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TIPOLOGIA DE IMPACTOS NEGATIVOS QUE GENERA LA SALMONICULTURA

DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO REGRESIVA



El crecimiento de la industria entrega un pobre aporte al desarrollo del país y de la Décima Región creando desigualdad en términos distributivos, lo que se comprueba al analizar la participación de los salarios y de los impuestos en el valor agregado de esta actividad. Ambos indicadores muestran una caída en los últimos años, lo que contrasta con los niveles de ganancias de las empresas, las que aumentan en el mismo período de análisis.

La fuerza laboral que participa en el subsector salmonícola se estima que fluctúa alrededor de las 23.000 personas, de las cuales 15.000 son empleados directos y 8.000 se benefician en forma indirecta. Según Brunetti et al. (1998), la industria del salmón en la Décima Región representaba el 85% de la industria salmonera del país, y daba empleo a un promedio de 21 operarios por centro de cultivo. Sin embargo, hay que tener presente que si bien no se conoce con exactitud el número real de trabajadores, ya que muchos tienen carácter de temporeros, gran parte de esta fuerza de trabajo está siendo sustituida por mejoras tecnológicas en los centros de cultivo con posterioridad al año 1998. Por ejemplo, las balsas jaula de madera que eran construidas anteriormente en talleres de carpintería establecidos en cada centro de cultivo, fueron reemplazadas por balsas jaula de PVC (plástico) desde 1992, lo cual dio paso al primer cambio tecnológico que habría provocado la reducción de la mano de obra empleada en la industria. De la misma manera, hasta 1997-1998, la alimentación de los peces en cautiverio se lo hacía manualmente, demandado entre 8 y 15 personas para un conjunto de 10 balsas jaula7; actualmente esta mano de obra ha sido reemplazada por la instalación de alimentadores automáticos, lo que habría generado un despido de entre 8 y 10 personas por centro de cultivo.
Por lo tanto, si suponemos que los datos de Brunetti et al. (1997) respecto al promedio de 21 operarios por centro de cultivo son correctos y, si consideramos los cambios tecnológicos descritos en el párrafo anterior, podemos concluir entonces que actualmente se está contratando un 40% menos de trabajadores acuícolas que lo que se hacía hasta 1998.
En cuanto a la distribución del ingreso en la IA, cabe destacar que ésta muestra una dinámica regresiva en el período considerado. En efecto, la participación de las ganancias (g) como parte del valor agregado (VA) ha aumentado en un 11,9% durante el período 1990-1995, mientras que los salarios agregados8 (w) y los impuestos (tx) han disminuido su participación en -8,4% y -3,6% respectivamente.

La evolución de la participación de ganancias en el VA de la IA en la Décima Región, 1990-1995 con respecto a la evolución de la participación de los salarios de empleados y trabajadores no calificados en el VA de la IA en la Décima Región, 1990-1995 la podemos apreciar en los siguientes gráficos:

 

En definitiva, la participación de los salarios en el valor agregado ha disminuido mientras que la participación de las ganancias ha aumentado, mostrándose la desigualdad en términos distributivos y de aporte al desarrollo del país con respecto a la dinámica de crecimiento del sector. Inclusive, no solamente podemos constatar que los ingresos que generó esta industria beneficiaron menos a los trabajadores , sino que dentro del grupo de los trabajadores, los mas perjudicados fueron los menos capacitados.
A estos hechos, se suma una desigual distribución de los beneficios que genera la industria. Desde 2000, la Fundación Terram viene denunciando las graves ineficiencias que presenta esta industria. Los esfuerzos del sector público y privado claramente no han sido suficientes. Las regiones de los Lagos y de Aysén -donde se desarrolla principalmente la actividad- presentan bajos niveles de desocupación, pero tienen altos índices de pobreza e indigencia, particularmente la primera, donde la producción de salmones alcanza a casi 85% del total nacional. Es necesaria una visión medioambiental global para evitar conflictos y poder discriminar los intereses comunes sobre los recursos. Una forma de lograrlo es con una gestión integral del borde costero, aunando los esfuerzos para entregar información ambiental, social y económica fidedigna, y crear las instancias de interacción que aseguren el fututo económico de la actividad y limiten su impacto ambiental.
La industria salmonera - que lideró el primer semestre las exportaciones industriales - está por convertir a Chile en el principal productor mundial de salmones. Aunque sus altos costos ambientales y sociales los están asumiendo las comunidades y trabajadores de las regiones de los Lagos y Aysén, con gran incertidumbre sobre la sustentabilidad del sector. Las ventas previstas por 1.350 millones de dólares, se traduciría en un crecimiento de 18% en los retornos, que se pretende duplicar para 2012. Pero persistentes las denuncias de los trabajadores sobre las precarias condiciones en que se desempeñan (extensos horarios, de pie, a bajas temperaturas -en las plantas procesadoras), y con sueldos que, en promedio, apenas superan el mínimo.A esto se suman las acusaciones por prácticas antisindicales. Un estudio de la Dirección del Trabajo constató una tasa de 73% de infracciones laborales en el sector. El Estado reconoció tener una capacidad de fiscalizar sólo 12% en la industria salmonera.