INTEGRACIÓN EN EL PROCESO DOCENTE-EDUCATIVO
Una propuesta metodológica para el desarrollo de la tarea integradora

Mario González Arencibia

 

 

7. Rol de los sujetos

En el desarrollo de la tarea integradora, es importante reconocer el papel activo de los sujetos con relación a los objetos por lo que su planificación, implementación, evaluación y proyección de forma consciente garantiza la vitalidad de la tarea. Ello da posibilidad de su seguimiento, y a que se pueda trabajar por niveles de año en año, en la medida en que se logre identificar adecuadamente el rol de los sujetos como agentes dinámicos en el proceso de integración desde lo instructivo y lo educativo.  Ello debe estar enfocado a garantizar actividades a consolidar el modo de actuación y campo de acción del estudiante.

Sobre el concepto de rol y los factores de su desempeño

Resulta conveniente dejar planteado el concepto de rol con que aquí se trabaja, el cual está referido a varias aristas. Por un lado, se ubica como una emergencia grupal asumida por la persona o asignada, en lo que se observa el desempeño de la persona ante una situación dada. Por consiguiente, se pudiera plantear resumidamente que el rol es la manera en que una persona demuestra lo que se espera de su posición en una determinada tarea. El efecto es que el rol tiene una función reguladora de la conducta que seguirá el sujeto, a partir del compromiso que asume concientemente o que se le asigna a través de determinadas orientaciones.

En este marco resulta prudente destacar los factores del desempeño del rol. En primer lugar, es necesario reconocer que para que el rol se produzca debe existir un factor situacional. Esto se refiere a la tarea concreta a la que se va a enfrentar el sujeto. En segundo lugar, considerar las características personológicas dentro de las cuales resultan relevantes las actitudes, definidas como las posibilidades de desempeñar la tarea y las aptitudes vistas como las condiciones que tiene el sujeto para realizar la tarea.

Un tercer factor, es el propio conocimiento del rol que va a desempeñar la persona, que según se reconoce anteriormente puede ser asignado o asumido. Un cuarto factor de desempeño que contribuye a que se concrete el rol es que el sujeto tenga conocimiento de las expectativas de los otros, es decir, que interiorice lo que esperan los otros de su actuación.

A partir de la definición del concepto de rol y de identificar los factores situacionales, a continuación se hará una valoración aproximada acerca del posible rol que podrían desempeñar los sujetos que participan en el desarrollo de la tarea integradora.

Profesor:

El profesor debe tener claridad de los pasos a desarrollar para garantizar la tarea integradora, concientizando este proceso, de manera que sienta la necesidad de trabajar con el estudiante y en su propia preparación autodidacta, para cumplir con los fines que se propone el desarrollo de la tarea integradora. Todo esto implica que el profesor:

·        Debe tener una formación aceptable en su disciplina.

·        Tener interés real para llevar a cabo la tarea integradora.

·        Interiorizar los aspectos sustanciales que comporta un enfoque integrador.

·        Elaborar como tarea previa un marco referencial en el que se integren, organicen y articulen los aspectos fragmentarios que han sido considerados en las asignaturas involucradas.

·        Dominar el contexto en que se opera.

Sin embargo, es recomendable reconocer que el profesor por sí solo no es un ente aislado en el desarrollo de la tarea integradora, todo lo planteado requiere al mismo tiempo de la integración profesor-profesor, para propiciar el intercambio con vistas a la determinación de áreas comunes y coordinar acciones, con un lenguaje común, en un clima de cooperación y flexibilidad.

Profesor-profesor:

Para el adecuado desarrollo de la tarea integradora la relación profesor-profesor es fundamental, y en ello el eje articulador lo constituye el trabajo metodológico y sus derivaciones, las que están referidas a la organización conciente de los objetos que se van a integrar. En ello es notable que se reconozca de antemano los pasos a  seguir, que se desea, los niveles de integración que se quiere lograr, los logros y problemas que se van detectando durante la planificación y ejecución de la tarea y que se consideren escenarios de su posible proyección.

En este marco la tarea integradora mediante la actuación metodológica de los docentes, se instrumentarán a través de procedimientos, técnicas y recursos didácticos, que se estructuran en función de los medios materiales y del repertorio cognitivo - instrumental de que disponga. Ello presupone que al analizar el sistema de tareas empleadas, debe haber coherencia en dicha actuación y que globalmente este sistema apunte al cumplimiento de un objetivo, que a su vez, integre los que orientaron a cada una de las tareas por separado. 

En el trabajo metodológico profesor-profesor sería saludable pensar en algunas condiciones que podrían hacer más afectivo el desarrollo de la tarea integradora: Por un lado, cada docente debe ser competitivo: ello significa estar preparado suficientemente en su disciplina y tener un grado de integralidad que le permita, tener ciertos conocimientos de los contenidos y métodos de las otras.

Por ello es indispensable que los docentes tengan conocimiento de los vínculos existentes entre las disciplinas. En ello se podría considerar los objetivos comunes en la formación del estudiante, las potencialidades que brindan los contenidos para la formación de valores, las formas de organizar el proceso docente, los métodos de enseñanza particulares, el sistema de evaluación, los medios de enseñanza y las especificidades en el trabajo con la literatura y la formación de conceptos.

