América Latina Hoy
¿Y Hasta Cuándo?

Iván Ureta-Vaquero
César Calvo

 

Religiosidad.

Si hacemos un análisis de la doctrina comunista podemos observar el recelo contra las instituciones temporales y atemporales que diseñan un marco moral de convivencia colectiva. Sin dilatar el tema, volviendo nuevamente al himno de La Internacional podemos observar la siguiente estrofa: “Ni en dioses, reyes ni tribunos está el supremo salvador. Nosotros mismos realicemos, el esfuerzo redentor”. Se observa por tanto, a través de una declaración de principios una religiosidad basada en unas doctrinas definidas y estas doctrinas imponen unas restricciones morales muy fuertes. De forma artificial, el partido a través de una disciplina basada en unas doctrinas ejerce una influencia coercitiva que se basa en la observación de una moralidad muy exigente. Esta imposición está directamente reñida con la libertad y el libre albedrío que caracteriza al hombre por eso el sistema no solo es estático sino que es autodestructivo. Por tanto, esta filosofía es fundamentalmente conservadora, tan conservadora como el capitalismo.

El cuerpo “dogmatico” capitalista (1) no reprime de forma explícita las manifestaciones religiosas. Es más, si reflexionamos sobre las ideas de Weber en cuanto a la formación de espíritu capitalista, estaríamos deteniéndonos en grupos esencialmente religiosos como los protestantes. Paralelamente, a partir de este período reformista, es cuando el radical moderno que comentábamos más arriba, relacionado con el principio de resultado comienza a implantarse de una forma más tangible. A medida que se han ido desarrollando los modelos sociales basados en el urbanismo y se han incrementado los niveles de consumismo, el número de “vocaciones” religiosas ha disminuido de forma muy notable, lo que puede indicar, que en el pasado, hayan ocurrido dos cosas. 1) Que la vocación esté directamente influida por un factor de debilidad económica o 2) Que los modelos sociales al basarse en otros motivos y en otras prioridades sean más sensibles a la vocación religiosa. En la sociedad occidental se ha observado una reducción muy importante de la sensibilidad religiosa. Sin embargo desde la década de los noventa se ha desarrollado una corriente solidaria entre jóvenes de estas realidades que realmente critican la visión del capitalismo tradicional y desarrollan un discurso mucho más humanista. Por tanto en los últimos tiempos se observa un incremento de las actividades entre muchos jóvenes que revalidan el espíritu humanizador.

De acuerdo con José María Mardones (1998), a finales del siglo XX y principios del XXI se aprecia un incremento del interés por la religión. De una u otra forma, los exaltados episodios que son diariamente noticia y alarma en todo el mundo tienen detrás algún tipo de justificación religiosa, sea de forma fundamentalista o neotradicional. Y esta tendencia, trata de combatir esas oleadas relativistas que a través del tiempo han impedido que un pensamiento más humanista y volcado en la esencia del ser. La pérdida de la reflexión filosófica significa la pérdida del punto de referencia fundamental. Cuando Alain Touraine dice que el siglo XXI podría ser más violento que el siglo XX, podría deberse a esta causa. A la falta de reflexión filosófica sobre aspectos fundamentales. Aspectos que están directamente relacionados con una visión de hombre muy deteriorada.

Como hemos indicado más arriba, uno de los principales factores de fracaso de una sociedad, está relacionado con el grado de estatismo que presenta su modelo. Al grado de conservadurismo. Nuevamente, con Mardones (1991) hoy en día la tendencia socio-cultural más fuerte es el Neo-conservadurismo. Comparto plenamente esta visión, ya que para el Neo-conservadurismo, los grandes problemas de la sociedad capitalista son problemas culturales y espirituales, aunque particularmente no soy partidario de la utilización de este concepto, ya que para nosotros, el conservadurismo está inscrito en los esquemas y modelos tanto comunista como capitalista tradicional y esa idea de pensamiento único es lo que genera un rechazo a la verdadera libertad.


1. Señalo dogmático entre comillas, debido a que, a diferencia del comunismo, el capitalismo no tiene un cuerpo doctrinal tan definido como el comunismo, sino que se debe más a una práctica basada en diferentes aportaciones procedentes de diferentes campos.


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