ECONOMÍA DE LA EMPRESA: ideas clave
Jorge Isauro Rionda Ramírez
Esta página muestra parte del texto pero sin formato.
Puede bajarse el libro completo en PDF comprimido ZIP
(61 páginas, 257 kb) pulsando aquí
SESIÓN 9: LA VENTAJA COMPARATIVA Y EL PROTECCIONISMO
En relación al comercio internacional Adam Smith sostuvo el
principio de la ventaja absoluta que afirma que las naciones
deben renunciar a las actividades económicas donde no tienen una
ventaja absoluta en su producción respecto a los demás países, y
especializarse en hacer aquellas actividades donde tienen
ventaja absoluta en comparación a las demás.
De este modo, se lograría a nivel mundial un mayor volumen de
producción, mejor calidad en lo producido y sobre todo, un uso
más eficiente de los recursos insumos que se utilizan en la
producción.
Con lo anterior se tiene que las naciones deben procurar una
especialización internacional del trabajo y de la producción. De
ahí se deriva que desde el liberalismo se empiece a hablar de la
división internacional del trabajo.
David Ricardo por su parte aporta otro concepto complementario
del primero, la llamada ventaja comparativa, que sustenta que
una nación con abierta desventaja absoluta en su producción
nacional, no obstante puede sacar provecho del comercio
internacional si se especializa en aquello donde es menor su
desventaja.
Estos dos conceptos fueron claves para el sustento del
librecambismo decimonónico y del pensamiento liberal. Las
naciones deben procurar el comercio internacional para que sus
procesos de producción sean lo más eficientes posibles.
No obstante, hubo otro pensador clásico que sostuvo una tesis
relativa al proteccionismo temporal, se trata de John Stuart
Mill, quien considera que una nación con atraso tecnológico y
desventaja absoluta en el comercio internacional, bien puede
cerrarse y establecer un sistema autárquico, de tal modo que los
mercados aislados permiten la formación de empresas monopólicas,
y éstas con sus altas utilidades pueden hacer fuertes
inversiones en innovaciones que les ayude a poner a la altura de
la competencia internacional y supere el rezago tecnológico. En
este momento la nación entonces puede abrirse al comercio
exterior con capacidad competitiva.
La postulación de J. S. Mill de principio postula una idea
convincente respecto al proteccionismo temporal. Muchos
pensadores ulteriores retomaron sus ideas, y de hecho es uno de
los teóricos revisado durante el periodo endogenista en América
Latina. La cuestión es que un fallo importante en su tesis es
que, las empresas se ven obligadas a innovar a causa de la
presión que ejerce la competencia. En el caso de un monopolio,
este móvil no existe y no tiene razón alguna para mejorar su
planta productiva y sus procesos de producción. La experiencia
latinoamericana deja en claro que durante el periodo del
proteccionismo endogenista el rezago tecnológico se agrandó más,
antes que remediarse.
Fue desde finales del siglo XIX que, principalmente los
alemanes, vieron la ventaja de subsidiar precios de sus
mercancías de exportación a niveles de sus costos medios de
producción, con la inflación de los precios de sus productos en
el mercado nacional, de tal modo que las ganancias logradas en
el mercado protegido, donde se es monopolio, se canalizan a
sostener ventas al exterior por debajo del costo, lo que en los
mercados foráneos receptivos de una oferta subsidiada, se
erradicaba rápidamente la competencia, lo que posteriormente
permitía a las empresas desleales imponerse en los mercados de
sus productos como monopolios y obtener grandes ganancias de
esto.
Esta práctica del comercio internacional se el nombra dumping, y
se refiere a la discriminación de precios en mercados
segmentados donde las transferencias del mercado donde se es
monopolio sostienen precios tan baratos que quedan por debajo
del costo medio de producción.
El dumping es de tres tipos:
Predatorio o rapaz, es tan agresivo que rápidamente lleva a la
quiebra a las empresas competidoras.
Esporádico, se da cuando empresas en quiebra deben liquidar sus
existencias por lo que se les permite vender por debajo del
costo, a sabiendas que es breve el tiempo de su permanencia.
Persistente, se debe a imperfecciones y fallos del mercado,
tales como son los subsidios y subvenciones que los gobiernos
dan a sus productores creando lo que se le conoce como dumping
indirecto o social.
Ante la proliferación de este tipo de prácticas desleales en el
comercio internacional las naciones iniciaron medidas
proteccionistas implementando armamentos arancelarios y
contingentarios para contrarrestar al dumping.