De otra parte, el docente no debe pensar que su criterio es el único y que su verdad es absoluta. En este sentido debe considerar una actitud abierta a nuevos métodos de tratamiento de la realidad. Por consiguiente, la relación profesor-profesor no debe circunscribirse a la relación entre los conocimientos, sino incluir la labor educativa sustentada en el campo de acción y el modo de actuación del profesional, la motivación y el ejemplo personal.

Para lograr los aspectos antes esbozados, se deberían considerar acciones a desarrollar para consolidar la relación profesor-profesor, entre las que se destacan:

a)    Presentación de los fundamentos que guiarán el proceso.

b)    Estudio del sistema de conocimientos con los que se establecerá la relación intra e interdisciplinar.

c)    Consulta de los documentos curriculares de la carrera.

d)    Trabajo del equipo de profesores para la determinación de las necesidades de la carrera.

e)    Diseño intra e interdisciplinar del programa de tareas a aplicar.

f)      Elaboración de materiales docentes apropiados para la orientación de la tarea.

En la práctica la relación profesor-profesor debería distinguir situaciones típicas de las disciplinas que participan en la tarea integradora, sobre todo aquellas que se repiten en el proceso docente, para las cuales es conveniente descubrir formas comunes de proceder, la formación y fijación de conceptos, análisis de textos, formulación y resolución del aprendizaje basado en problemas.

Esto se podría llevar a efecto, en lo que es recomendable apelar a la creatividad del trabajo colectivo del profesor. No obstante, aquí se sugieren tareas a desarrollar entre los docentes, tales como:

1.    Debatir a partir de un ejemplo de su asignatura como desarrollar la formación de conceptos.

2.    Desarrollo de tareas para fijar una relación conceptual.

3.    Explicar como se realiza el análisis de texto en su asignatura.

4.    Propiciar en el debate la sistematización de conocimientos, habilidades y ejercicios que consoliden la actividad mental.

5.    Trabajar de manera conjunta, tareas que propicien un aprendizaje intra e interdisciplinar.

6.    Tratamiento de métodos que desarrollen la redacción, oratoria y el aprendizaje colectivo.

Indudablemente, estas acciones podrían considerar el trabajo continuo con los objetos que se conciban para el desarrollo de la tarea integradora, observándolo de manera dinámica y transformadora.

Estudiante:

En este marco desempeñan un lugar importante el desarrollo de tareas de aprendizaje. En lo que el efecto es involucrar al estudiante en la definición y desarrollo de la tarea, lo que significa hacerlos partícipes de la planificación y organización del proceso. Esto implica que se debe comenzar posibilitando que los estudiantes expresen sus criterios y opiniones acerca de la tarea a desarrollar. A partir de los criterios y vivencias de los estudiantes, estos deben influir, en el plano operativo, en la determinación de los pasos a desarrollar, posibilitando, con ello, que los estudiantes sientan como suyo el programa que se ejecuta.

La idea es desarrollar un alto compromiso y pertenencia con la tarea integradora. El entorno social debe ser un elemento motivacional en el desarrollo de la tarea integradora. Los problemas presentes en el contexto social y que forman parte de las vivencias estudiantiles deben servir de agentes estimuladores para desarrollar el proceso.

Por consiguiente, el proceso debe desarrollarse de modo tal que el estudiante participe activamente, no sólo, como ya se dijo, en la determinación operativa del contenido de la tarea, sino, en la ejecución del método de aprendizaje, hasta el punto que pueda individualizarse. El centro de la tarea integradora es el estudiante.

Es importante interiorizar en la idea de que el carácter democrático del proceso, es consecuencia no solo de que los estudiantes participan en la ejecución de este, sino que sus criterios en ocasiones pueden determinar el camino a seguir. Solo a través de un proceso participativo y democrático, es que el estudiante se siente comprometido con el mismo, lo hace suyo, y se dispone a esforzarse por lograr sus objetivos.

Profesor-estudiante:

La acción a asimilar no es independiente al estudiante, precisamente su apropiación (productiva) es factible si se han creado las condiciones para que el estudiante establezca relaciones afectivas con el objeto. Esto es consecuencia del ejemplo del docente; de la lógica científica que se siga en su aprendizaje; del grado de problematización en su adquisición. Para el estudiante debe ser más agradable el proceso de aprendizaje mismo que el vencer el objetivo. La autorealización del estudiante está más en el cómo que en el para qué.

La tarea del profesor consiste, en convencer al estudiante de la necesidad de asimilar la integración. Mientras más significativo es el problema o familia de problemas que se resuelve en el desarrollo de la tarea integradora, mayor será la motivación del educando. Para que la tarea integradora sea motivadora, se hace necesario que se desarrolle a partir de los intereses y necesidades del estudiante. Según esto, el nuevo material tiene que ser un contenido significativo para el estudiante. El profesor tiene que guiar el proceso de modo tal que el estudiante desarrolle la habilidad.

Estudiante-estudiante:

Se sugiere que la planificación, implementación y proyección de la tarea integradora considere las potencialidades de estimular la relación estudiante-estudiante, mediante el aprendizaje colaborativo. Que ello esté en correspondencia con el modo actuación y el campo de acción del futuro profesional. Esto facilita que el estudiante se vaya familiarizando con una disciplina laboral, y al mismo se estarían promoviendo  los componentes de la consolidación de valores, convicciones y sentimientos.


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