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Contribuciones para la Formulación
de un Sistema de Cuentas RegionalesFernando H. Laveglia
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Estructura del Balance de Pagos Regional
Conclusión
La confección de la balanza de pagos de una región es un proceso indudablemente complejo, no solamente porque la economía regional presenta una mayor apertura con el exterior (al considerar tanto al resto del país como al resto del mundo) en comparación con una nacional, sino también por las insuficiencias de las fuentes estadísticas y de los registros contables actualmente disponibles.
Los esquemas presentados anteriormente son una descripción teórica de las posibilidades conceptuales respecto de la confección de una Balanza de Pagos Regional o Provincial, pero presentan, como es dable, observar importantes limitaciones desde el punto de vista metodológico en cuanto a la captación de la información.
Básicamente las dificultades principales se generan en el “balance de transacciones de capital”; estas dificultades son tantas y tan importantes que por el momento su construcción resulta una empresa, diríamos, imposible de realizar, sin contar que, de poder construir algunas de sus partidas, seguramente su resultado presentaría una distancia sustancial con la realidad. Excepto en el caso de una estructura financiera fuertemente controlada por el sistema bancario y descentralizada regionalmente, es casi irrealizable estimar los niveles de las reservas monetarias a escala sub-espacial.
Esto es así porque, por ejemplo, la acumulación de saldos favorables en una economía regional como resultado de transacciones comerciales de signo positivo solo puede computarse a través de registros financieros especiales. Esta función compete a los bancos. Las unidades de producción que llevan a cabo las exportaciones e importaciones de bienes y servicios afectan los estados patrimoniales de estas instituciones según sea el signo de los saldos finales de las operaciones comerciales anuales. Tales estados, a su vez, acusan disminuciones o aumentos de acuerdo a las remisiones o ingresos de y hacia la región originados en pago de servicios reales y financieros. Asimismo, las operaciones crediticias asumidas tanto por unidades de producción privadas como del sector público suponen variaciones en el nivel de las reservas financieras. Todas estas situaciones, que supondrían un ente financiero centralizado en cada región lo cual no está generalizado, complejiza el relevamiento estadístico.
No obstante lo antedicho, la desesperanza no debe invadir a quienes intenten formalizar un balance de pagos regional completo incluyendo a las “transacciones de capital”, ya que es posible arriesgar un método alternativo.
Respecto a la construcción de las cuentas del “balance de transacciones corrientes”, Mella Márquez y Sanz Berza han establecido que “los flujos interregionales de transporte, adecuadamente tratados, representan una buena aproximación de las relaciones comerciales; aun cuando pueda incorporar sesgos y no estén exentos de serias limitaciones.”
El procedimiento consiste en la construcción de una matriz de origen/destino del transporte, tratando de identificar los volúmenes de mercancías transportadas que son movidos entre las regiones interiores. Luego, debe identificarse el vector de precios más adecuado para transformar los flujos físicos de mercancías en flujos comerciales valorados en unidades monetarias.
Tanto lo mencionado en el párrafo anterior como la elaboración de partidas de la “balanza de servicios” que incluye las actividades terciarias se simplificarían significativamente si se contara con una tabla de “insumo-producto regional”.
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