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América Latina Hoy
¿Y Hasta Cuándo?Iván Ureta-Vaquero
César Calvo
Crisis
Sostendré una idea que quizá resulte un tanto provocadora a priori. Hace referencia al relativismo del concepto indicado. Lo podría manifestar del siguiente modo: ¿existen las crisis? Nuevamente, aun a riesgo de parecer solipsista la idea, las crisis existen desde un punto de vista cultural. Por ejemplo en China, una crisis no se gestiona como un peligro sino como una oportunidad. Las crisis forman parte de las creencias y por tanto la gestión de la creencia puede ser variable. Las crisis no solo son económicas. La crisis económica es tan solo una manifestación. Sin embargo, es más difícil constatar la situación de la estabilidad familiar o temas semejantes.
El concepto de crisis no ha existido toda la vida sino que tiene un origen que hay que conocer. De acuerdo con Miguel Alfonso Martínez de Echevarria (1983:97), el concepto de crisis económica nace en el siglo XIX cuando se hacía patente el descrédito del viejo principio de la doctrina clásica de que en toda la actividad económica subyace una natural armonía, idea procedente de los postulados fisiocráticos y que tan influenciados por los conceptos de la física newtoniana, sobre todo en sus tres principios fundamentales. Obviamente, se estaba manifestando que esa armonía no era tal y por tanto, las crisis económicas se asumieron como un elemento endógeno e inevitable del sistema económico.
De igual manera que en la actualidad, en estos compases del siglo XIX surgieron autores que criticaron la ortodoxia económica y como consecuencias de esas críticas surgió un lenguaje propio, unos conceptos propios, que todavía existen y se usan en la actualidad. A estos conceptos se les atribuye una característica natural y se les supone una relación intrínseca con el fenómeno económico. Por lo tanto, podemos observar que efectivamente, la crisis económica es una manifestación cultural, que sin embargo, se a alzado como paradigma, como enemigo a batir por políticos y economistas. Así la sociedad internaliza este concepto y lo traspasa a su propia vida familiar, a su propio estado de ánimo. La crisis se filtra por todo aquello sujeto a las emociones y las hace su patrimonio. Se pasa así de su concepción objetiva a la subjetiva. Y es sujeto porque actúa y nos pensamos a través de ella.
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