La Economía Política de la Construcción del Socialismo
Figueroa Albelo y otros

 

 

 

TEORÍAS DE POBLACIÓN Y DESARROLLO: VISIÓN DESDE LA EXPERIENCIA CUBANA

Julio R. Cárdenas Pérez

 

Los estudios demográficos constituyen un tema de atención mundial; han sido y son objeto de interés y preocupación de diferentes países, sobre todo en los últimos años, particularmente en nuestra región latinoamericana. Los cambios demográficos se hacen sentir de una forma u otra y con intensidades diferentes en cada faceta del desarrollo económico y social y viceversa.

El proceso de desarrollo económico y otros acontecimientos históricos afectan a las poblaciones. La relación de dependencia entre el desarrollo económico-social y el desenvolvimiento demográfico es valorada de modo diferente por las escuelas y doctrinarios del pensamiento económico y social; también los fundamentos de las políticas de población y de crecimiento económico y la praxis concreta que las acompañan difieren por países y regiones. En ningún otro tema se hace tan evidente las diferencias que distinguen y enfrentan a las distintas corrientes del pensamiento social.

I. POBLACIÓN Y DESARROLLO: VISIÓN TEÓRICA Y SITUACIÓN EN AMÉRICA LATINA

Precisamente, en este punto  se esbozan críticamente distintos enfoques teóricos acerca de la articulación entre el desarrollo demográfico y el económico. En este contexto serán rápidamente analizadas desde las concepciones maltusianas y neomalthusianas, pasando por la visión de Marx hasta arribar a aquellas corrientes contemporáneas vinculadas a la llamada teoría de la transición demográfica y la microeconómica de la fecundidad. Al final del capítulo se valora críticamente las características que presentan las principales variables demográficas desde la perspectiva y realidades de América Latina en los últimos cuarenta o cincuenta años.

1. POBLACIÓN Y DESARROLLO EN LA TEORÍA ECONÓMICA

La relación existente entre el crecimiento demográfico y el proceso de desarrollo económico no tiene una explicación única. Son muy diversas las interpretaciones sobre la materia. Esta diversidad de puntos de vista encuentra su explicación última en las corrientes dominantes del pensamiento económico y social. Pero más allá de las teorías constituye un problema agudo de la praxis económica a escala de países, regiones y mundial. El crecimiento demográfico actual no es un asunto numérico; se trata de algo más sustantivo: el drama difícil, complejo y dramático del desarrollo humano [1] que enfrenta una gran parte de la humanidad ya abocada al nuevo siglo.

El desarrollo económico tal como se acepta hoy en día es concebible siempre que el crecimiento se traduzca en una mejoría del nivel de vida de las personas, un incremento de la renta per cápita de la familia, mejores posibilidades de acceso a la salud, la educación y al bienestar en general, acompañado también por la autoestima, el respeto, la dignidad y la libertad de elección de los individuos.

La relación población-desarrollo nos plantea dos preguntas básicas. Primero, ¿cómo afecta y en qué sentido la situación actual de la población de los países en desarrollo a sus oportunidades de alcanzar los objetivos del desarrollo económico para las generaciones actuales y futuras?. Segundo, ¿cómo afecta el desarrollo al crecimiento demográfico?[2] Estas y otras interrogantes alrededor del crecimiento demográfico mundial y el bienestar humano son de interés general y han estado en el centro de los debates en distintas conferencias internacionales sobre población y desarrollo.

En este contexto es indispensable retomar otros aspectos de la actualidad mundial que están íntimamente relacionados con disyuntivas acerca de la capacidad de los países del “Tercer Mundo”, por ejemplo, para mejorar el nivel de vida, alcanzar el pleno empleo o al menos impedir que crezcan los desempleados,  ampliar la cobertura y mejorar la calidad de sus sistemas sanitarios, educativos, etc. En este apartado no se pretende dar una respuesta categórica a cada una de estas interrogantes; más bien lo que interesa es hacer algunas reflexiones sobre esta problemática que sirvan a la postre de guía metodológica general de la tesis.

A. ANTECEDENTES INDISPENSABLES: DE MALTHUS A MARX

La temática de la población ha constituido, desde los albores del capitalismo hasta la fecha, una problemática teórica y práctica de la mayor importancia. Esta necesidad dio a luz la demografía como una ciencia independiente. “La demografía es el estudio científico de las naciones” [3] en relación con el comportamiento de la población cuyo objeto de estudio es el descubrimiento de las leyes de la reproducción de la población en su condicionalidad socio-histórica.

Desde el siglo XV hasta mediados del XVIII predominó el pensamiento mercantilista cuyos representantes aunque no dedicaron en sus obras un capítulo “per se” a la población, sí hicieron referencias estrechamente ligadas a la dinámica demográfica y a su entorno económico y social. Para aquellos pensadores y para A. Smith, padre del pensamiento económico clásico burgués, el crecimiento y tamaño de la población eran variables que beneficiaban el crecimiento económico de las naciones. [4]

Thomas Robert Malthus escribió en una época más avanzada del desarrollo capitalista la más popular o impopular de las teorías de población: su “Ensayo sobre el principio de la población”, editado finalmente en 1808. Su postulado fundamental consiste en que “la población debe crecer por efecto de una capacidad reproductora constante en progresión geométrica”.[5] Por otro lado, según su esquema analítico el crecimiento de la producción tenía un comportamiento aritmético, mientras que las instituciones sociales como el matrimonio, la propiedad privada sobre los medios de producción y de consumo, etc., tenían un origen “natural”[6]. De esta asimetría dedujo que el crecimiento geométrico de la población conduce forzosamente a la pobreza creciente. Malthus parte del supuesto de que el cambio tecnológico es igual a cero o, dicho de otro modo, congela el progreso técnico. En síntesis, la concepción malthusiana del desarrollo hace depender el crecimiento económico del de la población. Partiendo de esta tesis errónea sugiere incluso medidas increíbles, extraordinarias, de reducción y control de la población.

Según el axioma malthusiano la población está abocada inexorablemente a vivir con unos niveles de renta de subsistencia. De acuerdo con ello, los maltusianos y el neomaltusianismo de fecha más reciente, los países pobres no podrán nunca aumentar sus niveles de renta per cápita muy por encima del nivel de subsistencia, a menos que emprendan políticas drásticas de limitación del crecimiento demográfico.

La teoría de la población de Malthus no resiste la prueba de la contrastación empírica. El progreso tecnológico ha potenciado de modo  creciente los factores escasos, como el fondo de tierra mediante el aumento de su productividad. Algunos estudios han demostrado que no parece haber una relación evidente entre los niveles de renta per cápita de los países del Tercer Mundo y las tasas de crecimiento de la población ni tampoco con las tasas de natalidad y mortalidad. Lo que sí resulta evidente de aquellos es la influencia directa de la distribución de la renta sobre el crecimiento demográfico.

La aplicación de las teorías maltusianas y neomaltusianas en los países del “Tercer Mundo” adolece de serias insuficiencias: a- la nulificación del papel que desempeña el progreso técnico; b- la hipótesis de que existe una macro relación entre el crecimiento de la población y el nivel de la renta per cápita, c- la ubicación de la renta percápita como determinante principal del crecimiento de la población en oposición a un enfoque mucho mejor y más válido del problema que centra la toma de decisión sobre el tamaño de la familia, a partir del nivel medio de vida familiar.

