FORMACIÓN GERENCIAL para la eficacia escolar
Gerardo Daniel Juárez Martínez

 

 

El directivo y la eficacia en las escuelas

El modelo educativo que se pretende implantar en latinoamérica, tiene rasgos identificables con el movimiento de escuelas eficaces, principalmente en lo relativo a la dirección participativa y mejora continua de la educación. Puryear (OpCit, 16) señala algunos retos que debe enfrentar la educación latinoamericana, para insertarse competitivamente en el mundo globalizado, a saber:

- La reforma educativa es prioritaria en la agenda política.

- Se debe focalizar la inversión de los recursos públicos en la educación básica.

- Fortalecer la profesión docente, mediante un sistema de reconocimiento a la calidad.

- Descentralizar la educación, para aumentar la responsabilidad por los resultados y ampliar la participación de los padres, empleadores y otros grupos, en las decisiones de política educativa.

- Centrar la atención en los productos, no tanto en la matrícula, sino en la calidad de la enseñanza - aprendizaje, sugiriendo para ello la realización de un examen nacional de conocimientos, para medir lo aprendido y comparar la calidad académica entre distintos planteles.

Estas sugerencias que el estudio de Puryear realiza, se complementan con las características que según Ismael Quintanilla identifican a las escuelas eficaces (1995, 8):

- Un conjunto de objetivos básicos, definidos, alcanzables y compartidos por los profesores.

- Normas y valores respetados por los miembros.

- Un liderazgo directivo que genera un clima cooperativo entre alumnos y maestros, para la mejora de las actividades y los rendimientos.

- Una elevada participación del profesorado en las decisiones de índole didáctica.

- Un clima de reconocimiento, de motivación y de refuerzo, tanto del director hacia los maestros como de éstos hacia los alumnos.

- La participación comprometida de los padres, alumnos, maestros y autoridades en el logro de la mejora educativa.

Es claro que el modelo educativo mexicano, que sigue en fase de implantación, ha importado al campo educativo, una serie de conceptos que tienen algún tiempo de utilizarse en la administración de empresas, principalmente los relativos a la calificación de méritos, administración participativa, la motivación para el trabajo y la mejora continua.

Esta programa de reformas no está muy lejos de nuestra realidad, ya que la ley educativa federal estableció los Consejos de Participación Social, y la ley educativa vigente en Nuevo León (P.O.E. 16-Oct-2000), señala en su artículo 74 que los directivos son líderes del cambio y la mejora continua en sus centros escolares, conceptos de gestión empresarial que como señalé líneas atrás se han incorporado ya al sector educativo.

La referida ley (ibid) en su artículo 76 señala que las autoridades educativas escolares, en la esfera de su competencia: organizarán al personal de manera colegiada, con el propósito de responder a las necesidades educativas, mediante el proyecto escolar, el cual debe ser dado a conocer a la comunidad educativa, para que cada cual identifique el papel que le toca desempeñar, para guiar sus actividades al logro de los objetivos planeados. Y en su artículo 77 (ibid), la ley perfila el estilo administrativo a seguir, ya que señala que la autoridad educativa estatal fomentará las condiciones de liderazgo en el aula, dirección, supervisión e inspección escolar y será responsable directo de la mejora continua del sistema educativo.

Si se pretende que el directivo escolar guíe a las escuelas a un modelo de gestión para él desconocido, en el cual se involucren los diversos actores que confluyen en la educación para intentar el mejoramiento de la calidad de la educación, no es posible sustraerse del concepto de eficacia escolar; ya que en este se considera que una escuela eficaz es aquella "en la que todos se sienten involucrados en el aprendizaje y el rendimiento, donde existen grandes expectativas, y la mejora educativa es una preocupación constante" (Dávalos, s/f), así las cosas, se confirma lo planteado por Puryear, al señalar que el enfoque debe ser a los productos de la educación, no tanto en la matrícula.

Todo lo mencionado es relevante y necesario para esta investigación, ya que el modelo que se desea proponer debe estar nutrido de las prácticas modernas y además, para tener operatividad, no puede alejarse las directrices que marca la ley educativa.

Debemos tener presente que del modo de conducir los planteles educativos, se pueden esperar ciertos resultados, de hecho, se acepta que "el tipo de organización que se dé en la escuela influye en el clima general, en las actitudes del docente y en las condiciones en que se trabaja" (Espínola, 1993, 17), así las cosas, es posible darse cuenta que, para lograr la mejora continua de la que se ha hablado, es necesario lograr la participación convencida de los docentes, quienes se enfrentan directamente a los problemas de la enseñanza.

Las escuelas dirigidas de un modo eficaz (Cfr. ibid, 18), pueden identificarse por las siguientes características:

- Se observa un alto grado de acuerdo entre profesores, directivos y padres de familia sobre la importancia del rendimiento académico, donde se tiene una alta expectativa respecto al trabajo de los profesores y el rendimiento de los alumnos.

- Se observa formalidad en la administración, es decir, las reglas en que se establecen, deberes y derechos, son claras.

- Se observa una organización en torno a propósitos claramente establecidos, objetivos expresados en términos de metas precisas, limitadas en tiempo y evaluables en base a indicadores fácilmente manejables.

En nuestro entorno, observo que las propuestas del programa educativo 2001-2006 perfilado por el equipo de transición de Vicente Fox (Coordinación del Área Educativa:2000), delineó algunos objetivos y líneas estratégicas identificables con el modelo de escuelas eficaces, lo que indica que la línea a seguir es la de la aumentar la autonomía de las escuelas, su evaluación y mejora continua:

Objetivo Línea estratégica Elevar y asegurar la calidad de los servicios educativos - Crear un sistema de escuelas de calidad que busque la mejora continua.

- Impulsar de forma significativa los programas de desarrollo para el personal docente y directivo en todos los niveles.

- Crear una cultura de evaluación externa como medio para medir, asegurar y mejorar la calidad e informar acerca de la misma. Promover que la sociedad en su conjunto participe y se sienta responsable de que la educación llegue a toda la población. - Rediseñar los consejos de participación social y asegurar que funcionen en todos los niveles de la educación básica y en los ámbitos escolar, municipal, estatal y nacional. Elevar el nivel de profesionalización del docente y directivo del sistema educativo. - Fortalecer los sistemas de formación y actualización permanente y adecuarlos a las necesidades del personal docene y directivo de los distintos niveles.

- Promover el establecimiento de estímulos académicos para todo el personal docente y directivo, adecuados a cada nivel educativo. Promover el mejoramiento de la gestión del sistema educativo en su conjunto. - Adecuar el funcionamiento de la SEP a los requerimientos de la nueva visión de la educación y del federalismo.

- Promover el fortalecimiento de la capacidad de gestión de cada uno de los centros educativos del país, según las especificidades de cada nivel educativo.

Lo importante ahora, es establecer las bases del programa de formación directiva que propongo, un programa en el cual no se pueden soslayar las aportaciones que la ciencia administrativa realiza en conjunto con las propuestas internacionales de reforma educativa, las experiencias de formación directiva que se desarrollan en otros contextos y latitudes, y la normatividad, pero sobre todo, capitalizando las guías que proporciona un estudio que desarrollé con antelación.


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