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Horizontes artificiales

 



“La reconstrucción del Este ha sido un fracaso…La desindustrialización es extrema…Nada considerable de todo lo invertido ha sido finalmente productivo”. Con estas frases contundentes concluyó su trabajo el pasado junio la Comisión de análisis de la Construcción del Este, un grupo de analistas independientes que el Gobierno seleccionó para determinar qué se ha hecho mal en la reunificación de Alemania. Según la comisión, todo.
Pero el gran error fue para muchos equiparar el valor de la moneda de la RDA con el marco. Se creó de manera consciente una riqueza ficticia y Kohl lo defendió porque consideraba que si se otorgaba al Este una gran capacidad de consumo, la economía crecería. Finalmente, no fue así porque salvo algunas excepciones, la gran desventaja del Este es que tras la caída del bloque comunista no se desarrolló industrialmente, según la comisión de independientes.
El gobierno cuestionó buena parte de las críticas que plantea el informe, pero sus diecinueve conclusiones tomarán forma de ley a partir del próximo año. De manera resumida, el Informe Dohnanyi –toma el nombre del presidente de la comisión, el ex ministro de Educación y Ciencia Klaus von Dohnanyi- pide concentrar las inversiones en aquellas zonas que se hayan desarrollado en ámbitos económicos concretos y, sobre todo, forzar que sus ciudadanos dejen de depender de la administración pública. Sólo así, dice la comisión, se podrá alcanzar un crecimiento anual superior al 4% durante los próximos quince años, plazo necesario para que el Este alcance en renta per capita a los antiguos estados federales.
La reacción de los presidentes regionales fue dura, en especial porque la Comisión aconseja dejar de invertir en infraestructuras. Pero la respuesta social fue más bien darse cuenta de que la Republica Federal de Alemania (RFA) no les había ayudado. En un artículo reciente del Internacional Herald Tribune, un reconocido funcionario del Gobierno de Sajonia –el estado más poblado del Este- pedía a los políticos “que expliquen la verdad a los alcaldes de estos pequeños pueblos: Ningún gran inversor vendrá a tu cuidad”.