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La Marcha de los Enanos

Atrapados entre “mitos económicos oficiales” tal vez sea conveniente desmitificar antes que ignorar o falsear.
La intolerancia de la “razón de mercado” lleva a preguntarnos cómo puede amenazar ese tipo de “fundamentalismo” a la sociedad abierta.
El triunfo de los “mercaderes” nos pone en un permanente estado de melancolía, por el orden social perdido.
Los líderes “light” conseguirán que Europa se “levante y ande” o la “tercera vía” consolidara la des-Unión Europea?
Es el presente el único futuro? Podemos volver a esperar la prosperidad general o deberemos resignarnos a la continua decadencia?
Las “taras económicas” sujetas por las “cadenas de papel” niegan la influencia de las instituciones en la riqueza y el poderío de una nación.
Por qué Europa quiere copiar el “sueño americano” y su aparente fracaso?
Limitados a aplicar el “manual” de hipocresía económica el conformismo niega la memoria. La resignación lleva al detritus económico.
Los “cínicos” modelos económicos de “gente teórica” inducen a la “triste situación en Europa”, antesala de la necesaria declaración de independencia económica.
Desear, proponer, pedir, que Europa vuelva a confiar en su propia experiencia, vuelva a confiar en su historia, no significa buscar otras formas de totalitarismo o el retorno a la servidumbre.
El impersonal y anónimo mercado, no educa, no cura, y no da de comer.
El impersonal y anónimo mercado pone al hombre –en soledad y angustia- ante la fuerza del destino –que hoy se le presenta hostil- y la incertidumbre de un futuro que lo condena.
Es esto lo único que podemos ofrecer a los jóvenes europeos en el siglo XXI?
Para esa carga no hacían falta semejantes alforjas.
La Europa del siglo XXI no puede significar para los jóvenes únicamente el mercado, la tarjeta de crédito, el consumismo, la especulación, la corrupción, el tráfico de influencias, la televisión, el fútbol, el tabaco, el alcohol y la droga.
No podemos ofrecerles una Europa de “avestruces” y “agujeros”.
Es posible que Europa no quiera “asumirse”?
El claudicar europeo, su resignación a ser “sólo” mercado anula las posibilidades de crecer (como EEUU, y últimamente, de nuevo, Japón) y neutraliza las posibilidades de competir (como EEUU o Japón).
Ni corredores de fondo, ni velocistas…sólo avestruces y agujeros.
Habrá llegado el momento de pasar de la “subvención” a la “subversión”?

Una economía entrenada para matar, actúa como si fuéramos los últimos.
El modelo de la codicia se balancea entre la ira y la codicia; mientras la aldea global es sólo una esperanza ingenua.
La “economía de los hipócritas” nos establece en una confortable irrealidad. En esas “fábulas” económicas nos dicen que dejando “obrar” al mercado se aplican más eficientemente los recursos, se incrementan los beneficios, y se distribuyen mejor las riquezas. Un mercado sin ley, abandonado a su capricho especulativo y superior a toda normativa nacional o internacional.
Nada se dice de la generación de inestabilidad, de las crisis internacionales y de las desigualdades crecientes. Nada se dice sobre la distancia creciente entre espacio económico y control político.

Esta economía de casino, este dinero que se ha vuelto loco, en el que la gran mayoría somos jugadores involuntarios incluye en su “modelo” más volatilidad, más incertidumbre, y más inquietud.
El mercado no puede calibrar el futuro porque es corto de vista por naturaleza. No sólo en razón de que su mirada se extiende hacia horizontes necesariamente cortos, sino por que carece de aptitudes y de la lógica requerida para incorporar problemas distintos a los de su propia naturaleza y para moderar sus excesos.
El espectáculo de la bolsa, una economía de efectos especiales, los senderos de especulación, el terrorismo de mercado, han generado una economía destructiva, contra el hombre, ávida de lo superfluo, de negación del valor de uso.
La ficción global, la comedia económica, nos ha llevado a los límites del auge, pasándonos a la onda larga depresiva.
Una economía de exterminio, el integrismo del vacío, una falsa ilusión de libertad, han generado la economía del último hombre, ávido de lo superfluo, tonto asimétrico, con un sólo instinto latente: el de la posesión.
La dictadura del pensamiento único ha impuesto el imperio del mercado. El lado oscuro de la razón ha impuesto la razón de mercado. Un estado de negligencia económica nos lleva a un estado de inseguridad aguda crónica.
La economía real se enfrenta a la economía virtual. Los consumidores se enfrentan a los especuladores. Estamos pasando del capitalismo global a una anarquía internacional cada vez más profunda.

La e-volución si no propició, facilitó (y se benefició) de la economía de casino, la economía de Madonna, la turbo-economía. La e-volución mas que re-volución (tecnológica), multiplicó (y aceleró) la es-peculación. Las Puntocom fueron la llave para lanzar las Puntocuen. Y el Mito.com se transformo en el Timo.com.
La fuerte industria del capital riesgo (según algunos) que no sólo deseaba sino que estaba convencida de la conveniencia de financiar a las nuevas tecnologías innovadoras…se ha demostrado que no era industria, que el riesgo capital lo corrían los terceros, y que de convencida nada de nada. Sólo sabía de riesgo moral y ahí está la Reserva Federal para velar el sueño…
(Esto lo decía –detesto auto citarme- en agosto de 2001, en la Introducción a mi ensayo: “Nueva Economía: El fin de la e-volución?...y el prestamista de último recurso” - La primera crisis económica del siglo XXI)