Desafíos de la teología y de la fe
BIBLIOTECA VIRTUAL de Derecho, Economía y Ciencias Sociales

 

LOS SISTEMAS SOCIO-RELIGIOSOS Y SUS IMPLICACIONES POLÍTICAS PARA EL QUEHACER EVANGÉLICO
 

Edgar Durini Cárdenas

 

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Desafíos de la teología y de la fe
Aspectos generales

Generalmente se hace referencia a la separación del hombre con respecto a su creador; pero ello más bien puede ser planteado como un problema de desnaturalización de las relaciones de comunión, entendiendo tal separación en un doble sentido: a) Desde el punto de vista de la relación hombre-Dios; b) Desde la perspectiva de las relaciones entre hombres. Sólo a partir de un reencuentro honesto, sincero y profundo de las personas con Dios, tanto a nivel personal como congregacional o denominacional, puede ser posible la creación de ciertas condiciones subjetivas en las mentes y corazones humanos que contribuyan a consolidar la fe, revalorizar la acción y reasumir el compromiso con Dios y con su pueblo; así como un conjunto de condiciones objetivas que permitan redefinir su práctica social transformadora y convertir el compromiso evangelizador en un cristianismo auténtico, vívido y liberador que pueda encontrar una expresión política efectiva.

Es innegable que las personas y grupos sociales son oscurecidos por las ideologías, y que éstas actúan como un velo que obstaculiza o desvía la comprensión y asimilación de la voluntad de Dios que ha quedado expresada en los mensajes bíblicos; pero también tienen dentro de sí el germen de su propia autoliberación, la cual en el sentido espiritual está dada por el Espíritu de Dios actuando en ellos, y en el sentido material debe ser producto de una praxis social consciente, creativa y propositiva.

Como pastores, líderes, evangelistas, discípulos, etc., en base a lo aprendido y a la aplicación a su contexto específico, un aspecto importante es aprender de las lecciones de la historia, acordar y recordar la “memoria histórica” del pueblo de Dios, revitalizar en ellos la fe y reafirmarles la convicción de que pueden triunfar en su proyecto de vida. En última instancia, son las necesidades básicas del pueblo, tanto de índole material como en la esfera espiritual, las que deben indicar (o al menos reflejar) lo que es necesario hacer; pero para ello hay que entender primero qué es lo que cree el pueblo y qué es lo que quiere, para luego sugerir qué es lo que debe y establecer qué es lo que puede hacer.

Los pastores y demás líderes espirituales, al estar frente a una comunidad, deben reconocer que ella misma tiene la respuesta a sus problemas; y eso implica que, en base a los principios rectores del proyecto divino, es de la propia comunidad cristiana de donde deben emanar las orientaciones y los lineamientos básicos de la acción colectiva. Lo que procede es mantener una enseñanza fiel y adecuada de los principios y preceptos básicos de Dios (contenidos en las sagradas escrituras), y, a partir de ellos, tratar de orientar a las comunidades y acompañarlas en sus acciones y en su proceso general de liberación. En sentido particular, a partir del “método de los tres pasos” (ver, juzgar, actuar) se puede plantear una hermenéutica liberadora, sin dejar de reconocer que cualquier proceso de liberación debe surgir de la propia comunidad, desde sus bases y en función de sus necesidades, aspiraciones, potencialidades, capacidades y posibilidades.

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