Los trabajos de Carlos Marx, Federico Engels y V. I. Lenin revelaron, al contrario de Malthus, que la población es realmente objeto y a la vez sujeto de la producción social. Para los marxistas, la ley de la población es consecuencia de la ley de la acumulación capitalista,[7] esto es, el exceso o déficit de población es una función del monto y dinámica de la acumulación del excedente económico o plusvalía. En general, afirmó Marx: “... todo régimen histórico concreto tiene sus leyes de población propias, leyes que rigen de un modo históricamente concreto”.[8] Esta concepción científica sobre la población, es reconocida y utilizada por los investigadores progresistas del mundo, incluido por supuesto el autor de esta tesis.

B. ENFOQUES Y PROBLEMAS CONTEMPORÁNEOS SOBRE LA POBLACIÓN Y EL DESARROLLO

Existen desacuerdos sustanciales entre el mundo desarrollado y el subdesarrollado acerca de la gravedad que representa el crecimiento rápido de la población en muchos países y regiones del planeta y sobre sus impactos en el crecimiento económico. El crecimiento demográfico, según Finkle, no es la única ni la más importante causa que explique el subdesarrollo, ni tampoco los bajos niveles de vida, así como la poca autoestima y la libertad limitada en los países del  Tercer Mundo.[9] La tesis que explica la génesis del subdesarrollo por el crecimiento poblacional es inadmisible lógica e históricamente hablando; sin embargo, sería ingenuo desconocer que el incremento rápido de la población es un factor que intensifica y multiplica las dificultades para el desarrollo económico.

El crecimiento rápido de la población y el atraso en los países pobres no radica, según muchos expertos de países ricos y pobres, en el propio crecimiento demográfico sino que está asociado a todo un conjunto de aspectos estrechamente relacionados entre los que incluyen: el subdesarrollo, el agotamiento de los recursos mundiales y la distribución de la población.[10] Los que achacan los maleficios demográficos al subdesarrollo ven la solución solamente a través del desarrollo económico por lo que este debe ser la única meta a seguir; y en consecuencia derivan el criterio de que todo programa de control de la natalidad fracasará si las familias pobres no tienen un incentivo para limitar su tamaño.

La tesis que afirma que el crecimiento de la población es un problema concebible  solamente en su relación con las disponibilidades de recursos naturales y su utilización implica una deducción lógica y sana: restringir el consumo de los países desarrollados que son los que gastan el 80% de los recursos naturales del planeta, en vez de pedir a los subdesarrollados que limiten su crecimiento demográfico. En síntesis, la principal preocupación mundial no debería ser el crecimiento demográfico, sino la opulencia creciente y los hábitos de consumo despilfarradores y egoístas de los países ricos y de los ricos de los países pobres.

La tesis de que no es el monto de la población por si solo el causante de los problemas demográficos sino su distribución espacial conduce lógicamente a que los gobiernos de los países del Tercer Mundo deberían esforzarse no por moderar las tasas de crecimiento demográfico, sino por reducir la emigración del campo a la ciudad e impulsar una distribución espacial de la población más racional en términos de disponibilidad de tierras y de otros recursos productivos.

Un argumento económico más convencional sostiene que el crecimiento de la población es un ingrediente esencial para estimular el desarrollo económico en virtud de que una población grande genera una demanda capaz de promover economías de escala  que disminuyan los costos de producción, provean una oferta de trabajo suficiente y de bajo costo y finalmente mayores niveles de producción. [11]

Hay quienes afirman que la explosión demográfica constituye una cuestión falsa creada deliberadamente por las agencias e instituciones de los países ricos y dominantes con el fin de mantener el subdesarrollo y las relaciones de dependencia. Este enfoque ideologiza la realidad a extremos tales que no puede aportar soluciones positivas y realistas. Existen otros muchos argumentos de orden no económico defendidos por un amplio espectro de representantes de países en vías de desarrollo que tienen cierto realismo, pues se basan en hechos y son expresados por representantes con una voz e influencia reconocidas dentro del mundo subdesarrollado.

El debate en torno a la interacción entre el crecimiento demográfico y el económico se podría sintetizar en dos tesis o proposiciones con enfoques convergentes. Primero, el crecimiento acelerado de la población es una traba para el desarrollo económico ya que intensifica y exacerba los problemas económicos, sociales y psicológicos inherentes a las condiciones del subdesarrollo. Segundo, el desarrollo económico es una condición necesaria para evitar el crecimiento acelerado de la población, puesto que la generalización de la pobreza absoluta y los bajos niveles de vida son la causa principal del gran número de hijos de cada familia debido fundamentalmente al interés de los padres de tener seguridad económica en la vejez. De ahí que el desarrollo sea una condición necesaria pero no suficiente pues es necesario proporcionarle a la gente las motivaciones e incentivos necesarios para limitar el tamaño de su familia y los programas de planificación familiar deben procurar los medios técnicos para evitar embarazos no deseados.[12]

C. LA TEORÍA DE LA TRANSICIÓN DEMOGRÁFICA Y SUS INTERPRETACIONES

La Teoría de la Transición Demográfica [13] tuvo su origen en el estudio y explicación de la evolución de la población desde niveles altos de mortalidad y fecundidad hasta otros cada vez más bajos y se propone establecer el nexo causal entre la población y el desarrollo económico a lo largo de las últimas centurias, asumiendo las transformaciones económicas y sociales derivadas del crecimiento económico capitalista bajo la influencia de la modernización industrial.

Sus postulados y enfoques han servido para establecer una periodización de la evolución demográfica con sus etapas y rasgos particulares; pretende tener un valor analítico universal y válido a escala regional y de países; por último, postula los fundamentos para el diseño de políticas específicas de población adaptables a distintas situaciones según las condiciones particulares de cada país.

La teoría de la transición valora la evolución demográfica de un estadio a otro como un proceso altamente complejo y heterogéneo, debido a los diferentes niveles de desarrollo en que se encuentran los distintos países e intenta explicar las razones por las que todos los países hoy desarrollados han pasado, más o menos, por las mismas etapas de la historia moderna de la población. El modelo sintetizado de transición demográfica, según los expertos de CELADE [14] y otros autores, distingue cuatro etapas evolutivas según las condiciones de desarrollo económico y los niveles de mortalidad y fecundidad en América Latina.

La llamada Transición Incipiente (Grupo I)  caracteriza a los países con una alta mortalidad y natalidad y crecimiento natural moderado de la población del 2,5%. La alta fecundidad da lugar a poblaciones muy jóvenes y con una alta relación de dependencia. La “transición incipiente” subsiste como dramática realidad en muchos países pobres del llamado “Tercer Mundo” y no “en sociedades remotas y aisladas”[15] como afirman algunos autores.

La Transición Moderada (Grupo II) la definen por los siguientes rasgos: una tasa alta de natalidad y una mortalidad moderada que le imprime un rápido crecimiento natural de la población cercano al 3%. Es resultado de un desarrollo económico incipiente el que hace ostensible una mejoría de la nutrición y la sanidad pública las que a su vez traen aparejado un descenso de la tasa de mortalidad sin que influya igualmente en la disminución de la natalidad. Una peculiaridad de la baja tasa de mortalidad es su ocurrencia sobre todo en edad temprana e igualmente sucede con la fecundidad. Estos dos últimos fenómenos traen por consecuencia un rejuvenecimiento de las estructuras por edades y una elevada tasa de dependencia juvenil.

