América Latina Hoy
¿Y Hasta Cuándo?

Iván Ureta-Vaquero
César Calvo

 

Libertad.

El concepto sobre el que vamos a tratar a ahora supone nuevamente pensar sobre la identidad del hombre y su forma de actuar dentro de un esquema normativo moral. ¿Cuál es el concepto de libertad que hoy en día se maneja? El concepto de libertad norteamericana (1) está pues completamente distorsionada y se exporta como un producto de máxima aspiración y sin embargo, este concepto de libertad supone una dependencia a un sistema consumista, individualista, que engendra aislamiento, neurosis y comportamientos obsesivos –y sabemos que el comportamiento obsesivo es fundamentalmente rígido, inflexible.

Todo lo contrario al concepto de libertad que se contrapone al principio de independencia que rige el concepto cultural norteamericano y que se ha expandido como el modelo del desarrollo social. Con buen criterio y no por casualidad Amartya Sen tituló a uno de sus libros Libertad y Desarrollo. El problema de fondo lo encontramos en que el concepto de libertad humana se ha impuesto como consecuencia del modelo de libertad económica. Del laissez-faire de países con regímenes políticos inspirados en la democracia liberal, como dice Gómez Pérez (1975). Pero tendremos que tener en cuenta que este perfil no hay que achacarlo a un modelo clásico o liberal o neoliberal como se le quiera llamar, sino que también hay que pensar que con la Revolución Francesa y por la “Declaración de los derechos del Hombre y del Ciudadano” se marcó de forma indeleble los valores morales del individuo, teniendo en cuenta que dicha moralidad se fundamentó en una libertad individualista de corte utilitarista que terminó por excluir de forma completa la figura de Dios, tendiendo a sembrar que solo lo inmediatamente útil –¿podría verse aquí también la visión maquiavélica de que el fin justifica los medios? - debe ser la finalidad de los actos humanos y de las sociedades en si. Por tanto es tan frecuente confundir la libertad con el hedonismo y esto desencadena en una gran negación de la libertad social como reconoce Rodríguez Casado (1984:37).

Ahí encontramos por tanto la clave que determina al país que es desarrollado y al que es subdesarrollado. El país subdesarrollado apabullado por el éxito del sistema económico liberal interpretará la libertad como únicamente alcanzable llegando a ese sistema económico o al menos, tratándolo de emular. Tratándolo de imitar. Estos países que tratan de emular dicho sistema económico son los que se pueden denominar como países en vías de desarrollo. Por tanto son países en vías de ser libres y que aspiran a serlo. En este sentido el lenguaje político y económico recrean todo un estado de opinión entre la ciudadanía. Si queremos ser libres tenemos que imitar este sistema sino seguiremos siendo reprimidos, esclavos. (2)


1. Como señaló con gran criterio en su momento Ludwig Erhard, “Un pueblo que ya no sabe hacer ningún sacrificio material en defensa de su propia libertad se verá condenado a la larga a desaparecer de la historia”. En ERHARD, L. 1959: Bienestar para todos. Omega. Barcelona. Tercera edición. Pág. 288.
2. Es muy interesante la siguiente reflexión de Vicente Rodríguez Casado al decir sobre la concepción materialista de la libertad que: “Esta posición claramente materialista, tan frecuente hoy en los países del mundo libre, está en abierta contradicción con las exigencias de responsabilidad individual y social que encarna la libertad”. Op. Cit.Pág 31. La negrita es del autor. También interesante la siguiente reflexión en la que “para el industrialismo, la defensa de la libertad adquiere un tinte peculiar: se trata de la libertad para el desenvolvimiento creativo de la actividad económica, eliminando las limitaciones que tradicionalmente oponían los gobiernos al desarrollo autónomo de la industria y del comercio”


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