Rosario Gómez Carrasquel
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CAPITULO II: LOS FUNDAMENTOS ECONÓMICOS DE LAS BIOEMPRESAS
La Organización para la cooperación económica y el desarrollo (OECD) en 1996 define a una nación como competitiva, cuando tiene la capacidad de producir bienes los cuales consiguen demanda en el mercado internacional y esta es sostenible. Los Estados Unidos a través del desarrollo de la ciencia, la ingeniería, y la tecnología ha logrado competir con otras naciones logrando un desempeño satisfactorio que se refleja en su marcada presencia en el mercado global. La economía de este país es una de las más promisorias del mundo, se espera que los americanos continúen teniendo una calidad de vida mejorada a pesar de la muy alta que tienen actualmente.
La posición de liderazgo alcanzado por muchas de las empresas de los Estados Unidos se debe en parte a su capacidad de innovar y crear productos, hecho que se relaciona directamente con la inversión en investigación y desarrollo, y los estudios en ciencia e ingeniería que realizan las empresas y las academias desde muy tempranas etapas, es así como cualquier científico tiene que recurrir por excelencia a algún estudio americano, aproximadamente 70% según Scientific Information’s Science Citation Index.
La empresa biotecnológica en los Estados Unidos ha presentado un crecimiento de $8000 millones en 1993 a $20000 millones en 1999, haciéndose evidente que esta empresa realiza importantes aportes y contribuciones fiscales a la economía Norteamericana.
La organización de la industria biotecnológica (BIO, the industry’s advocacy group), define a la biotecnología como “el uso de las células y los procesos moleculares para darle solución a determinados problemas y elaborar productos.” Esta definición incluye a las industrias y las firmas que usan las células y moléculas biológicas para aplicarlas en medicina, en agricultura, y en el medio ambiente. I