La Plena Transición Demográfica (Grupo III) corresponde a los países que han alcanzado una natalidad moderada y una mortalidad baja y en consecuencia un crecimiento natural moderado cercano al 2%. El desarrollo económico sostenido, la expansión de la urbanización y la educación provocan una reducción de la mortalidad infantil y de la natalidad lo que induce a muchas parejas a desear una familia menos numerosa. Por su parte es fuerte el impacto de los avances en materia de salud sobre los cambios en las tasas de mortalidad y fecundidad.

En esta etapa del desarrollo el crecimiento de la población puede ser rápido, pero con una clara tendencia a la desaceleración. La estructura por edades es todavía joven, aunque se observa una leve disminución en el índice de dependencia juvenil, debido a que la reducción de la fecundidad es aún incipiente. Por lo general, en estos países ha existido un fuerte proceso de urbanización.

Por último, la Transición Avanzada (Grupo IV) corresponde a todos aquellos países con natalidad baja, mortalidad moderada y un crecimiento natural bien bajo del orden del 1% y hasta menos. El desarrollo económico y la urbanización acelerada son sus causales directas, pero además la alta tasa de ocupación entre hombres y mujeres determina una mayor propensión al control de la natalidad y a la reducción del número de hijos a dos aproximadamente, por lo que el crecimiento neto de la población tiende a cero.

A esta última etapa corresponden dos grupos de países del tercer mundo, los que desde hace mucho tiempo han venido experimentando una baja tasa de mortalidad y fecundidad con un crecimiento y estructura similar a las de los países desarrollados y los que lograron recientemente importantes descensos de la fecundidad y la mortalidad, pero con tasas altas de crecimientos debido a la influencia que ejerce la población joven.

El Centro Latinoamericano de Demografía ha hecho estudios comparados entre los niveles de modernización y sus impactos demográficos para codificar las etapas de la transición demográfica en que se encuentran los países de América Latina. (Ver: Cuadro 1).

La década de los 50 reflejó cambios importantes en varios países de América Latina que tuvieron su origen, fundamentalmente, en el alto nivel relativo que alcanzaron las transformaciones sociales y económicas Algunos expertos identifican este fenómeno con la “teoría de la modernización”.

Cuadro 1. Relación entre la transición demográfica y la modernización en América Latina. (1989)

 

Nivel de Modernización en los decenios sesenta y setenta

Etapa de la transición demográfica

 

Parcial y acelerada

Incipiente

Avanzada (IV)

Argentina, Cuba,

Chile, Uruguay

 

 

Plena transición (III)

 

Costa Rica, Panamá, Venezuela

 

Brasil, Colombia,

Ecuador, Perú,

República Dominicana

 

Moderada (II)

 

Paraguay

El Salvador

Guatemala

Honduras

D.Nicaragua

Incipiente (I)

 

 

Bolivia, Haití

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). “Transformación ocupacional y crisis social en América Latina”. Santiago de Chile, 1989. Publicaciones de Naciones Unidas. Población, Equidad y Transformación productiva, Santiago de Chile. 1993. Diagrama I. 2, p. 20.

La mayoría de los países latinoamericanos lograron un importante nivel de crecimiento del PIB y de la productividad del trabajo desde los años cincuenta hasta finales de los 70. Aunque los niveles de urbanización y modernización no ocurrieron por igual en todos ellos, este proceso provocó cambios importantes que se reflejaron en: una mayor movilidad de las estructuras sociales, el mejoramiento de la capacitación de la fuerza de trabajo, la cobertura del sistema educativo y un movimiento migratorio extraordinario del campo a la ciudad, promovido por aceleración de la urbanización.

Bolivia y Haití son los dos países más rezagados de todos por sus altas tasas de natalidad y mortalidad en correspondencia con la ausencia de modernización. Una situación contraria se reflejaba en Argentina, Cuba, Chile y Uruguay con niveles de modernización avanzada y tasas de mortalidad y fecundidad bajas.

D. SOBRE LA TEORÍA MICROECONÓMICA DE LA FECUNDIDAD

Algunos economistas que parten de la teoría neoclásica del comportamiento del hogar y del consumidor han diseñado la llamada “teoría microeconómica de la fecundidad”[16]. Según la misma, la demanda de hijos por parte de la familia está determinada por las preferencias familiares con respecto al número de hijos vivos (fundamentalmente varones), el costo de oportunidad de criar esos hijos y el nivel de renta familiar.

En un intento de lograr una mejor explicación teórica y empírica del descenso observado en las tasas de natalidad en las últimas etapas de la transición demográfica, han examinado cuidadosamente los llamados determinantes microeconómicos de la fecundidad. El eje fundamental de este análisis es el tamaño de la familia y los hijos se consideran como un tipo específico de bien de consumo o de inversión. Una de las conclusiones más importantes de esta teoría consiste en que la mejoría del nivel de vida de la familia con baja renta, dado un aumento del precio relativo de los hijos, induce a que tengan menos hijos para mejorar su nivel de bienestar.

En las sociedades pobres los hijos se consideran bienes de inversión que tienen un rendimiento esperado en forma de trabajo infantil y provisión de sostén financiero para los padres en la vejez. A ello se añade la presencia de fuertes determinantes psicológicos y culturales sobre el tamaño de la familia, de manera tal que los dos primeros hijos son considerados regularmente como “bienes de consumo” cuya demanda responde poco a las variaciones de los precios relativos.

El mecanismo de elección de la “teoría microeconómica de la fecundidad” es aplicable principalmente a la decisión de tener hijos adicionales o marginales que se consideran como inversión. Haciendo uso de las concepciones acerca del comportamiento del consumidor concluye que cuando aumenta el  costo de los hijos como consecuencia de un aumento de las oportunidades educativas y laborales de las mujeres, entonces los padres demandan menos hijos adicionales. La promulgación de leyes que establecen una edad mínima para el trabajo de los menores, el establecimiento de un sistema de seguridad social para la vejez con financiación pública, etc. elevan el costo de oportunidad de los nuevos hijos. En realidad lo que acontece es que se sustituye la cantidad de hijos por calidad mayor, o las actividades de crianza de los hijos por parte de la madre se cambia por una actividad laboral que genera renta.

Un incremento de la renta de la familia podría permitir a la familia mantener un número mayor de hijos, pero las evidencias parecen mostrar que los padres con rentas más elevadas tienden a sustituir cantidad por calidad de los hijos, es decir, invertir en menos hijos pero más educados y con una capacidad muy superior de obtener ingresos. Además, una renta mayor puede tender a disminuir la fecundidad a causa de que los incrementos de la renta tienen un efecto sobre la posición de la familia y con ello aumentan sus deseos de bienes materiales, fundamentalmente entre los grupos de renta baja cuya restricción presupuestaria habría impedido previamente la compra de estos bienes.

