BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

UNA GRÁFICA DE LA TEORÍA DEL DESARROLLO. DEL CRECIMIENTO AL DESARROLLO HUMANO SOSTENIBLE

Mario González Arencibia

 

 

 

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Antecedentes de la idea del desarrollo

Como concepción estratégica que indica la necesidad de alternativas para el desenvolvimiento de las relaciones sociales y de las fuerzas productivas, el enfoque moderno sobre el desarrollo se remonta en la crisis de 1929. El mismo cobró especial impulso a partir de la situación generada por la Segunda Guerra Mundial.[1]

Esta problemática colocó en el plano del pensamiento académico una discusión sobre el desarrollo existente que se tradujo en nuevas reformulaciones teóricas. El campo de acción que definió esta polémica se ubicó prioritariamente en la disciplina económica

Esta parte de la investigación, tiene la intención de dejar un esbozo acerca de los orígenes de los que se nutre el término desarrollo. Se  ha considerado importante apuntar algunas notas que dejen claro que la idea del desarrollo como proceso, constituye un fenómeno de nítida dimensión histórica.

Es a estos efectos, que en los párrafos que siguen a continuación, se realiza una síntesis de las principales fuentes teóricas de las que se ha nutrido la teoría del desarrollo moderno (utilizamos el término de Blomström y Hettne), por la cual se comprende aquella polémica que nace ligada a la teoría del crecimiento a partir de la década del 50´.

Muchos de los aspectos que se debaten en las discusiones actuales de la teoría moderna del desarrollo se encuentran en la escuela clásica y neoclásica. Por lo cual, resulta pertinente avanzar en la explicación de estos fundamentos sin dejar de mencionar los importantes aportes de estas escuelas.

En su vertiente económica la explicación de la teoría del desarrollo se identifica con el enfoque del pensamiento que se clasifica en tres corrientes fundamentales: clásico, neoclásico y keynesiano. En su primera variante algunos de sus representantes más significativos son: Adam Smith, David Ricardo, Thomas Malthus, John Stuart Mill, y Carlos Marx.

De estos autores se podría advertir, que aunque no dirigieron sus esfuerzos a conceptualizar el término desarrollo, si proporcionaron un sistema categorial que permite operar con las políticas para definir el desarrollo.

Básicamente los economistas de la primera mitad del siglo XIX estudiaron la acumulación, no para explicar el desarrollo, sino para justificar la creación de riqueza, la distribución del ingreso y en el caso de Marx para explicar la ley que rige el movimiento del sistema capitalista y las desigualdades sociales que genera al interior de países.

Adam Smith (1776) proporcionó una profunda discusión sobre las causas que contribuyen al crecimiento de la riqueza, observando el lugar de la productividad en su relación con la división del trabajo y con el tamaño del mercado.

Es importante destacar en este autor que el uso que realiza de la expresión “riqueza de las naciones”[2] subraya el reconocimiento de la nacionalidad como el más importante marco en que se definen los intereses económicos.

En este marco el Estado-nación alcanzaba un carácter preeminente sobre cualquier forma de organización social, a diferencia de lo que ocurre en las condiciones actuales con un proceso de desarrollo marcado por un profundo proceso de globalización. Para Smith la acumulación de riquezas depende de la expansión del mercado y de su capacidad para autoacrecentarse.

A. Smith comprendió que el acrecentamiento del capital dependía en grado sumo de la productividad del trabajo y esta a su vez estaba sujeta a los niveles de especialización del trabajo dentro de las empresas capitalistas.

Por su parte, Thomas Malthus (1798) con su obra Ensayo sobre el principio de la población, es reconocido por el tratamiento que le da a los problemas del crecimiento de la población. Con un fundamento ideológico explica el “principio de población” y de la “ley de los rendimientos decrecientes”, apuntando hacia la teoría de los salarios y de la renta de la tierra.

En cambio, David Ricardo (1817) en su obra “Principios de Economía Política y Tributación” ofrece un análisis de la distribución de la producción entre las diversas clases sociales, tomando como supuesto básico, que el problema primordial de la Economía Política es la determinación de las leyes que rigen la distribución.

Para Ricardo la creación de riquezas está asociada a la eficiencia con que se utilicen los recursos de una nación con relación al resto del mundo, sus postulados van más allá de la frontera nacional.

En este marco Ricardo maneja el supuesto de la especialización en el mercado mundial, como parte de su fundamento en la creación de riquezas, su postulado es participar con aquellas producciones que ofrecen menores costos y mayores ventajas relativas. Para Ricardo el desarrollo del capital industrial es determinante en estos nexos.

John Stuart Mill con su obra Principios de Economía Política (1895) se incorpora a la polémica antes planteada formulando la “teoría general del progreso económico”. Su pregunta trata sobre ¿qué papel desempeña el progreso técnico dentro del proceso económico?

Con ello aparece la primera expresión del concepto de progreso económico como antecedente más inmediato de la idea de desarrollo, exponiendo como progreso aquellos cambios que van sujetos a introducción de nuevas tecnologías. Para Mill ese progreso retarda el advenimiento del estado estacionario.

Los aportes de Carlos Marx (1848-1871) relacionados con una conceptualización de la teoría del desarrollo están basados en su concepción materialista de la historia. Con ello coloca la atención, en el análisis del proceso de producción, a partir del vínculo entre las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción, el cual define el modo de producción y de hecho la estructura económica de la sociedad.

Siendo este el factor determinante, Marx lo utiliza como punto de partida en sus estudios sobre el desarrollo histórico, recordemos sus palabras cuando plantea que lo que distingue a una época de otra no es lo que se produce sino, como y con que instrumentos de trabajo se produce.

Debe quedar claro que Marx, observó además como factor importante, las variaciones que se producen en la superestructura como resultado de los cambios en la base económica de la sociedad, aspecto que es de particular importancia en la evaluación del desarrollo en sus distintas acepciones.

Marx no solo limitó sus análisis a factores netamente nacionales, concebía la necesidad del desarrollo de la división del trabajo al interior de las naciones como un momento importante para generar recursos para la nación en su nexo con los factores externos.

En el contexto del marxismo, durante la última parte del siglo XIX fue relevante la obra de Lenin El desarrollo del capitalismo en Rusia (1896-1899), quien comparte la idea de Marx, sobre el papel histórico progresista del capitalismo asociado al desarrollo de las fuerzas productivas del trabajo social y la socialización de este.

Con su análisis Lenin muestra el grado de desarrollo del capitalismo en Rusia. En otras de sus obras, deja claro que aún cuando el capitalismo se desarrolla, no ejerce un efecto parejo en todas las economías y regiones. Esta formulación le permitió elaborar la ley del desarrollo económico y político desigual. De Marx a Lenin el acento se desplaza de la creciente diferencia entre clases, a la creciente diferencia entre la renta per capita de los países capitalista desarrollados y los atrasados.


[1] Orlando Caputo y Roberto Pizarro. Dependencia y relaciones internacionales. Editorial Universitaria Centroamericana, Segunda Edición. Educa, San José, Costa Rica 1982 p. 31.

[2] Adam Smith. An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nation (Edic. de Edwin Cannan) Capitulos I y III.

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