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Estrategias alternativas frente a la globalización y al mercado: la experiencia socialista
Mario González Arencibia
 

 

PARTE IV: SOCIALISMO SOSTENIBLE COMO ALTERNATIVA A LA  GLOBALIZACIÓN NEOLIBERAL

 

"Así como no se juzga a un individuo por la idea que él tenga de sí mismo, tampoco se puede juzgar tal época de revolución por la conciencia de sí misma; es preciso, por el contrario, explicar esta conciencia por las contradicciones de la vida material, por el conflicto que existe entre las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción"[1]

Carlos Marx

La idea anterior es sugerente al evaluar la necesidad de rescatar el concepto de un socialismo sostenible, sobre todo si se observa el agudo conflicto existente en el desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción al interior de los distintos países que conforman la economía mundial, lo cual se hace más evidente en la creciente rivalidad interimperialista que se consolida en el contexto de la globalización.

Es importante dejar planteado al lector interesado, no se trata en este tópico de diseñar un plan de la sociedad socialista; se sostiene la idea de que la sociedad socialista del futuro surgirá de la experiencia y la práctica colectiva de millones de personas. Estas notas solo pretenden apuntar hacia la reflexión en torno a tendencias que podrían contribuir al debate sobre el tema en cuestión. Esto indudablemente, lleva a pensar en la necesidad de renovar el concepto de socialismo bajo el contexto de la globalización, a partir de la idea, de que el socialismo continúa siendo una alternativa frente a las leyes contradictorias de las relaciones capitalistas de producción. 

La necesidad de la renovación y rescate del concepto de socialismo bajo nuevos supuestos a principios del siglo XXI, está determinada por la propia agudización de las contradicciones que ya desde el siglo XIX,[2] y  principios del siglo XX, hicieron emerger tal idea en la práctica revolucionaria. Aquí cabe preguntar: ¿El derrumbe del socialismo, invalida la posibilidad de criticar la irracionalidad del capitalismo?. ¿Ha desaparecido el socialismo como alternativa?.  

Para responder a estas preguntas podría ser útil partir de la idea de que los resultados de la crítica tanto al capitalismo como al socialismo, contienen siempre los gérmenes de las llamadas soluciones, lo cual indica la necesidad de observar el fenómeno en términos de la viabilidad de su proyección. Este planteamiento requerirá entonces de observar cuatro retos fundamentales: 1) la capacidad de autocrítica del legado socialista anterior y de los procesos actuales de desarrollo del socialismo; 2) la actualización y desarrollo permanente de la teoría y la práctica; 3) la comprensión de las viejas y nuevas tendencias del capitalismo; 4) la recomposición de los movimientos de masas e institucionales para la transformación social. [3]

¿Cómo se desenvuelve entonces la dialéctica transitoria de un socialismo sostenible? Desde luego que no mediante recetas “inventadas de antemano y aplicables a todos los casos”. Nada de esto, insiste Engels, sino que: “El socialismo práctico reside en el conocimiento exacto del modo capitalista de producción en sus diversos aspectos. Una clase obrera preparada en este orden cosas, no tendrá jamás dificultades para saber, en cada caso dado, de qué modo y contra qué instituciones sociales debe dirigir sus principales ataques”.[4] La contundente negativa de Marx y Engels a ofrecer respuestas utópicas sobre el futuro va unida a la exigencia de un estudio concreto de la realidad concreta de cada situación histórica. Semejante exigencia va acompañada, a la vez, de la advertencia de Engels de que si bien en El Capital están “siempre” los gérmenes de las soluciones, estas solamente serán aplicables gracias a su concreción y ubicación espacio temporal por parte de la clase trabajadora que exista en ese momento.

El punto polémico esta en la idea de que aprehender de los clásicos del marxismo para llevar a cabo la transición socialista sostenible: primero, su método no es una receta mágica; segundo, que las contradicciones nuevas, histórico-genéticas, van surgiendo con la evolución del capitalismo aunque en El Capital ya está criticada su esencia genético-estructural; tercero, que si bien su método tiene “siempre” los gérmenes de las soluciones por cuanto ha profundizado hasta las raíces de los problemas, aquellas han de ser concretadas y aplicadas en su caso y momento por los trabajadores cuando esos gérmenes se hayan materializado, hayan surgido a la superficie; cuarto y último, lo que exige que la clase trabajadora disponga de esa capacidad praxeológica de transformar aprendiendo y de aprender transformando. Quinto, la crítica marxista debe partir de la concepción de que el socialismo como sistema social es superior al capitalismo, no sólo en términos de justicia social, sino también de eficiencia y racionalidad económicas, conjugado con la capacidad de desarrollar de manera más plena el desarrollo de las fuerzas productivas, y de organización política lo que equivale a una mayor democracia y participación social y de desarrollo cultural. 

Por consiguiente, el desarrollo y la actualización de la teoría y práctica del socialismo debe considerar que el marxismo no es un modelo ideal a aplicarse  hipotéticamente a la realidad social, sino un organismo vivo de pensamiento en permanente evolución y en constante confrontación con los hechos. A diferencia de la época de Marx en que el socialismo era tan solo un ideal, actualmente existe una vasta experiencia histórica de intentos por desarrollar el socialismo en una u otra dirección. Cuyas nociones han estado basadas tanto en éxitos como en fracasos, así como en condicionamientos históricos y culturales.  La idea es que la práctica histórica y el trabajo crítico y teórico acumulado podrían permitir abordar concretamente las cuestiones más trascendentes del socialismo contemporáneo.


 

[1] Marx, Carlos. Contribución a la Crítica de la Economía Política. Editorial Pueblo y Educación 1973. (PRÓLOGO) p. 13

[2] La etapa leninista del desarrollo de la teoría marxista del socialismo se ubica en tres grandes periodos: primero desde finales del siglo XIX hasta el triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre; segundo, desde el triunfo de la revolución de Octubre hasta la formación del Sistema Socialista Mundial; tercero, a partir de la transformación del socialismo en Sistema Socialista Mundial. Ver: Alexandr Krujmaliov y Yuri Volkov. El socialismo primera fases de la formación comunista. Editorial Ciencias Sociales, La Habana 1979 pp. 2-3. 

[3] Ver: Partido del trabajo. La redefinición del proyecto socialista. Este documento fue presentado al V Seminario Internacional, “Los Partidos y una Nueva Sociedad”, en febrero del 2001. Paradigmas y Utopías. La reformulación del proyecto socialista. Revista de reflexión teórica y política del partido del trabajo. No. 6 México, Diciembre del 2002-febrero 2003 p. 488.

[4] Citado por Gil, Iñaki de San Vicente. EUSKAL HERRIA 16-1-2003. La obra de Carlos Marx y Federico Engels frente al siglo XXI.  Disponible en: http://www.lahaine.org/paisvasco/obra_xxi.pdf


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