Algunos estudios realizados en países en vías de desarrollo como Chile, Taiwan y otros han demostrado que el nivel de fecundidad es inferior cuando hay muchos puestos de trabajo disponibles para mujeres fuera del hogar y mayor asistencia a la escuela del hombre y la mujer; también han permitido confirmar que existe una fuerte relación entre el descenso de la mortalidad infantil y el descenso de la fecundidad.

Con independencia de las objeciones inherentes a la base metodológica general de origen neoclásico en que se apoya la teoría microeconómica de la fecundidad, esta brinda oportunidades analíticas no despreciables para la interpretación parcial del comportamiento de la fecundidad a partir de las percepciones y propensiones objetivas que operan en el ámbito de la familia como célula de la sociedad. Una aplicación práctica de estos conceptos microeconómicos de la fecundidad podría lograrse mediante estudios estratificados de las familias por tramos de ingreso y otros parámetros seleccionados.

Un balance crítico final del conjunto de concepciones relativas a la correlación población- desarrollo conduce a, primero, aceptar como principio general objetivo la estrecha e indisoluble articulación existente entre ambas dimensiones. Segundo, si bien a cada modo de producción histórico corresponde una determinada y precisa ley de la población, es la evolución y desarrollo económico en su sentido más amplio lo determinante, lo que explica en última instancia su comportamiento en todos los modos de producción y en cada uno en particular en su trayectoria histórica.

 

2. CARACTERÍSTICAS FUNDAMENTALES DE LAS VARIABLES DE POBLACIÓN EN AMÉRICA LATINA

En este apartado serán examinadas las principales variables de población y su comportamiento en el contexto latinoamericano, incluyendo los datos de Cuba, a fin de comprobar la consistencia de los principios generales asociados a las tesis que sustentan la estrecha correlación existente entre la evolución de la economía y la dinámica demográfica.

El fuerte crecimiento económico experimentado y los cambios en los niveles de urbanización han tenido su efecto sobre la dinámica demográfica en la región latinoamericana (Ver: Gráfico 1). Desde 1965 comenzó a observarse un proceso acentuado de transición en la fecundidad en un grupo de países de América Latina y el Caribe. Este grupo seleccionado aparecerá reiteradamente en otros apartados del presente trabajo. Conviene aclarar que en esta selección entre más de 20 países de la región influyeron distintos argumentos de representatividad según las etapas de la Transición Demográfica. Haití y Bolivia son los únicos de la primera etapa; el Salvador y Nicaragua son dos países bien diferentes por sus estructuras económico-sociales, pero con tendencias demográficas dinámicas análogas. Brasil y México son representativos per se, en la tercera etapa, y Cuba y Chile en la cuarta, porque son países de una dinámica demográfica semejante bajo modelos distintos de desarrollo socioeconómico.

A. LA PROBLEMÁTICA DE LA FECUNDIDAD

Los países en Transición Demográfica y Modernización Incipiente que alcanzaron en el quinquenio 1950-1955 un promedio de 6,5 hijos por mujer, han visto disminuir la fecundidad en un 28% aproximadamente en el quinquenio 1990-1995; o sea, pasaron de un promedio de hijos por mujer de 6,5 a 4,7, y para el año 2000 se espera que se reduzca aún más para llegar a 4,3. (Ver: Cuadro  2)

Dentro del Grupo II el cambio más significativo se ubica en Nicaragua que en el quinquenio 1950-1955 promedió 7,4 hijos por mujer y llegó a 5 en el período 1990-1995. Muchos esperan nuevos cambios para el año 2000. En el Grupo III los cambios más representativos se localizan en México y Brasil. En este sentido vale la pena recordar que estos países tuvieron un fuerte despegue económico en los últimos decenios que ha repercutido significativamente en la dinámica demográfica. Brasil, por ej., con 6.2 hijos por mujer en el quinquenio 1950-1955 pasó a 2,8 en el 1990-1995; en México, este mismo índice y en igual período, se redujo desde 6.8 a 3.2. En ambos países ha disminuido la fecundidad en un 53.8% aproximadamente lo que equivale a una reducción media de 3.5 hijos por mujer.

Gráfico 1. Tasa de variación anual del PIB y PIB per cápita de América Latina

Elaborado por el autor de “Estudio económico de América Latina y el Caribe 1997-1998. CEPAL. Santiago de Chile, 1998. Pp.359-381.

 

En el Grupo IV de la transición demográfica destacan países como Argentina que inició este proceso de transición tempranamente. En 1950-55 tenía un índice de 3.2 hijos promedio por mujer y luego de 40 años alcanzaba 2.8. En el caso de Cuba y Chile la fecundidad pasó de un nivel alto en los años 50, con un promedio de 4,1 a 5,1 hijos por mujer, respectivamente, a 1.9 (Cuba) y 2.7 (Chile) en el quinquenio 1990-1995. Es interesante subrayar un par de observaciones sobre el caso cubano y chileno dadas sus diferencias sustantivas respecto al modelo de desarrollo económico.

Cuba inauguró un nuevo enfoque del desarrollo en América Latina por los caminos de la construcción socialista que cumple cuarenta años. Lo más sobresaliente de la experiencia cubana ha sido el enfoque social predominante del crecimiento económico; esto es el crecimiento con equidad distributiva y justicia social. Ello explicaría la aparente paradoja de un nivel creciente de bienestar y desarrollo humano sin que haya estado acompañado siempre por un crecimiento económico equivalente. Cuba por el índice de Desarrollo Humano del PNUD se ubicaba en 1991 entre los países más desarrollados del Planeta. [17] En los últimos informes se encontraba entre los países de medianos desarrollo humano. Las políticas en las esferas de la ocupación y remuneración, la educación, la salud, la cultura, el deporte y la asistencia social han incidido directamente en la dinámica demográfica con una alta homogeneidad a todo lo largo y ancho del país que se han reflejado en una tendencia progresiva a la reducción de los índices de fecundidad y mortalidad.

Cuadro 2. Tasa Global de Fecundidad por quinquenios de acuerdo con la etapa de transición demográfica. Países seleccionados.

Etapas y países

Seleccionados

Q   U   I   N   Q   U   E   N   I   O   S

1950-1955

1960-1965

1970-1975

1980-1985

1990-1995

1995-2000

Grupo I

¨       Bolivia

¨       Haití

6.8

6.3

6.6

6.3

6.5

5.8

5.5

5.2

4.6

4.8

4.1

4.6

I.     Grupo II

¨       El Salvador

¨       Nicaragua

6.5

7.4

6.9

7.4

6.1

6.8

5.0

6.0

4.0

5.0

3.6

4.5

Grupo III

 

 

 

 

 

 

¨       Brasil

¨       México

6.2

6.8

6.2

6.8

4.7

6.4

3.8

4.3

2.8

3.2

2.4

2.8

Grupo IV

¨       Chile

¨       Cuba

¨       Argentina

5.1

4.1

3.2

5.3

4.7

3.1

3.6

3.5

3.2

2.8

1.9

3.2

2.7

1.9

2.8

2.6

2.0

2.7

Caribe

5.2

5.5

4.4

3.2

2.8

2.8

América Latina

5.9

6.0

5.0

3.9

3.1

2.8

Fuente: “Proyecciones de población” Centro Latinoamericano de Demografía (CELADE) y “World Population Prospects: the 1992 Revision”. Naciones Unidas. Nueva York. “Población, Equidad y transformación productiva 1993”. Anexo Estadístico. Cuadro 3, p. 137.  N:B: El  IDH, 1998, calculado por PNUD revela precisamente las diferencias tan agudas que se dan en la fecundidad entre los países del Grupo I y IV. Así los IDH para Bolivia y Haití se ubican en los niveles más bajos, ocupando los lugares 116 y 159, respectivamente entre los países del plantea; mientras que los del Grupo IV se ubican entre los países de más alto desarrollo humano: Chile (lugar 31), Cuba (lugar 85) y Argentina (lugar 36). Fuente: Informe de Desarrollo Humano, 1998. PNUD. Op. cit. , p. 21. 

