Profundización del Inicio
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

URUGUAY UN DESTINO INCIERTO


Jorge Otero Menéndez

 

 

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Profundización del Inicio

La intensificación del relacionamiento zonal ya se confirma en los comienzos del régimen democrático, en las Actas de Colonia, firmadas por los gobiernos de Argentina y Uruguay, en mayo de 1985[i].

La iniciativa concretada entonces no era por cierto históricamente novedosa en el área. Su instrumentación sí. Juan Manuel de Rosas la sostuvo, y en 1868, como quedó dicho, la reedita el presidente Bartolomé Mitre (1821-1906) con la idea de la “Patria Grande”. Planteamiento éste último que recoge con alguna variante relevante poco tiempo después, en 1875, Juan Carlos Gómez (1820-1884) desde su residencia en Buenos Aires y que refuta con énfasis Francisco Bauzá (1851-1899).

Pasadas unas siete décadas, siendo presidente Luis Batlle Berres (1897-1964), éste acepta un encuentro en el Río de la Plata con el jefe de Estado argentino, general Juan Domingo Perón (1895-1974), la que se lleva a cabo el 28 de febrero de 1948. El lugar de encuentro: en medio del Río Uruguay, frente a la playa de la Agraciada. Poco antes había visitado nuestro país Evita Duarte de Perón. En agosto de 1947.

La reunión que nos ocupa, realizada en el barco presidencial del vecino país, se desarrollaba con cierta precaución por parte de la delegación uruguaya dada la fuerte oposición que el Batllismo había realizado a la candidatura de Perón[ii] (cuando la fórmula de la Unión Democrática[iii] estaba integrada por José P. Tamborini y Enrique Mosca, a la que el peronismo descalificaba con la publicitada alternativa Braden o Perón, por referencia al embajador de los EE.UU. ante el gobierno argentino en aquella época, Spruille Braden) y a las profundas diferencias ideológicas que se mantenían con el mandatario del país vecino, que no había ocultado sus simpatías con el Eje Roma-Berlín-Tokio, durante la Segunda Guerra Mundial.

En determinado momento del encuentro presidencial, Perón toma la palabra y señala que el objeto principal del mismo era formar un frente de productores de carne para defender mejor su precio ante la actitud de los grandes mercados compradores que querían deprimirlo. Señaló que Uruguay y Argentina juntos constituían un bloque que estaba en condiciones de defender adecuadamente a los productores agropecuarios de uno y otro país, destacando que el ministro Miguel Miranda explicaría con más detalle la propuesta, para lo cual le cedía la palabra.

El jerarca convocado señala entonces que el mecanismo adecuado para llevar adelante lo que juzgaba como una feliz y trascendente iniciativa (muy probablemente haya sido idea de él mismo a la luz de la serie de fracasos que cosechó su gestión) era que Argentina, por ser el país con mayor producción cárnica se encargaría de los cobros correspondientes a las ventas conjuntas, entregándole el producido que le correspondía a nuestro país.

Un corto silencio siguió a los conceptos expresados por el alto jerarca y principal impulsor por esos años[iv] de la política económica del gobierno argentino.

Perón retoma el uso de la palabra y repite la importancia que lo propuesto tenía en la lucha por la reivindicación del trabajo de nuestros hombres, en fin. Y enfatiza, con entusiasmo meridional, que dejaba de argumentar para darle la oportunidad al presidente uruguayo a expresar su opinión que, descontaba, no iba a contrariar el espíritu integracionista favorable a los intereses de las dos naciones.

Un sólido silencio siguió a las expresiones del jefe de Estado argentino.

Luis Batlle Berres comienza a contestar pausadamente, coincidiendo en la importancia del tema y en la problemática que se vivía. Inmediatamente señala que cederá la palabra al ministro Ledo Arroyo Torres para que comente la instrumentación de la iniciativa expuesta por Miranda.

Arroyo Torres comienza a recorrer con su vista y con forzada morosidad los ojos de los miembros de la delegación argentina, en tanto pasaba los dedos índice y pulgar de su mano derecha por su labio superior, como era su costumbre hacer mientras pensaba. En determinado momento, Ledo interrumpe su visual recorrida y el involuntario gesto; mira fijamente a Miranda, y responde respecto a la posibilidad que el gobierno argentino maneje nuestro ingreso de divisas por las exportaciones cárnicas. Lo hace de manera contundente, incontestable, como era habitual en él: 

- ¡A dejar de joder vamos, muchachos! 

La cara de los diversos miembros de la delegación reflejaban sólo asombro y desconcierto, en tanto medían de soslayo la reacción de su presidente. Perón, quien entonces, lanzando una gran carcajada expresa:  

- Muy bien, ministro. Muy bien. Brindemos por la hermandad rioplatense.

[i] Manifestaron su preocupación por dicho acuerdo el diario El Día y el líder del Partido Nacional, Wilson Ferreira Aldunate. 

[ii] En dichas elecciones realizadas el 24 de febrero de 1946 el coronel Juan Domingo Perón llevó como compañero de fórmula a Jazmín Hortensio Quijano, presidente de la Unión Cívica Radical Junta Renovadora, bajo el lema Partido Laborista. La fórmula Perón-Quijano triunfó con más del 50% del electorado. Las mujeres no podían sufragar. Recién quedaron habilitadas para los siguientes comicios, los realizados en 1951.  

[iii] Apoyaron a la fórmula radical, los socialistas y los demócratas progresistas, así como otras agrupaciones menores. Tamborini había sido diputado, senador y ministro del Interior en el gobierno de Marcelo T. De Alvear (1922-1928). Enrique Mosca, por su parte fue también legislador, gobernador de Santa Fe y había sido compañero de fórmula de Marcelo T. De Alvear en las elecciones de 1937. 

[iv] Entre 1946 y 1949 Miguel Miranda fue el propulsor de una política económica que se centraba, es posible afirmar, en una visión de una Argentina autárquica. Ante el fracaso de la orientación instrumentada es destituido en 1949 y sustituido por lo que podríamos llamar técnicos, tal vez en un intento del gobierno por ir hacia un tenor “qualunquista” en su gestión. Posición política que hacía poco había hecho su aparición y de la cual referimos en la introducción de éste trabajo.

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