Trabajo, Capital y Plusvalía:
¿una triada de categorías en desaparición?

Mario González Arencibia

Esta página puede carecer de formato, fórmulas, notas, gráficos o tablas. Puede bajarse el libro completo en formato DOC comprimido ZIP (133 páginas, 275 Kb)
pulsando aquí

 

Estructura del empleo versus desproletarización

En el ámbito global, se podrían ilustrar otros datos que se contraponen a la llamada “desproletarización”, por ejemplo del total de 2 500 millones de personas que trabajan en actividades productivas en el mundo, más de 1 400 millones viven en países pobres, territorios que en 1993 tenían un ingreso anual per cápita inferior a 695 dólares. Otros 660 millones viven en países de ingreso mediano y el resto –unos 380 millones- en países de alto ingreso, es decir, aquellos que en 1993 tenían un ingreso anual per cápita de más de 8 626 dólares (Banco Mundial, 1995:4)

Las modalidades de empleo en estos tres grandes grupos de países varían extraordinariamente; en los países pobres, el 61 % de la población activa trabaja en la agricultura, sobre todo en explotaciones agrícolas familiares, el 22% trabaja en el sector rural no agrícola y el sector informal y el 15% tiene contratos de trabajo, principalmente en el sector industrial y el de servicios. En los países de ingreso mediano, un 29% trabaja en explotaciones agrícolas, el 18% en actividades informales en las zonas rurales y urbanas y el 46% tienen empleo remunerado en la industria y el sector de servicios. En los países desarrollados, la mayoría de la población trabaja en el sector formal de la economía –aproximadamente el 4% en la agricultura, el 27% en la industria y el 60% en el sector de los servicios. (Ver anexo 4).

En el anexo 4 se puede observar la evolución del empleo en la agricultura, la industria y el sector de los servicios en los países desarrollados y en los llamados en desarrollo, distinguiéndose que en el caso de la agricultura de los países desarrollados el empleo ha cambiado vertiginosamente del 22% en 1965 a un 7% en 1989-1991; para los países subdesarrollados la reducción fue muy ligera, de un 72% a un 61% en el mismo período (Chowdurry, 1998:61). Lo expresado muestra una fuerte relación inversa entre la proporción de la fuerza de trabajo en la agricultura, el nivel de ingreso per cápita y el nivel de desarrollo humano, cuanto más elevado es el nivel de desarrollo, menor es la proporción de la fuerza de trabajo en la agricultura, de otra parte, cuanto más pequeña es la proporción de la fuerza de trabajo en los sectores industriales y de servicios, menor es el nivel de los ingresos y del desarrollo en un país o región dados.

También se está dando un desplazamiento de la fuerza de trabajo hacia el trabajo por cuenta propia dando lugar a un particular auge de la economía informal que tiende a acelerar el resurgimiento de un proletariado sumergido, tanto para los países subdesarrollados, como para los países desarrollados. Basta señalar que en América Latina en la actualidad de cada 100 empleados –según lo que se considera como empleados- 85 lo son en el sector informal (Martínez, 2001:20).  En el caso de los países subdesarrollados en general, esa subproletarización representa entre la mitad y los dos tercios en comparación con los países desarrollados, situación que es poco probable que se modifique en los próximos 30 años del siglo XXI. Ello coloca a la fuerza de trabajo joven de los países subdesarrollados (la cual en 1994 representaba dentro del porcentaje de la población mundial con menos de 15 años de edad un 33%) (Chowdurry, 1998:62) en una posición más vulnerable frente al capital, por lo que, las oportunidades futuras de empleo e ingreso adecuado, va a depender de sus resultados en el mercado local y de la dinámica del mercado global.


Google
 
Web eumed.net

 

Volver al índice de Trabajo, Capital y Plusvalía: ¿una triada de categorías en desaparición?

Volver a "Libros Gratis de Economía"

Volver a la "Enciclopedia y Biblioteca de Economía EMVI"