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Cuatro pasos hacia el infierno
(Contestando a los brazos mediáticos (intelectuales?) de los “Amos del poder”)



Para contestar a las elaboraciones intelectuales del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, en lo referente a Europa, utilizaré algunas referencias de la hemeroteca reciente, suficientemente elocuentes, y que ponen en evidencia, eso espero- “la mano que mece la cuna”. O sea.

El Banco Mundial despidió a Joseph Stiglitz hace cuatro años, negándole una jubilación tranquila. Fue excomulgado simplemente por expresar un leve desacuerdo con la globalización al estilo del Banco Mundial…
Las crisis, los fracasos y el sufrimiento finalmente llevaron a un consejero del Presidente al lado equivocado de las barricadas.
(21/11/03): Título original: IMF’s four steps to damnation
Autor: Gregory Palast
Origen: Znet
Traducido por Eneko Sanz y revisado por Jain Alkorta en agosto de 2001

“Estaba en Washington durante la gran charla entre el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Pero en vez de presidir reuniones de ministros y gobernadores de bancos centrales, se encontraba al otro lado del cordón policial…
En Washington llevamos a cabo entrevistas exclusivas con Stiglitz para el Observer y Newsnight sobre el funcionamiento interno del FMI, el Banco Mundial, y el dueño del 51% del Banco, el Tesoro de EEUU.
Y allí, a través de fuentes que no puedo revelar (no Stiglitz), obtuvimos un alijo de documentos estampados con palabras “confidencial” y “restringido”.
Stiglitz nos ayudó a traducir uno sobre la “estrategia de asistencia a los países” (EAP).
Existe una estrategia de asistencia para cada uno de los países más pobres, diseñada, según el Banco Mundial, tras una cuidadosa investigación sobre el terreno.
Pero según el experto Stiglitz, la “investigación” del Banco se limita a poco más que la detallada inspección de hoteles de cinco estrellas. Esta finaliza con una reunión con un suplicante ministro de economía a quien se le entrega un “acuerdo de reestructuración” previamente preparado para su firma “voluntaria”.
Tras analizar la economía de cada nación, dice Stiglitz, el Banco entrega a cada ministro el mismo programa consistente en cuatro pasos…
Joseph Stiglitz, quien fue premio Nóbel de economía en el año 2001 y vicepresidente y economista jefe del Banco Mundial entre 1997 y 2000, y que abandonó el Banco Mundial por sus desacuerdos con esta institución y con el FMI, afirmó en la entrevista que el Banco Mundial, el FMI y la OMC actúan conjuntamente siguiendo siempre, para cada país, el mismo programa en cuatro pasos:

1 – La privatización – lo cual Stiglitz dice que se puede llamar con más precisión, “la sobornización”. En lugar de oponerse a la venta de industrias estatales (…) los líderes nacionales –usando como excusa “las exigencias del FMI”- liquidan alegremente sus empresas de electricidad y de agua. “Podías ver cómo se les abrían los ojos” ante la posibilidad de una “comisión” del 10%, pagada en cuentas suizas, por el simple hecho de haber bajado “unos cuantos miles de millones” el precio de venta de los bienes nacionales.

2 – La liberalización del mercado de capitales. En teoría, la desregulación del mercado de capitales permite que la inversión de capital entre y salga. Desafortunadamente, como paso en Indonesia y Brasil, el dinero simplemente salió y salió. Stiglitz llama a esto el ciclo de “Dinero Caliente”. Dinero en efectivo entra especulando con bienes raíces y moneda local y se escapa ante los primeros problemas (capitales golondrina). Las reservas de una nación pueden ser vaciadas en cuestión de días u horas. Y cuando esto pasa, el FMI insiste en que estas naciones suban sus tasas de interés al 30%, 50% y 80% para seducir a los especuladores y que regresen los fondos de la nación.

3 – Precios regulados por el mercado. Un término sofisticado para subir los precios de la comida, el agua y el gas de cocina.
Predeciblemente esto da lugar a un Paso Tres y Medio: lo que Stiglitz llama los “Disturbios del FMI”.
Los disturbios del FMI son dolorosamente predecibles. Cuando una nación está “caída en desgracia, (el FMI) se aprovecha y le exprime hasta la última gota de sangre. Incrementa el calor hasta que, finalmente, la olla explota”, como cuando el FMI eliminó los subsidios a la comida y combustibles para los pobres en Indonesia en 1998. Indonesia estalló en disturbios. Pero hay otros ejemplos –los disturbios bolivianos por los precios del agua el año pasado y este febrero, los disturbios en Ecuador por los incrementos en los precios del gas natural impuestos por el Banco Mundial. Da la impresión que el disturbio forma parte del plan.

4 – El libre comercio. Eso quiere decir el libre comercio según las reglas de la Organización Mundial de Comercio y del Banco Mundial. Stiglitz compara este libre comercio al estilo de la OMC con las Guerras del Opio. “Estas guerras fueron para la apertura de los mercados”, dijo. Como hicieron en el siglo XIX, los europeos y americanos todavía hoy están derrumbando barreras a la importación en Asia, América Latina y Africa y, a la vez, están levantando barreras propias para proteger sus mercados internos contra la agricultura del tercer mundo. En las Guerras del Opio, Occidente utilizó bloqueos militares para forzar la apertura de mercados para su comercio ventajista. Hoy en día, el Banco Mundial puede ordenar un bloqueo financiero igualmente eficaz, y a veces mortal”