Formación de capital y ciclos económicos
Una introducción al análisis macroeconómico

Adrián Osvaldo Ravier
 

Intervención Estatal y Ciclos Económicos

El aporte de Roger Garrison al análisis de los ciclos económicos

 

Como ya hemos mencionado en apartados previos, Roger Garrison ha logrado crear un enfoque alternativo al de los economistas austríacos que habían venido desarrollando la ABCT. Su mayor aporte lo representa entonces su versión gráfica de dicha teoría.

Aquí nuevamente partimos de una situación inicial como se muestra en el gráfico Nº 4 donde se observan las relaciones entre tasa de interés, ahorro, inversión, consumo y la estructura intertemporal de la producción. Suponemos que las preferencias intertemporales permanecen constantes para fijarnos sobre el efecto de la expansión crediticia exógena que ejerce la autoridad monetaria mediante las cuatro herramientas señaladas previamente.

Traslademos entonces las etapas del ciclo económico recién expuestas al presente gráfico Nº 13.

Gráfico Nº 13 – Las consecuencias de expansión crediticia en el corto plazo

Como hemos explicado, sin previo ahorro y sin disminuir el consumo, la autoridad monetaria decide disminuir la tasa de interés de descuento y otorgar préstamos masivamente a los bancos comerciales. Esto se ve reflejado en el gráfico que representa el mercado de fondos prestables, más específicamente en el desplazamiento de la curva de oferta de créditos desde S0 hacia S0 + M1. Cabe aclarar que S0 representa el “crédito de transferencia” que se traspasa de las manos de consumidores que deciden postergar consumo presente a cambio de mayor consumo en el futuro hacia manos de inversores que toman dicho crédito para invertir hoy aceptando devolver el dinero en un plazo de tiempo con el interés acordado. M1  por su parte, representa el volumen de la expansión crediticia o lo que podríamos denominar “crédito creado”. Cabe remarcar como explicaba Mises que el “crédito de transferencia” es indistinguible del “crédito creado”. El primer efecto que esto trae aparejado es el mismo que hemos visto previamente para un incremento del ahorro voluntario, esto es, una baja en la tasa de interés. El crédito creado hace que la tasa de interés bruta o de mercado en términos de Mises difiera ahora de la tasa de interés a la cual los inversores tomarán crédito.

Simultáneamente se rompe la identidad ahorro-inversión. El crédito creado ahora permite incrementar la inversión sin previo ahorro. Más aun. Mientras el proceso de inversión se refuerza con el crédito creado, la expansión crediticia hace que los ahorristas no se vean estimulados a ahorrar por la baja en la tasa de interés y también por el proceso inflacionario y su consecuente pérdida de poder adquisitivo. Como resultado, ahorro e inversión ahora tienden a ir en direcciones opuestas.

Para obtener una segunda perspectiva de la divergencia entre ahorro e inversión, ahora podemos pasar a analizar la frontera de posibilidades de la producción. Por un lado tenemos que el menor ahorro implica mayor consumo. Por otro lado, y simultáneamente, la baja artificial de la tasa de interés incrementa la inversión. Cabe destacar que la tasa de interés ahora no refleja únicamente la preferencia temporal de los individuos que interactúan en sociedad, sino que se ve distorsionada por la emisión de moneda. En consecuencia, mientras el consumo se dirige hacia el norte, la inversión se dirige hacia el este. La FPP tiende a desplazarse hacia el nordeste, lo cual es posible dado que la FPP refleja las combinaciones de consumo e inversión que son sostenibles en el tiempo.

Veamos ahora las consecuencias sobre la estructura intertemporal de la producción. Los empresarios no distinguen el crédito creado del crédito de transferencia, con lo cual interpretan esta señal del mercado como si realmente hubiese aumentado el ahorro y se hubiese modificado la estructura de la producción. La menor tasa de interés les permite emprender proyectos de inversión más alejados de las etapas de consumo provocando una reasignación de recursos hacia la producción de bienes de capital. De esta manera el sector de bienes de capital presenta beneficios contables lo que obliga a demandar más trabajadores, y se alarga artificialmente la estructura productiva. Suben así los salarios de los trabajadores y se experimenta un boom expansivo y bursátil. Mientras tanto el consumo no sólo no disminuyó sino que se ve incrementado.