Ante el aumento del proteccionismo, el librecambismo liberal ve
su término ante la emergencia del bilateralismo. Iniciaron las
controversias entre dos posturas respecto al tipo de comercio
exterior que deben tener las naciones. Entre el Free trade vs.
Fair trade.
Entre el libre comercio y el comercio justo. A estas
controversias se sumaron las tesis marxistas entre las que
destaca la tesis que deriva del problema de la transformación de
valores a precios de producción planteada por Carlos Marx, y
revisada por otros autores tales como Bortkewics, P. Sraffa y P.
Salama. Misma que actualmente queda resuelta por su
reformulación y nuevo planteamiento de la programación lineal y
su derivación dual.
Del problema de la transformación se deriva que las naciones con
menor composición técnica del capital transfieren plusvalía a
las naciones con mayor composición técnica del capital. Así la
ventaja tecnológica la dan en el comercio las técnicas
intensivas en capital. Obviamente, las naciones con técnicas
intensivas en trabajo están en abierta desventaja respecto a las
que presentan técnicas intensivas en capital y en un libre
comercio, las magnitudes de valor establecen los términos de
intercambio, donde no se contempla la composición de valor,
donde queda implícito que mercancías del mismo precio, no
obstante no indican el mismo sacrificio social en su producción.
Las tesis del Fair trade o comercio justo se valieron de este
tipo de acercamientos teóricos para sustentar el proteccionismo.
Mientras que los defensores del libre comercio (Free trade),
adujeron que las tesis marxistas, como otros planteamientos a
favor del proteccionismo eran consideraciones ideológicas, no
científicas, dogmáticas e imprácticas.
Sin embargo, desde inicio del socialismo soviético como del
nacimiento de otras naciones socialistas como China y Mongolia,
el comercio entre dichas naciones se rige por Clearings, que
trata de intercambios compensados sin mediación de ninguna
divisa.
En las relaciones internacionales destacan tres formas de
disposición económica:
Las unilaterales, que implica la imposición de las reglas del
juego de una nación a otra u otras. En este caso están las
relaciones entre acreedores y deudores en el Fondo Monetario
Internacional.
Las bilaterales que implica que las naciones establecen acuerdos
comerciales de manera distinta una respecto a otra, en
consideración de aspectos tales como son las diferencias del
desarrollo, las condiciones de mercado, los montos de venta, la
necesidad de las mercancías implicadas, entre otros aspectos.
Finalmente están las multilaterales, propias del librecambismo,
donde a todos se trata por igual, pero bajo la consideración que
indica la cláusula de la nación más favorecida, que establece
como norma de trato democrático aquella que es la más bondadosa
con su socio comercial.
Actualmente se cuenta con otros estudios respecto a la
experiencia comercial de las naciones, especialmente aquellas
que son exitosas en el comercio exterior. M. Porter aporta un
nuevo concepto al que se le nombra ventaja competitiva, que
indica para el caso de 10 naciones que fueron su objeto de
estudio el éxito comercial se debe a la combinación de
diferentes factores, los cuales varían de nación a nación, por
lo que cada caso de éxito tiene razones distintas, lo importante
es que los elementos que explican cada caso de éxito adhieren a
las exportaciones de las naciones lo que el nombra una ventaja
competitiva.
Actualmente se cuenta con otros estudios respecto a la
experiencia comercial de las naciones, especialmente aquellas
que son exitosas en el comercio exterior. M. Porter aporta un
nuevo concepto al que se le nombra ventaja competitiva, que
indica para el caso de 10 naciones que fueron su objeto de
estudio el éxito comercial se debe a la combinación de
diferentes factores, los cuales varían de nación a nación, por
lo que cada caso de éxito tiene razones distintas, lo importante
es que los elementos que explican cada caso de éxito adhieren a
las exportaciones de las naciones lo que el nombra una ventaja
competitiva.
Heckscher y Ohlin, dos economistas suecos aportan el principio
que considera que según las distintas densidades en que existen
en la geografía los factores productivos, y en relación a la
intensidad de uso de los mismos en los procesos de producción,
las naciones pueden lograr una ventaja competitiva si realizan
sus procesos de producción intensivos en algún factor
productivo, en los lugares donde dicho factor exista
intensivamente.
De lo anterior se deriva la tesis de la relocalización
industrial de las distintas fases de la producción, que para el
caso de economías a escala, los costos de transportación,
seguros y fletes se minimizan al grado que se vuelven
insignificantes.
El esquema de producción flexible rescata este planteamiento y
de hecho, el actual proceso de globalización, responde
principalmente a la búsqueda de ventajas competitivas regionales
a través de la relocalización industrial.