajadores está dada en una práctica concreta de lucha por sus condiciones de vida. El desarrollo de los trabajadores como clase revolucionaria debia suponer su realización como clase explotada, desapropiada del fruto de su trabajo. El desarrollo de la clase trabajadora como clase revolucionaria es un resultado lógico de una práctica que algunos han interpretado como una situación de derrota pero que es la condición para su triunfo y ascenso como clase social. Incluso cuando examinamos el fracaso de los llamados “comunismos reales”, debemos entender estos procesos como el curso del mismo desarrollo de las clases trabajadoras.

El triunfo final de los trabajadores habia sido concebido como la superación de la crisis general del régimen capitalista. Esta crisis habia sido pronosticada por Carlos Marx como el resultado de una caida general y sostenida de la tasa de ganancia, lo cual implicaba que todas las fuerzas productivas debian estar empleadas, vale decir, absorbidas totalmente por el sistema productivo. En tales condiciones, el déficit de la remuneración de equivalentes del valor aportado al proceso productivo por los trabajadores, y apropiados y despilfarrados por los detentadores de los medios productivos, induciría inevitablemente la caida general de la tasa de ganancia. El esquema de Marx es, por supuesto, la situación lógica o teórica; en la práctica no es un requisito la absorción total de las fuerzas productivas, sino que basta examinar la capacidad del sistema para absorber las partes no empleadas, lo que ha conducido a establecer –dicho en términos del lenguaje de la ciencia termodinámica- una baja entropía de esas partes no empleadas. De esta forma se ha concluido en la escasa probabilidad de que grandes masas de trabajadores de los paises pobres y atrasados, puedan ser empleadas en un proceso de desarrollo capitalista. Se ha calculado que para cerrar las brechas económicas y tecnológicas entre los paises altamente desarrollados y los paises atrasados, se requeriría que estos crecieran a altas tasas sostenidas durante mas de un siglo mientras los primeros no crecieran. Esto solo seria posible si aislamos el mundo pobre del mundo rico, estableciendo circuitos productivos y mercados completamente desconectados de cada mundo. Al respecto, concedemos que no es una posibilidad absoluta, pero afirmamos que es una posibilidad relativa, y que una racionalidad propia común del uso de los recursos por parte del mundo pobre, que le permitiera producir y sufragar la demanda de lo que está en capacidad de absorber, no haria mas pobre a este mundo pobre sino lo haria mas rico. El mundo pobre tendría que abrirse a si mismo, no al mundo rico. Por el contrario, la globalizaciòn planteada por el mundo desarrollado sostiene que el mundo pobre se abra al mundo rico y se cierre a si mismo. Lo que tendría que hacer el mundo pobre sería aprovechar las incalculables posibilidades de empleo de sus recursos y el crecimiento de su propia tasa general de ganancia, independiente –relativamente- del movimiento de la tasa general de ganancia del mundo rico. En tales condiciones es posible romper la identidad de la derrota del mundo pobre con la derrota de los trabajadores, y, por el contrario, se identificará el ascenso de la clase trabajadora con el ascenso del mundo pobre. Basta ver la adaptabilidad de los trabajadores que emigran del mundo pobre al mundo rico y en éste desarrollan medios de vida superiores y capacidades incluso superiores a los trabajadores de ese mundo rico, para entender que el ascenso de los trabajadores podria darse en un entorno de desarrollo que ha resultado imposible en el mundo pobre, el cual entre otras características posee una estructura socio-económica predominada por grupos dominantes rabiosamente excluyentes que concentran la propiedad y la riqueza en proporciones –con relación a los trabajadores- superiores a las verificadas en el mundo rico. Podríamos establecer con datos ciertos que la tasas de explotación de los trabajadores en el mundo pobre son superiores a las tasas de explotación en el mundo rico. El mundo pobre, por consiguiente, no solamente tendrìa que asumir ua racionalidad propia de circuitos productivos y mercados propios, sino una transformación de las relaciones entre los detentadores de los medios productivos y los trabajadores que en el menor de los casos garantice el mejoramiento progresivo de la posiciòn histórica relativa de los trabajadores.


Volver al índice de VENEZUELA, CAPITALISMO DE ESTADO, REFORMA Y REVOLUCION

Volver a la BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales


Grupo EUMEDNET de la Universidad de Málaga Mensajes cristianos

Venta, Reparación y Liberación de Teléfonos Móviles
Enciclopedia Virtual
Economistas Diccionarios Presentaciones multimedia y vídeos Manual Economía
Biblioteca Virtual
Libros Gratis Tesis Doctorales Textos de autores clásicos y grandes economistas
Revistas
Contribuciones a la Economía, Revista Académica Virtual
Contribuciones a las Ciencias Sociales
Observatorio de la Economía Latinoamericana
Revista Caribeña de las Ciencias Sociales
Revista Atlante. Cuadernos de Educación
Otras revistas

Servicios
Publicar sus textos Tienda virtual del grupo Eumednet Congresos Académicos - Inscripción - Solicitar Actas - Organizar un Simposio Crear una revista Novedades - Suscribirse al Boletín de Novedades