Podemos observar ahora en el gráfico Nº 14 que los efectos remarcados no son sostenibles en el tiempo.[1] En algún momento debe detenerse el ritmo de crecimiento de la expansión crediticia para evitar entrar en un proceso inflacionario importante. Esto provocará un nuevo desplazamiento de la curva de oferta de créditos pero en sentido contrario al anterior, es decir hacia el noroeste.

 

Gráfico Nº 14 – Las consecuencias de expansión crediticia en el largo plazo

Como resultado, la tasa de interés deberá subir. Esta mayor tasa de interés implica un cambio en los planes de inversión y en el análisis de costos y presupuesto de los emprendedores. Richard Ebeling (1999) explica al respecto,

“Aquellos que inicialmente habían tomado el crédito creado ahora se encuentran con numerosas dificultades para continuar y finalizar algunos de los proyectos de inversión de largo plazo, dado los crecientes costos de continuar empleando las cantidades requeridas de factores de producción que están regresando a los sectores de bienes de consumo de la economía. Comienza entonces a emerger una ‘crisis’ a medida que cada vez más proyectos de inversión a largo plazo no pueden ser continuados por problemas financieros. La demanda por más créditos para poder continuar con los proyectos iniciados presiona la tasa de interés a la alza, creando una crisis aún mayor en los sectores de inversión de la economía. La fase expansiva o ‘boom’ del ciclo económico ahora se transforma en una fase contractiva o depresión del ciclo, a medida que un número creciente de proyectos de inversión colapsan, sean dejados incompletos, y resulten en una mala inversión de capital en proyectos de inversión largos y económicamente insostenibles”;

 

Traduciendo las palabras de Richard Ebeling al gráfico Nº 14 vemos que en el gráfico del mercado de fondos prestables, en el eje horizontal se reduce el nivel de inversión y en el eje vertical sube la tasa de interés. A su vez, debemos destacar que la crisis se traduce en una recesión y depresión que representa el inevitable reajuste del sistema productivo, reajuste mediante el cual logra el mercado liquidar las excesivas inversiones del período inflacionario y retornar a la proporción inversión-consumo deseada por los consumidores en relación con el capital disponible.

La FPP demuestra gráficamente la recesión o depresión enunciada, la cual se traduce en un nivel de inversión y de consumo menor, fruto de la malasignación de recursos. Cabe destacar que las nuevas magnitudes de inversión y consumo tienen mucha mayor relación ahora con las preferencias temporales de los individuos que se refleja en el ahorro de la sociedad.

Respecto de la estructura intertemporal de la producción, terminado el período de sobre-inversión (malinvestment) y exceso de consumo (over-consumption) la estructura vuelve a acortarse hacia su nivel previo o incluso menor, dado por la depreciación del capital existente y por la ausencia total de ahorro durante el período de expansión crediticia. Esto por supuesto implica menor cantidad y calidad de bienes y servicios de consumo y a un precio mayor. Los capitalistas vuelven a orientarse hacia etapas más próximas al consumo donde obtienen mayor rentabilidad. Nuevamente se reasigna el capital invertido sustituyendo capital por trabajadores.

El resultado final: Caída de la renta nacional, baja del salario real y mayor pobreza.

 

Las conclusiones que se derivan de la ABCT son diametralmente opuestas a las hoy prevalentes, sean keynesianas, poskeynesianas o monetaristas. Mises, en efecto, recomienda que si el Gobierno y la banca por él controlada están inflacionariamente ampliando el crédito, lo que deben de hacer es detener inmediatamente tal actividad; no interferir, y, consecuentemente, no provocar alza de salarios y precios, no ampliar el consumo, ni autorizar infundadas inversiones, con el objetivo de que el necesario período liquidatorio de anteriores errores sea lo más corto posible. Idéntica medicación debe aplicarse si la economía no está ya en auge, sino en recesión.

