BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales
 

 

EL PRESUPUESTO PARTICIPATIVO

Defendiendo lo público y construyendo ciudadanía.

La experiencia del departamento de Risaralda. Colombia

 Jahir Rodríguez Rodríguez

 

 

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4. LOS ASPECTOS METODOLÓGICOS DEL PROCESO.

“El empeño de modelar la materia incoherente y vertiginosa de que se componen los sueños es el reto más arduo que pueda acometer un varón, aunque penetre todos los enigmas del orden superior y del inferior: mucho más arduo que tejer una cuerda de arena o que amonedar el viento sin cara”

JORGE LUIS BORGES

El diseño del ejercicio de presupuesto participativo del departamento de Risaralda debe verse, no como una propuesta metodológica elaborada para ser aplicada, por el contrario, todos sus instrumentos y herramientas han sido diseñados en campo, en el diálogo informal y/o formal entre los ciudadanos y la administración municipal y la departamental.

Es de notarse, que el presupuesto participativo en sí mismo, es un instrumento de planeación que permite a la ciudadanía adelantar procesos de control social, fomentando la transparencia y la gobernabilidad. En este sentido, constituye igualmente un ejercicio de investigación y de acción, ya que su diseño se transfiere de la formalidad tradicional de puertas cerradas de las administraciones, hacia la presencia legítima (no legitimadora) de la ciudadanía para enriquecerlo, modificarlo y ejecutarlo. No obstante, “existen muchos aspectos que debemos tener en consideración en una experiencia de planificación participativa; de ello tratamos de dar cuenta en cada paso metodológico...”(1), el autor afirma que todo ejercicio de planeación participativa requiere unas condiciones locales particulares dentro de las cuales se pueden enumerar:

1. Fortalecimiento del protagonismo de los actores sociales.

2. Inclusión social por oposición a toda forma de exclusión.

3. Promoción de la más amplia comunicación social.

4. Establecimiento de reglas de juego democráticas explícitas.

5. Promoción de las equidades.

6. Reforzamiento del carácter interno del proceso: contar con promotores y animadores locales.

7. Generación de credibilidad y mantenimiento de la unidad de la acción.

Aquí se define entonces, el éxito o fracaso no solo de la realización del presupuesto participativo, sino de todo ejercicio de planeación participativa en el ámbito local, y se visualiza claramente que el ejercicio del poder es débil si no está acompañado de una base social que pueda plantearse límites y retos; el presupuesto participativo es un ejercicio de planificación en el que la base social define la destinación de los recursos públicos, las prioridades de inversión y según el caso, hasta los límites en gastos de funcionamiento. En consecuencia, la esfera del poder cambia de dirección material porque la decisión es emanada desde la base social y se rompe con la concepción moderna del poder que constituye una relación piramidal donde los gobernantes están por encima de los gobernados.

En la definición de los aspectos metodológicos del proceso de presupuesto Participativo de Risaralda se pueden distinguir tres momentos cruciales que se distinguen en cada una de las etapas: el primero, un momento netamente político, que consiste en el proceso de encuentro, diálogo, socialización y negociación entre los mandatarios locales y sus equipos de gobierno, la gobernación de Risaralda y la cooperación y apoyo de la Federación Colombiana de Municipios y la GTZ; aquí, cada una de las instituciones afirmó sus compromisos y designó las diferentes instancias y personas para asumir las diferentes tareas.

El segundo momento, de carácter técnico, en el cual los funcionarios de las alcaldías municipales, la gobernación de Risaralda, la Federación Colombiana de Municipios y la Agencia de Cooperación Técnica Internacional del Gobierno Alemán GTZ, iniciaron una exploración de cada municipio y de la gobernación, en sus aspectos financieros y de recursos que permitiesen adelantar el proceso, como fruto de ello, los niveles locales y el departamental tomaron las primeras decisiones en cuanto a los aportes de recursos para los proyectos, los programas y/o líneas de proyectos a poner a consideración de la comunidad y el diseño de los primeros instrumentos de soporte para la labor en campo como lo son los instrumentos de convocatoria, tarjetones para la elección de los programas, la dinámica de las plenarias, el soporte para la rendición de cuentas, los criterios a proponer a la ciudadanía para la elección de sus delegados.

Un tercer momento, de lo técnico a lo político, donde la comunidad ingresó como sujeto de la participación, primero en las plenarias tomando decisiones en cuanto a las inversiones que presentan mayor interés a su comunidad, también eligiendo sus delegados quienes son puente de comunicación entre gobernación, alcaldía y ciudadanía; los delegados, dentro de un proceso de capacitación y acción conformando un equipo con los funcionarios municipales y departamentales para definir las directrices en la toma de decisiones que continúa, en lo relacionado con la incorporación de las prioridades de las localidades al Plan Operativo Anual de Inversiones, la aprobación de este por las correspondientes corporaciones públicas y el desarrollo de todo el proceso de acompañamiento desde la ejecución, pasando por el control social y la evaluación.


1. QUEDENA, Enrique. Descentralización y gestión estratégica del desarrollo local. Bolivia, Ecuador y Perú. Escuela para el desarrollo. Pág.74. Lima, 2002.
 

 

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