La crisis como concreción conceptual
Mario González Arencibia
Esta página muestra parte del texto pero sin formato.
Puede bajarse el libro
completo en DOC comprimido ZIP (64 páginas, 65 KB) pulsando aquí
Del mismo modo que no se construye un edificio cuando se ponen sus cimientos, el concepto del todo no es el todo mismo.[1] Es decir, los conceptos no surgen de una vez, en todo lo que tienen de concreto, su evolución se efectúa, según van expresando de manera más concreta su esencia, a medida que van descubriendo nuevas facetas.
Si lo concreto, es la unidad de múltiples determinaciones, es natural que al irse conociendo la multiplicidad de las propiedades de las cosas de los propios conceptos, estos vayan haciéndose más concretos.
Relacionado con lo anterior, Hegel en su obra Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas señaló, de manera sintética, algo que resume el contenido del concepto como concreción en toda ciencia, cuando expresa-
"El concepto como concreto y toda determinación en general, es esencialmente en sí misma una unidad de determinaciones distintas. Si pues, la verdad no fuese otra cosa que la ausencia de contradicción, sería preciso examinar ante todo si cada concepto no contiene en sí mismo una tal contradicción interna."[2]
En este sentido, aunque de manera idealista (desde el ángulo del idealismo objetivo),[3] Hegel llamaba a tener en consideración la veracidad de los conceptos en su movimiento, para comprender su tendencia y de ahí deducir las bases que rigen el mismo.
Entendemos por concreción conceptual, el cambio de los conceptos, no porque aparezcan otros nuevos, o de que se puntualicen los viejos, sino en el sentido de que se amplían los aspectos por ellos englobados mediante múltiples determinaciones, haciéndose más preciso su contenido, ampliándose los límites de su condicionada aplicación, a diversos fenómenos en distintas condiciones y en distintos nexos.
Los conceptos son concretos también, en el sentido de que pueden poseer diferente contenido, en dependencia del cambio de las conexiones y relaciones del fenómeno dado, respecto a otros fenómenos. Por ello, el concepto aplicado a cada unidad dada, cuyas propiedades generales y esenciales refleja, descubre toda la riqueza de su contenido concreto.[4]
Este principio es particularmente importante para la explicación del fenómeno que nos ocupa, debido a que el pensamiento también es la capacidad de construir y reconstruir activamente esquemas de acción exterior conforme a cualquier nueva coincidencia de circunstancias.
[1]Hegel, W.F. "Fenomenología del espíritu". Editorial Ciencias Sociales, 1972, p. 12.
[2]Hegel, W.F. Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas. Instituto Cubano del Libro, 1968, p. 57.
[3]Idealismo objetivo, significa ausencia de respuesta a la interrogante "De dónde surge el pensamiento?. Cfr. E.V. Ilienkov. Lógica Dialéctica, parte 7, Editorial Progreso. Moscú, 1977.
[4]Rosenthal, M. Principios de Lógica Dialéctica. Editorial Política. La Habana, 1964, p. 261.