Concluía Mises en la reedición de 1953, de su Teoría del Dinero y del Crédito (1912, pp. 405-408):

“La gente de todos los países coincide en que la situación actual de los asuntos monetarios no es satisfactoria y que es altamente deseable un cambio. Sin embargo, las opiniones sobre la reforma que es preciso hacer y sobre los fines a alcanzar son muy diferentes. Se habla confusamente de estabilidad y de un patrón que no sea inflacionista ni deflacionista. La vaguedad de los términos empleados oscurece el hecho de que la gente sigue dominada por las falsas y contradictorias doctrinas cuya aplicación ha creado el actual caos monetario.

La destrucción del orden monetario ha sido el resultado de una política perseguida deliberadamente por algunos gobiernos. El banco central controlado por el gobierno y, en Estados Unidos, el igualmente controlado por el Sistema de la Reserva Federal son los instrumentos a que se recurre en este proceso de desorganización y demolición. Sin excepción, todos los planes de reforma de los sistemas monetarios asignan a los gobiernos la supremacía ilimitada en materia de dinero y diseñan fantásticas imágenes de superbancos superprivilegiados. Incluso la manifiesta futilidad del Fondo Monetario Internacional no es óbice para que los autores se abandonen a fantasías sobre un banco mundial que fertilizaría a la humanidad con torrentes de crédito barato.

La vacuidad de todos estos planes no es accidental. Es el resultado lógico de la filosofía social que profesan estos autores. [...]

La reconstrucción monetaria, con el abandono de la inflación y el retorno al dinero fuerte, no es un mero problema de técnica financiera que pueda solventarse sin cambiar la estructura de la política económica general. No puede haber moneda estable en un contexto dominado por ideologías hostiles a la libertad económica. Empeñados en desintegrar la economía de mercado, los partidos dominantes no permitirían ciertamente reformar lo que les privaría de su arma más formidable, la inflación. La reconstrucción monetaria presupone ante todo un total e incondicional rechazo a aquellas políticas pretendidamente progresistas que en Estados Unidos se conocen con el nombre de New Deal o Fair Deal”; [2]

 

Ya han quedado atrás las políticas enmarcadas bajo el New Deal o Fair Deal así como también enorme cantidad de políticas similares aplicadas en los distintos países a lo largo y lo ancho del mundo. Al dinámico proceso de mercado estas políticas le han agregado enorme cantidad de distorsiones que impiden al emprendedor tomar las decisiones correctas de inversión. Los precios y la tasa de interés ya no reflejan las valoraciones de los individuos y el resultado se refleja en una creciente pobreza, o al menos en un menor bienestar para toda la población. La solución sólo puede encontrarse quitando de manos del estado la moneda, y con ello toda su intervención en materia monetaria. La política monetaria tal como hoy se conoce debe ser desterrada. Los economistas austríacos ya se han ocupado de buscar alternativas posibles para una reconstrucción monetaria. Casi un siglo después del planteo original de Mises, creemos que es hora de considerarlas.

 


 

[1] Se recomienda al lector la lectura de los seis efectos microeconómicos que surgen espontáneamente en el mercado ante la expansión crediticia y que ponen fin al proceso de optimismo generalizado y de expansión económica artificial. Para ello, puede dirigirse a Jesús Huerta de Soto (1998, pp.289-305);

[2] Si bien esta obra fue escrita originalmente en 1912, en la reedición inglesa de 1953 Mises agrega a su obra un cuarto capítulo que tituló “Reconstrucción Monetaria”. (pp. 383-446).

 


Google
 
Web eumed.net

Volver al índice de Formación de capital y ciclos económicos

Volver a "Libros Gratis de Economía"

Volver a la "Enciclopedia y Biblioteca de Economía EMVI"