Trabajo, Capital y Plusvalía:
¿una triada de categorías en desaparición?

Mario González Arencibia

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Rol del teletrabajo

La sumatoria de estas transformaciones ha dado lugar a una  modificación sustancial del trabajo con la interconexión de los puestos de trabajo de las empresas y plantas industriales mediante la tecnología de la información y las telecomunicaciones. En lo que es significativo el llamado teletrabajo,[1] el cual consiste en terminales conectadas a un mainframe, teléfonos o fax, garantizando la comunicación entre el trabajador y el patrón o contratista, para trasmitir las especificaciones y los resultados del trabajo mediante discos.

Este término se ha asociado a la modalidad más descentralizada de trabajo, entre ellas, la que se realiza desde el domicilio. Se concibe como la sustitución de desplazamientos relacionados con la actividad laboral por tecnologías de la información, implica trabajar a una distancia remota del empleador. El teletrabajo implica así, una redefinición de las relaciones sociales de producción, apareciendo nuevos flujos de información entre teletrabajador, contratista y cliente, al hacer posible el trabajo en casa, con un medio de trabajo como la computadora que puede ser del obrero.

El teletrabajo se manifiesta en una pluralidad de formas que encuentran su razón en los objetivos que persiguen las diferentes organizaciones que lo utilizan. Se pueden distinguir diferentes soluciones organizacionales. Una es la constitución de oficinas satélite con que la empresa localiza parte de las propias actividades en zonas distantes a la sede central. Una segunda solución es la tele-empresa que produce y prevé productos a clientes localizados a distancia a través de las redes de comunicación. La tercera y más significativa, crea formas de telecomunicación. Con esto, el trabajador, por medio de una estación de trabajo provista de computadora personal, módem, fax y software, tiene la posibilidad de administrar su jornada como si estuviera presente en su propio puesto dentro de la empresa, sin trasladarse de su vivienda, teniendo la posibilidad, con la ayuda de programas de "grupos de trabajo" que simulan el ambiente de trabajo, mostrando los escritorios de los compañeros. El teletrabajo concierne, sobre todo, al trabajo de oficina y se ha desarrollado en los sectores bancarios, de aseguración y en la administración pública (Berra, 1996).

Bajo la forma de "telecommuniting" el teletrabajo es ambivalente. La primera valencia se relaciona con los niveles más bajos y los trabajos más repetitivos, que son realizados en casa o en agencias de servicios, "los centros de telecomunicación". Estos son estructuras tecnológicas equipadas para la comunicación a distancia y que son utilizadas por sujetos que pertenecen a realidades laborales diversas. Una secretaria escribirá la orden de pago por un pedido de zapatos a la empresa X e inmediatamente después la indemnización por daños de un seguro, etc., (Berra, 1996).

Esta dispersión temporal y espacial va acompañada de una explosión funcional, donde la diversidad de oficios y modos de trabajo aumenta constantemente. En EEUU, el número de categorías de empleo ha pasado de 80 en los años 40s a cerca de 800 en la actualidad. Al mismo tiempo, los oficios se tornan obsoletos cada vez más rápido, sobre todo en infotecnología, en la que numerosos empleos tienen un período de vida limitado a unos pocos años. Por otro lado, la infotecnología refuerza vínculos entre las distintas etapas del trabajo y da fluidez al conjunto (Goldfinger, 1998:34-35). El resultado es que el trabajo se vuelve más descarnado y más inmediato, más disociado y más integrado: por un lado, la parcelación temporal y espacial es mucho más pronunciada que en la economía industrial.


 

[1] El primer proyecto piloto sobre teletrabajo documentado data de 1973, aunque existen experiencias anteriores a esa fecha, no fueron concebidas como teletrabajo, por ejemplo la llevada a cabo por la empresa Fotosatz, en el sector de las artes gráficas y edición desde 1968. En el momento actual cuando la nueva tecnología hace posible otros esquemas de organización empresarial, es cuando la tendencia del teletrabajo ha tomado un mayor auge.  En el caso de EEUU la población de teletrabajadores llega a la cifra de 9 millones de personas, en el Reino unido, 1,2 millones, en Francia 215 000 personas, España 100000,  Alemania 150000, Italia 95000. ver: Organización Internacional del trabajo. El teletrabajo en el mundo. Teletrabajo en: www.teletrabajo.oit.org 1999.


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Web eumed.net

 

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