En Chile a partir de los setenta, más exactamente luego del golpe militar de 1973, se introdujo, por primera vez, e integralmente el modelo neoliberal. La política de privatización, la apertura total al mercado y a la inversión extranjera trajeron consigo cambios sensibles en la economía global, avances notables en la urbanización y una verdadera inundación de capital extranjero. El crecimiento no fue homogéneo ni benefició por igual a todas las zonas ni al pueblo; creció la estratificación social. También los cambios en la esfera social y cultural fueron bien diferenciados dada la heterogeneidad del nivel de vida de la población. Las contradicciones de la modernización neoliberal en Chile no sustrajeron al país de la tendencia positiva acumulada en la dinámica demográfica en todas sus variables.

El proceso de desarrollo económico en América Latina ha influido también en el comportamiento de las tasas específicas de fecundidad. Algunos rasgos tipifican las tendencias generales de la fecundidad. 1) disminución notable entre las mujeres de 35 años y más; 2) aumento sensible en el grupo de 20 a 34 años; 3) concentración de la mayoría de los nacimientos en el grupo de 20 a 34 años, precisamente en las edades de menor riesgo para la madre y el niño, lo que tiene una alta significación; y 4) el alto número de nacimientos en el grupo de 15 a 19 años, aunque con una clara tendencia general al descenso, sigue siendo una preocupación especial en determinados países y zonas dentro de determinados países. El Dr. Miguel Villa y Juan Chackiel plantean que “en el Caribe, la cifra anual de adolescentes que dan a luz se ha duplicado entre 1955 y 1985”.[18]

Cuadro 3. Tasas específicas de fecundidad de acuerdo con la etapa de la transición demográfica (1950-55/1985-90).

 

Países

G r u p o   d e   e d a d e ssas por mil)

 

15-19

20-24

25-29

30-34

35-39

40-44

45-49

TGF 1

 

GRUPO I

 

 

Bolivia (50-55)

1985-90

Haití (50-55)

1985-90

100

86

77

55

275

237

207

196

307

247

284

240

281

197

273

214

222

138

217

162

120

73

132

96

46

23

71

36

6.8

5.0

6.3

5.0

 

GRUPO II

 

 

Nicaragua (50-55)

1985-90

170

169

353

270

356

260

273

201

211

140

95

56

29

14

7.4

5.6

 

GRUPO III

 

 

Colombia (50-55)

1985-90

128

74

287

159

323

146

280

104

214

63

92

27

28

7

6.8

2.9

 

GRUPO IV

 

 

CHILE (50-55)

1985-90

CUBA (50-55)

1985-90

84

67

67

85

224

158

234

123

255

147

231

93

212

99

158

48

148

54

90

24

77

18

33

8

20

2

7

1

5.1

2.7

4.1

1.8

                     

Fuente: Proyecciones de población vigentes, Centro Latinoamericano de Demografía (CELADE), y Naciones Unidas, World Population Prospects: the 1992 Revisión, Nueva York, Población, Equidad y transformación productiva, 1993, Anexo Estadístico, Cuadro 4, p. 138.

(1) TGF. Tasa Global de Fecundidad

El desarrollo de los países afecta tanto a la tasa global de fecundidad como a la específica por grupos de edades. Así lo confirma la evolución de las tasas de fecundidad de 1950-1955 hasta 1985-1990 según los distintos grupos de edades, la etapa de transición demográfica y el nivel de modernización en algunos países seleccionados. (Ver Cuadro 3).

La tasa de fecundidad en las edades de 15 a 19 años y de 35 y más tiene una tendencia generalizada a la disminución en la muestra y en toda la región. Esta tendencia ocurre también en los países de transición incipiente que son precisamente las de más alto riesgo para la madre y el niño. La tasa global de fecundidad y la específica según las zonas urbana y rural también difieren notablemente en los países de América Latina y el Caribe.

En Cuba se da una peculiaridad en el caso de la tasa de fecundidad en el grupo de 15 a 19 años que contradice la tendencia general observada en América Latina. En el período analizado se elevó de un 67% al 85% para un incremento de 27 puntos. Este fenómeno constituye un serio problema social que la sociedad viene enfrentando para lo que se requieren estudios sociológicos específicos y medidas apropiadas. El comportamiento de esta tasa en los grupos de edades de 35 a 39, de 40 a 44 y de 45 a 49 es, por el contrario, de signo positivo pues se han reducido de 90 a 24, de 33 a 8, y de 7 a 1 en cada grupo respectivamente.

Varios estudios han demostrado la asociación existente entre los niveles de fecundidad y el comportamiento de las variables económicas, sociales y culturales. A estas variables se les denomina de conjunto determinantes de fecundidad.

La educación, la participación económica de las mujeres y el lugar de residencia son las determinantes de fecundidad de mayor nivel de influencia. También se han estudiado otras como la educación y ocupación de los padres y características de la vivienda, etc.[19] En general, la educación ocupa un destacado lugar como determinante de los cambios de la fecundidad.

Desde hace alrededor de tres décadas se viene aceptando la idea de que los cambios en la fecundidad no guardan una relación directa con las variables socioeconómicas, sino que dicha relación está mediatizada por un conjunto de variables llamadas “intermedias o determinantes próximos” [20] sobre las que actúan los factores socioeconómicos y culturales. Algunos estudios realizados por Naciones Unidas han identificado cuatro determinantes próximos: la proporción de mujeres casadas o unidas, el uso de métodos anticonceptivos, el aborto y la lactancia. Estas variables explicaron la mayor parte de las variaciones de la fecundidad.

Las circunstancias que limitan la exposición a las relaciones sexuales y a la concepción o gestación son factores que influyen en el descenso de la fecundidad. En el caso de Cuba es probable que no constituyan variables intermedias, pues, el 98% de las mujeres tienen y/o conocen los métodos anticonceptivos [21] y, además, el aborto, a diferencia de otros países, está totalmente legalizado.

B. EL FENÓMENO DE LA MORTALIDAD

La evolución de la mortalidad es otra variable importante en la dinámica demográfica que será analizada en el contexto de este trabajo a la luz de los cambios operados en el desarrollo económico, social y cultural de los países de América Latina y el Caribe. Los avances registrados en algunos países en el área de salud, especialmente, paralelos al desarrollo de las fuerzas productivas y al progreso científico y técnico, han permitido una mejor atención médica y un mayor y mejor control de las enfermedades.

