BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales
 

EL PALIMPSESTO DE LA CIUDAD: CIUDAD EDUCADORA

Jahir Rodríguez Rodríguez

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2. LA CIUDAD DE LOS HOMBRES.

PERSPECTIVA PSICOLÓGICA.

"El hombre es el punto de encuentro".

El segundo recorrido por el concepto de Ciudad Educadora nos lleva directamente a sus gentes, que como punto de encuentro, es el espacio en el cual podemos reconocernos e identificarnos.

En cada persona, en sus manos, en sus rostros y en sus sentimientos podemos sentir una parte de la ciudad. Pero es en su interior, en su formación intelectual y emocional, donde la ciudad cobra una inusitada vigencia. Son sus intereses y opiniones los cuales ebullen con las ideas de los grupos.

Para ciudad Educadora el encuentro de los hombres con su espacio interior, es una búsqueda de las múltiples facetas de la ciudad. Es allí donde se traza la proporción justa y equilibrada entre el halo personal y el territorio urbano, entre el ser social y su espacio más íntimo.

Por ello, la Ciudad Educadora busca promocionar y promover al hombre en su ser individual, buscando que transcienda y que halle la seguridad e identidad que se merece, a fin de que pueda poner su vida al servicio de la construcción de un ideal de la ciudad.

De esta manera, persona y espacio público no serán sólo cifras sobre densidad y diversidad; serán en su lugar un cuerpo armónico en capacidad de generar un horizonte común, rico en experiencias y en competencias. La meta para Ciudad Educadora es, por tanto, un hombre pleno de derechos, un hombre que derrote el pesimismo, que luche por evitar el aislamiento mítico y la desintegración, un hombre que se convierta verdaderamente en punto de partida y lugar de encuentro.

"Un rostro sólo profesa aquel signo que lleva pegado en el alma"

PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA.

"Pioneros y Aventureros"

En esta segunda perspectiva recorreremos la ciudad, pero no sólo a partir de sus calles y avenidas, sino también siguiendo paso a paso los procesos que determinan la cultura. Es un recorrido por las redes de la convivencia social.

Una sociedad no sólo requiere de cambios sino también de equilibrios logrados en las experiencias de cada oficio, en el desempeño de cada rol y en la satisfacción de cada necesidad. Por ello, la aventura de la Ciudad Educadora es conquistar las rutas entre el pasado y el futuro, es migrar selectivamente hacia una vida creativa, hacia una cotidianidad plena de sentido. La aventura de la Ciudad Educadora consiste en educarnos en la diversidad.

Las acciones sociales, las historias y los territorios de la ciudad, han de posibilitarnos la adquisición de nuevas experiencias, deben abrirnos a la competencia y permitirnos que las experiencias psicológicas suministradas por el entorno nos develen como verdaderos pioneros urbanos.

La aventura de la educación urbana va más allá de lo propiamente urbano y de lo puramente educativo. Es ante todo vivir la participación, la convivencia y la democracia, es vivir las normas de conducta, la tecnología y la productividad.

La misión formadora en la ciudad está representada por sus gentes, por los organismos de representación social y las entidades e instituciones. En conjunto todas ellas erigen el edificio de la convivencia social.

De otra parte, aventurarse en la ciudad es vivir las diferencias que la identifican y la caracterizan, que le imprimen rasgos particulares y que selectivamente permiten que allí surjan pioneros y aventureros, seguidores, líderes, animadores; e incluso rezagados. Todos ellos impulsan cambios en el espíritu de la ciudad e inducen la formación de nuevos valores.

Así es Ciudad Educadora: un marco que fomenta la participación ciudadana: un marco de creación colectiva en el cual se genera un compromiso en la construcción de ideal de la ciudad; en una palabra una estrategia de ciudadanía.

"Salir de la casa y aventurarse en la ciudad, es también alojarse en el placer de la conquista".

PERSPECTIVA PEDAGÓGICA.

Las páginas de la ciudad.

La pedagogía urbana, con su carácter ilimitado e indefinido, se convierte en una verdadera "clase de ciudadanía" donde convergen un sinnúmero de recursos pedagógicos como parques, escuelas, bibliotecas y salones de arte, en los cuales "practicamos" nuestra sensibilidad educativa.

De otra parte, las instituciones se nos convierten en un espacio educativo que nos ofrece una gran diversidad de fuentes de conocimientos; se nos convierten en un diálogo abierto para la educación moral.

Cualquier ciudad, sin importar su tamaño o grado de desarrollo, es portadora de innumerables estrategias de formación y los aprendizajes que nos ofrecen, forman parte de un proceso integral en el cual la educación formal y la no formal entran a formar parte de la herencia de la ciudad.

La ciudad entonces se convierte en una verdadera universidad abierta, la cual se nutre y educa en valores y valoraciones sociales; posibilita conocimientos y destrezas y forma para el consumo, para el ocio y para la ciudadanía.

Así es la pedagogía urbana, liberalizante y no restrictiva, de naturaleza histórica y patrimonial, una educación que se entrega a la lucha contra el pesimismo de las sociedades en crisis, una educación progresiva que permite y posibilita la búsqueda del hombre y el placer de la diversidad.

"Lo educador en la ciudad no son sólo sus recursos, son también los esfuerzos por educar".

PERSPECTIVA ECONÓMICA.

Las riquezas de la ciudad.

Se puede afirmar que la ciudad también educa cuando emprende el tránsito de lo simple a lo complejo, cuando en sus calles se observa una evolución y un crecimiento permanente.

Por ello la educación urbana estimula nuevas formas de producción, abre la posibilidad de un trabajo libre y rico en ofertas, permite una igualdad de oportunidades y lucha contra del marginamiento social.

De esta manera, posibilitando el incremento laboral y abriendo la ciudad a nuevas formas de producción; la relación del hombre con su medio ambiente social se enriquece y se nutre permanentemente.

Y con las necesidades de alimento, goce, auto realización y prestigio resueltas, el hombre trasciende sus simples necesidades individuales y pone sus facultades de autodeterminación, creatividad y comunicación al servicio de las necesidades sociales.

Es entonces un deber de la ciudad el ampliar la capacidad estructural existente, apuntando a incorporar la totalidad de la creatividad humana en el propósito común de alcanzar cada vez más un verdadero progreso social rico en innovaciones.

Por ello las iniciativas educativas de la ciudad, venidas de todos sus estamentos, (colegios, industrias, administración municipal y demás organismos de importancia ciudadana) se constituyen en la base de nuevos conocimientos y oportunidades científicas, instrumentales y culturales. La ciudad no debe sólo ser más grande sino mejor; no sólo debe aumentar las posibilidades de participación de los diferentes sectores sociales, sino también en su propósito ha de grabar en las conciencias que el progreso total e irreversible forja hombres libres y responsables.

"Se edifica un porvenir rico en posibilidades y oportunidades cuando se le incrementan las virtudes al capital humano"
 


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