Trabajo, Capital y Plusvalía:
¿una triada de categorías en desaparición?

Mario González Arencibia

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El regulacionismo

Esta corriente desarrolló el concepto de fordismo que es la articulación entre producción en masa y consumo en masa. La crisis del fordismo se presenta a nivel macro como incapacidad del Estado para articular consumo y producción en masa al elevarse más los salarios que la productividad en la década de los setenta; y a nivel micro en los procesos productivos, por la rigidez del taylorismo que no permite elevar la productividad. Los regulacionistas plantean que existen desajustes que crea el neoliberalismo, que no existen tendencias espontáneas hacia el equilibrio y que se requieren nuevas instituciones reguladoras. Estas teorías se centran en los procesos productivos y las relaciones laborales e industriales. Algunas se enfocan en el mercado de trabajo y otras en el proceso de producción.

También argumentan que la necesaria flexibilización para salir de la crisis, es la del proceso de trabajo y no la del mercado. Además, se postula una flexibilidad negociada entre empresas, trabajadores y sindicatos; proponen acuerdos en escala macro para impulsar el consumo. Plantean a los sindicatos pasar de una estrategia defensiva con respecto de la flexibilidad, a una ofensiva, con propuestas sobre mejoras en el proceso productivo, protección del empleo y reparto de las ganancias.[1]

La especialización flexible habla del límite de la producción en masa ante una demanda diversificada en tipo y calidad del producto, y de las posibilidades de que con la nueva tecnología reprogramable las pequeñas y medianas empresas (PYMES) se hagan más competitivas que las grandes, con producción en pequeños lotes, es decir, flexibilidad del proceso y del producto a gusto del consumidor, y con una fuerza de trabajo recalificada, cooperativa y flexible en horarios, puestos y tareas, con mayor iniciativa y creatividad. Supone un gran pacto entre obreros y patrones, consensos, identidad con la empresa, mayor control obrero sobre el proceso de trabajo y garantías implícitas de empleo, salario y capacitación. En este caso, las pequeñas y medianas empresas tenderían a formar redes industriales, relaciones de cooperación, y se apoyarían en instituciones locales que permitan incrementar sus ventajas con respecto a las grandes empresas.[2]


 

[1] Boyer, R., La teoría de la regulación, un análisis crítico., Buenos Aires, Humanitas, 1989, citado en De la Garza T., Enrique, (Coordinador), Ciencia económica. Transformación de conceptos. México, Siglo XXI Editores, UNAM, 1998 p. 12.

[2] M. Piore y Sabel, La segunda ruptura industrial. Madrid, Alianza, 1988, citado en Bouzas, A. y De la Garza, E., Op cit.


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