El aumento de la esperanza de vida al nacer en la mayoría de los países es un rasgo general para la región. Sin embargo estos cambios no son homogéneos; hay diferencias profundas entre los distintos países de la región que tienen su origen en 1) la diversidad de niveles de desarrollo, 2) no todos están en la misma etapa de la transición demográfica y 3) la incongruencia entre la etapa demográfica y este indicador en algunos países. Por ej., el Perú, situado entre los países de transición demográfica moderada, tiene una esperanza de vida muy baja (61,4 en el quinquenio 1985-1990) en relación con el resto. El Cuadro No. 4 refleja la evolución de la esperanza de vida de algunos países de América Latina y el Caribe.

Por lo visto no todos los países alcanzarán la meta de esperanza de vida al nacer de 70 años para el fin de siglo que postula el Programa mundial “Salud para todos en el año 2000” [22] de la Organización Mundial. Por otra parte, es necesario tomar en cuenta que el índice de esperanza de vida ha crecido a distintos ritmos de un quinquenio a otro en los distintos países.

Haití demorará muchos años en arribar a los 70 años y otros, como Bolivia (64.5), El Salvador (69.1) y Guyana (67.7), que están por encima de los 60 años no lograrán esta meta en el 2000. Cuba, Costa Rica, Chile y otros arribaron ya a esta meta desde hace algunas décadas.

Por lo visto no todos los países alcanzarán la meta de esperanza de vida al nacer de 70 años para el fin de siglo que postula el Programa mundial “Salud para todos en el año 2000” [23] de la Organización Mundial. Por otra parte, es necesario tomar en cuenta que el índice de esperanza de vida ha crecido a distintos ritmos de un quinquenio a otro en los distintos países.

Haití demorará muchos años en arribar a los 70 años y otros, como Bolivia (64.5), El Salvador (69.1) y Guyana (67.7), que están por encima de los 60 años no lograrán esta meta en el 2000. Cuba, Costa Rica, Chile y otros arribaron ya a esta meta desde hace algunas décadas.

Por último, se considera, que el descenso de la mortalidad general en muchos de los países de la región se debe en mayor medida a causa del descenso de la mortalidad en edades tempranas, entre los cinco primeros años y al nacer. Los bajos niveles de mortalidad infantil fueron alcanzados en contextos muy distintos, aunque con algunos elementos comunes, como los programas de vacunación masiva y de rehidratación oral, así como la mejora y ampliación de la cobertura de la atención de salud.[24]

Finalmente, debe recordarse que otro factor que ha influido de cierta manera en la reducción de la mortalidad infantil, está asociado a la disminución experimentada en las tasas de fecundidad específica de más alto riesgo, esto es, en las edades de 15 a 19 y más de 35 años.

Cuadro 4. Esperanza de vida al nacer de acuerdo con la etapa de transición demográfica

Países

E s p e r a n z a  d e  V i d a

Aumento Quinquenal

(ritmo medio anual)

50-55

70-75

85-90

2000

50-55

70-75

70-75

85-90

GRUPO I

¨       Bolivia

¨       Haití

40.4

37.6

46.7

48.5

58.8

54.7

64.5

59.4

1.6

2.7

4.0

2.1

GRUPO II

¨       El Salvador

¨       Nicaragua

45.3

42.3

58.8

55.2

62.4

62.4

69.1

69.2

3.4

3.2

1.2

2.4

GRUPO III

¨       Costa Rica

¨       Guyana

¨       Brasil

57.3

52.3

51.0

68.1

60.0

59.8

75.3

63.2

64.9

77.1

67.7

68.0

2.7

1.9

2.2

2.4

1.1

1.7

GRUPO IV

¨       CUBA

¨       Chile

59.5

53.8

71.0

63.6

75.2

71.5

76.3

72.7

2.9

2.5

1.4

2.6

Fuente: Centro Latinoamericano de Demografía (CELADE). Proyecciones de Población Vigentes y Naciones Unidas: World Population Prospects: the 1992. Revisión. Nueva York. Población, Equidad y Transformación Productiva, 1993. Anexo Estadístico, Cuadro 5, p. 139.

 

C. LA MORTALIDAD Y LA TRANSICIÓN EPIDEMIOLÓGICA

Muy asociado a la evolución de la mortalidad y enmarcada en la transición demográfica, se encuentra lo que recientemente se ha denominado “transición epidemiológica que alude no sólo a la mortalidad por sexo sino también por causa de muerte.

La transición epidemiológica sigue de cerca a los cambios que han ocurrido en la organización del sector de la salud, en las condiciones sanitarias de la población, en la fecundidad, en la estructura por edades y en el proceso de urbanización. Podría decirse que ambas transiciones, la demográfica y la epidemiológica, están relacionadas entre sí y forman parte del llamado “proceso de cambio social” según lo define CELADE.[25]

Otro gran problema que afecta la mortalidad en algunos países está dado por las condiciones del medio ambiente y la capacidad de los sistemas de salud para tratarlas, lo que depende en gran medida del nivel de desarrollo alcanzado por cada país. La creciente proporción de muerte por violencia es otra seria dificultad en la región. Este fenómeno, tan frecuente en países como Perú, Colombia y otros, se asocia a la represión política, a la discriminación étnica, al terrorismo, al narcotráfico y a la falta de posibilidades y perspectivas de una parte de la juventud. Los accidentes de tránsito son una causa de muerte creciente en nuestros días, una secuela indeseable del proceso de modernización y de crecimiento económico.[26] La dimensión ambiental es cada vez más decisiva para la salud en cada país, incluso a escala regional y mundial. Hay patrones altamente contaminantes en el desarrollo de la industria y la agricultura cada vez más crecientes; falta, como regla, una política fuerte de control ambiental o se vulnera; los desechos de diferente índole se expulsan contaminando la tierra, el aíre y los mares. Así viene aumentando en forma alarmante la exposición de amplios sectores de la población y de pueblos enteros a productos altamente tóxicos que ponen en peligro la salud y la supervivencia humana.

D. EL PROBLEMA DE LAS MIGRACIONES

Los procesos migratorios internacionales cada vez más frecuentes e intensos se están erigiendo en un componente importante de la dinámica demográfica. El problema migratorio está íntimamente determinado por las enormes diferencias existentes en el desarrollo económico, político, social y cultural en el ámbito mundial. Las grandes oleadas migratorias proceden siempre del Sur empobrecido en forma creciente y van hacia el Norte opulento y cada vez más rico. El análisis de las relaciones entre la migración y el proceso de desarrollo de los países debe verse en un doble sentido: el efecto de las migraciones sobre el desarrollo y viceversa.

En un artículo publicado en el Boletín de Población Número 36 de las Naciones Unidas en 1994, George Photios Tapinos plantea: “lo mejor es considerar a la migración desde el punto de vista del desarrollo: en el plano microeconómico la migración obedece generalmente al deseo de mejorar el propio bienestar y en el plano macroeconómico tiene repercusiones para el bienestar de la población de la sociedad de la que provienen los migrantes y de la sociedad en la que se quieren establecer”.

La migración ha tenido, y tiene hoy día, un profundo impacto sobre la economía, la cultura y la sociedad de los países de origen y destino. Su influencia es más notable cuando los saldos migratorios pasan de positivo a negativo. Las aristas de este pormenor en el plano macro y microeconómicos son múltiples; sin embargo, hay dos aspectos que tienen una especial connotación: la emigración de mano de obra calificada hacia países desarrollados y el envío de remesas por los emigrantes. Desde 1950 la emigración de latinoamericanos y caribeños hacia los Estados Unidos fue muy marcada, a pesar de la preocupación de los gobiernos de la región persiste una emigración muy alta de personal calificado en proporciones no despreciables hacia los países desarrollados. Son varios los factores que de una u otra manera inciden en este tipo de emigración, entre ellos pueden citarse:

¨    Las condiciones económicas y políticas de los países de origen.

¨    Las relaciones entre la educación, capacitación y el empleo.

¨    El incremento en la oferta de profesionales y técnicos debido al esfuerzo realizado por algunos países en la formación de recursos humanos.

¨    Difíciles condiciones de trabajo y pocas posibilidades de desarrollo profesional que se expresa en bajos salarios, escasez de instalaciones y equipos requeridos para la investigación y pocas posibilidades de perfeccionamiento en etapas posteriores a la formación inicial.

El éxodo de profesionales constituye una forma de transferencia inversa de tecnología; sin embargo, las consecuencias no son las mismas para los países de origen y de destino. Las emigraciones se dirigen generalmente hacia los países de más alto desarrollo que se benefician sin haber sufragado los costos de la formación de esa mano obra. Los países de origen pierden la mano de obra calificada y el capital invertido en su formación. Este fenómeno se agrava por el volumen alto de la emigración, el déficit de especialistas que provoca generalmente personal joven con una alta calificación explotable por largo tiempo.

La emigración de recursos humanos calificados es de vital importancia para conocer y evaluar las consecuencias económicas y sociales de la pérdida de recursos humanos, pues, la emigración de mano de obra calificada puede significar la virtual desaparición de ciertas especialidades en determinadas áreas y sectores de la economía nacional de algunos países. Las pérdidas sociales y económicas son muy altas para los países de menor desarrollo los que crecen en la misma medida que se intensifica la emigración y se sostenga en el tiempo.[27]

La remesa de dinero es otra consecuencia de la emigración internacional contemporánea que requiere especial atención. En este sentido, no son despreciables los ingresos de algunos países emergentes por este concepto; para algunos se considera una fuente de inversión importante. Durante la crisis de la década de los ochenta, las remesas crecieron en más de cinco veces en Guatemala, Nicaragua y El Salvador. Por otra parte, entre 1980 y 1989 las remesas familiares compensaron cerca del 66% de la merma de las disponibilidades de divisas en algunos países. Por último, si bien las remesas tienen un efecto momentáneamente positivo, también poseen efectos nocivos para las familias ya que pueden adoptar posturas pasivas ante la competencia en el mercado laboral local. En el plano macrosocial, ese nexo podría reforzar la condición dependiente de las economías nacionales y aumentar su vulnerabilidad ante las presiones externas.[28]

La importancia de los aspectos antes señalados es tal que dio lugar a que en la Conferencia Regional Latinoamericana y del Caribe sobre Población y Desarrollo, preparatoria de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo de 1994, los países del área alcanzaran consenso sobre la necesidad de “cooperar en la creación de infraestructuras adecuadas y en la programación del desarrollo de sus recursos humanos acorde a las necesidades y prioridades de desarrollo económico y social con vistas a propiciar el establecimiento de un marco nacional idóneo para reducir los desajustes estructurales y sociales y propiciar el desarrollo económico y social a fin de favorecer la permanencia de los profesionales y técnicos en el ámbito nacional. Así como orientar a las familias beneficiadas por la recepción de remesas en la utilización de fórmulas de ahorro que fortalezcan las gestión y ejecución de proyectos económico-sociales sobre la base del respeto a las legislaciones nacionales correspondientes”. [29] El análisis de las interrelaciones entre la dinámica de la población y el desarrollo de los países, hace necesario tomar en cuenta además el efecto de estas variables sobre el crecimiento y estructura por edades de la población. Los cambios en la mortalidad y fecundidad en la región han provocado un crecimiento anual de la población de tendencia descendente en los últimos decenios.

A modo de resumen puede considerarse “que los cambios en los componentes demográficos, sobre todo de la fecundidad, harán que se modifique la composición por edades y otros aspectos relacionados, como los perfiles epidemiológicos, las relaciones de dependencia y la estructura de la demanda de servicios básicos. A corto y mediano plazos estos cambios implicarán la coexistencia de demandas, pues habrá aun un gran aumento en el número de niños y personas en edades centrales, a lo que se sumará una mayor población en la tercera edad”. [30]

E. EL MEDIO AMBIENTE: POBLACIÓN Y DESARROLLO

Entre las recomendaciones de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, celebrada en 1994, hay una dirigida especialmente a la temática medioambiental de obligada referencia con el fin de mostrar la preocupación universal que concita este tema. “Considerando que el deterioro ambiental obedece a la irracionalidad de los estilos imperantes de desarrollo, que se expresan en el predominio de tecnologías y pautas de consumo inapropiadas, principalmente por parte de los países industrializados y de las minorías privilegiadas de los países en desarrollo, como así mismo en el empeoramiento de las condiciones de vida de vastos sectores de la población, y también que el crecimiento demográfico no es el principal factor del deterioro se insta a los gobiernos a que adopten estrategias de desarrollo ambientalmente sustentables y que, en tal marco, concedan adecuada prioridad a los programas políticos sociales entre ellos los de población y educación” [31]

Un estudio de CELADE sobre las interrelaciones población, desarrollo y medio ambiente[32] analiza este problema desde dos ángulos: uno, aquellos que tienen un alcance mundial que son los globales y, segundo, los que tienen una trascendencia regional y local, los cuales se subdividen a su vez en urbanos y rurales.  Entre los problemas de alcance global se incluyen:

a)   El efecto invernadero provocado por el proceso de acumulación de gases termoactivos (ozono de bajo nivel, clorofluorocarbonos, óxido nitroso, metano y dióxido de carbono) en la atmósfera. Algunos expertos señalan que podría afectar la fertilidad de los suelos, el nivel de los océanos, la frecuencia de catástrofes y trastornos climáticos en los trópicos.

b)  Adelgazamiento en la capa de ozono como resultado del incremento de la concentración del clorofluorocarbonos en la atmósfera.

c)  Afectación de la biodiversidad. Se consideró por algunos expertos que puede afectar el equilibrio biológico en el planeta.

d)  Existencia de residuos tóxicos producidos por los procesos industriales de los países altamente desarrollados.

Entre los problemas regionales se agrupan los siguientes:

a)   Déficit de recursos hidráulicos. Algunos expertos llegan a asociarlo al crecimiento demográfico como factor causal principal, aunque tiene otras múltiples.

b)  Degradación del suelo. Diversas variables interactúan en este proceso, entre las que cabe señalar: la deformación de la tenencia de la tierra, especialmente la minifundización, los impactos de la modernización agrícola, la deforestación indiscriminada y la pobreza extrema.

c) Contaminación del aire a causa de la concentración de gases residuales de las instalaciones industriales y de residuos provocada por el uso indiscriminado de pesticidas y otros. Este fenómeno está afectando el propio ámbito de los hogares como lo demuestran estudios recientes que detectaron la presencia de monóxido de carbono, plomo, altas concentraciones de polvo y microorganismos de diversos tipos provenientes del exterior, etc.

d)  Problemas y deficiencias en la infraestructura física donde falta, fundamentalmente, la cobertura en la red de servicios básicos. Su causa se ubica en los altos costos de instalación, por ej., de agua potable y de riego, alcantarillado, recolección de desechos y otros.

e)    Afectación de los recursos humanos por la falta de agua o su contaminación, la degradación de los suelos y la concentración de gases tóxicos en la atmósfera que generan enormes perjuicios a la salud y las actividades económicas básicas.

Habría que coincidir con la esencia del planteamiento hecho por la Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre Población y Desarrollo, celebrada en México en el año 1994, que declaró sin ambigüedades que (sic): “El tema de la población debe ser visto desde dos ángulos: como destinataria del desarrollo y como agente fundamental del proceso productivo. (...) al considerar a la población como beneficiaria de las estrategias de desarrollo, adquiere relevancia el tema de la equidad como uno de los ejes de la relación entre población y desarrollo (...)”.
 


 

[1] El PNUD ha elaborado desde los noventa este concepto como un índice único e integrador de distintos indicadores económicos y sociales que sirve para medir y diferenciar a los países y regiones del planeta. “El desarrollo humano es un proceso mediante el cual se amplían las oportunidades de los individuos, las más importantes de las cuales son una vida prolongada y saludable, acceso a la educación y el disfrute de un nivel de vida decente. Otras oportunidades incluyen la libertad política, la garantía de los derechos humanos y el respecto a sí mismo (...)”. Desarrollo Humano 1990. PNUD. Ed. en Colombia, 1990, p.33. 

[2]  Todaro, M. P. “El desarrollo económico del tercer mundo”,. Ed. Nueva York, 1984. Cap. 6, pág. 238

[3] Haupt, A. y Kane, T. “Guía Rápida de Población”. Ed. Population Reference Bureau, Inc. Washington, D:C:, 1991, p. 2.

[4] Ver a Fucaraccio, A.  en “La población y el Desarrollo en el Pensamiento de A. Smith y R. T. Malthus”. Centro Latinoamericano de Demografía (CELADE). Santiago de Chile, 1995, p. 10.

[5] Cita tomada de Cerrado Gini  en “Teorías de la población” Ed. Madrid, 1932, p. 5.

[6] Ver: “Guía Rápida de Población”. Op. cit., p. 4.

[7] En el Capítulo 23 del Tomo I de El Capital, C. Marx dedica un amplio espacio al estudio de la acumulación capitalista y su articulación con la población laboral. El problema que debate está enfilado a demostrar la formación del “ejército industrial de reserva” como condictio sine quanon del modelo capitalista de desarrollo y el carácter bipolar de la distribución de la riqueza. La riqueza y la pobreza están conectadas finalmente con una visión más amplia de la población que no fue un objetivo específico de sus estudios.

[8] Marx, C. “El Capital”. Tomo I. Ed. C. Sociales. La Habana, Cuba. 1973, pp. 575-576

[9] Ver a J. Finkle and B. Crane en “The politics of Bucharest: Population, development and the new international economic order”. Population and Development Review 1. No. 1, 1975, pp. 87-114.   

[10] Ver de Nancy Birdsall: “Analytical Approachess to the relationship of population growth and development”  en el libro The Struggle for Economic Development. Population and development Review, no. 2, 1984, tomado de Todaro, M. P. “El desarrollo económico del tercer mundo”. Op. Cit., p. 243.

[11] Ver a Colin Clark en “The population explosion”. Bulletin of the Institute of Development Studies, Sussex. USA. Mayo, 1969.

[12] Todaro, M. P. “El desarrollo económico del tercer mundo”. Ed. Nueva York, 1984. Cap. 7, pág. 248

[13] Ver: Samuelson, P. Economía. Parte VII. Decimocuarta edición. Reproducción. S/F, p. 840 ; a Livi, M. en “La transición demográfica en A. Latina y el Caribe”. Vol. I, Primera Parte. CELADE. (Fotocopia). Chile, 1993, pp. 13-24; a Patarra, N. en “La transición demográfica en A. Latina y el Caribe”. Vol. I, primera parte. (en portugués). CELADE. (fotocopia), 1993, pp. 151-165.

[14] Chackiel J y Schkolnik, 1992. “Población, equidad y transformación productiva”. NU, 1992. CELADE, Santiago de Chile, 1993, pp. 35-76.

[15] Samuelson, P. Economía. Op. Cit., p. 844.

[16] Todaro, M. P. Op. Cit. Cap. 7, p. 256

[17] Ver: “Informe sobre Desarrollo Humano 1991”. PNUD. Ed. Bogotá, Colombia, 1991. En el informe del PNUD de 1998 fue ubicaba en el lugar 85, entre los llamados países de mediano desarrollo humano. Dos factores  determinaron esta posición: los impactos de la crisis económica y la adopción de criterios de derechos civiles en la metodología establecida. Informe de Desarrollo Humano 1998. PNUD. Ed. Mundi-Prensa, España, p. 21.

[18]Chackiel, J. y Villa M. (1993), “América Latina y el Caribe: dinámica de la población y el desarrollo”, CELADE, Santiago de Chile, Chile CELADE, 1992, p. 35.

[19] Ver en revista “Población, equidad y transformación productiva” a  Chackiel J. y Schkolnik, 1992; Naciones Unidas 1987. CELADE, Santiago de Chile, 1993.

[20] Davis y Blake, 1956, Bongoarts, 1978 en revista “Población, equidad y transformación productiva”. CELADE. Santiago de Chile, 1993, p. 23.

[21] Oficina Nacional de Estadística (ONE), 1994. La Habana. Cuba, p.4.

[22] Revista “Población, equidad y transformación productiva”. CELADE. CEPAL. Santiago de Chile, 1993, p. 26.

[23] Revista “Población, equidad y transformación productiva”. CELADE. CEPAL. Santiago de Chile, 1993, p. 26.

[24] Op. Cit., p. 26.

[25] Revista “Población, equidad y transformación productiva”. CELADE. CEPAL. Santiago de Chile, 1993, p. 28.

[26] Ver: “Población, equidad y transformación productiva” en revista CELADE, CEPAL. Santiago de Chile, 1993, p. 30.

[27] Revista “Población, equidad y transformación productiva”. Op. cit. , p. 121.

[28] Op. cit. ,p. 122

[29] “Consenso Latinoamericano y del Caribe sobre Población y Desarrollo”. 1994, pp.. 19 y 20.

[30] Revista: “Población, equidad y transformación productiva”.Op. cit. , p. 130.

[31] “Consenso Latinoamericano (...)” , pp. 10-11.

[32] Ver en Folleto “Población, medio ambiente y desarrollo en América Latina” a Rodríguez  Vignoli J. CELADE. Santiago de Chile, 1995, p. 31.

 


Google
 
Web eumed.net

 

Volver al índice deLa Economía Política de la Construcción del Socialismo

Volver a "Libros Gratis de Economía"

Volver a la "Enciclopedia y Biblioteca de Economía EMVI"