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La Inversión Extranjera Directa (IED)
y la crisis económica cubana



Leandro Venacio

CAPÍTULO III

Las Transformaciones en los 90. Las IED como la vía más probable para hacer frente a la crisis

3.6 - Dificultades en la economía cubana que frenan a las IED: Ley Torricelli (1992) y Ley Helms-Burton (1996)

El bloqueo económico, comercial y financiero impuesto contra el archipiélago cubano desde comienzos de la década de los años 60, continúa ejerciendo una negativa influencia sobre la economía cubana, impidiendo o limitando el acceso a mercados, fuentes de financiamiento y tecnologías.

“Con respecto a los flujos de capitales por la vía de créditos, es importante apuntar que Cuba no tiene acceso desde 1964 a financiamiento del FMI, el BID y el Banco Mundial.”

Como hemos visto anteriormente (Capítulo I-Antecedentes históricos), cuando le fue impuesto el bloqueo, se vaticinaba entonces que la subdesarrollada economía cubana, con una población mayoritariamente analfabeta, empobrecida y mal nutrida colapsaría inmediatamente.

La colaboración que se estableció con la URSS y otros países permitió entonces, inicialmente, garantizar la subsistencia de la nación y con posterioridad constituyó un fuerte apoyo para la transformación de la estructura socioeconómica y productiva del país. Tres décadas después sin embargo, el escenario político internacional aparecía sustancialmente modificado, un mundo unipolar se vislumbraba como el orden preponderante, donde las opciones para Cuba de llevar a cabo la reinserción en la economía internacional parecían una utopía.

En este contexto en que Cuba se esforzaba por superar los efectos de la crisis económica originada por la pérdida de sus principales mercados y por lograr una rápida reinserción en la economía internacional, es el momento, en que los elementos más hostiles al país en la política de EE.UU., aprovechan para recrudecer el bloqueo mediante la aprobación de la Ley Torricelli, con el propósito de aislar internacionalmente a Cuba, entorpecer el flujo de su comercio exterior, acrecentar las dificultades económicas internas, propiciar el descontento popular y acelerar el colapso del sistema.

“Esta ley de carácter extraterritorial, contraria al derecho internacional y a la libertad de comercio y navegación se dirigía a dos objetivos muy concretos: el primero, prohibir el comercio con Cuba a las empresas subsidiarias de corporaciones estadounidenses radicadas en terceros países; el segundo, obstaculizar significativamente el movimiento de las cargas del comercio exterior cubano.”

“En el año en que se firma la Ley Torricelli, Cuba adquiría por vía de compañías subsidiarias extranjeras o afiliadas a empresas norteamericanas, productos vitales como medicinas y alimentos. En 1991, el volumen de intercambio con subsidiarias ascendía a 718 millones de dólares. De ellos, el 91% constituían alimentos y medicinas. Este comercio fue eliminado drásticamente como resultado de la mencionada ley.”

El bloqueo privó de forma abrupta y drástica a Cuba de todo vínculo con Estados Unidos, el mercado más cercano, donde se realizaba históricamente la mayor parte del comercio exterior cubano y al cual estába vinculados tecnológicamente.

En virtud de dicha ley, se prohibió la entrada a puertos estadounidenses por un período de 180 días, de buques, cualquiera fuera su nacionalidad o bandera, que tocaran puerto cubano o transportaran mercancías a/o por cuenta de Cuba, bajo amenaza de incluirlos en una “lista negra”, en franca violación de las más elementales normas de la libertad de comercio y navegación, establecidas por el Derecho Internacional, los acuerdos internacionales y las disposiciones de las Naciones Unidas en la materia.

Cuba tuvo entonces que reorientar sus vínculos económicos, buscando en regiones lejanas fuentes de suministros y nuevos mercados para sus exportaciones. Todo esto implicó enormes gastos en transportes y fletes y el sobredimensionamiento de inventarios y reservas, con un elevado costo de inmovilización de recursos.

Aunque objetivamente Cuba transitaba por una difícil situación económica agudizada por las medidas de recrudecimiento del bloqueo, no se cumplieron las expectativas de los promotores de la Ley Torricelli, de que se produjera el tan pronosticado colapso. Por el contrario, en ese mismo año 1993, se tomaron un conjunto de medidas de gran trascendencia (Capítulo III-Medidas que acompañan y ayudan a la atracción de IED), que permitirían al país en primer lugar detener el decrecimiento de la economía e iniciar un incipiente proceso de recuperación.

Los intentos por aislar a Cuba y asfixiarla económicamente mediante el recrudecimiento del bloqueo con la Ley Torricelli habían fracasado. Cuba, contando exclusivamente con sus propias fuerzas y aún con el lastre de un bloqueo incrementado, había logrado subsistir durante eso años, comenzaba a recuperarse y cada día se ampliaban sus vínculos internacionales.

El proceso de recuperación económica que se operaba en Cuba desagradaba y preocupaba a los círculos más hostiles hacia la Isla en la esfera política estadounidense, quienes en lugar de aprovechar las condiciones favorables para una negociación de las diferencias, optaron por elevar el nivel de confrontación y arreciar aún más el bloqueo con la promulgación, en marzo de 1996, de la Ley Helms-Burton.

“Ya no podían utilizar los gastados pretextos de los vínculos de Cuba con la URSS o la colaboración con los movimientos de liberación nacional Ahora la pretendida justificación para recrudecer el bloqueo a la isla era que Cuba no había indemnizado a sus nacionales por las nacionalizaciones efectuadas en los años iniciales de la Revolución y la pretendida defensa de la democracia y los derechos humanos de la isla. El objetivo inmediato de esa ley es privar a Cuba de toda fuente de financiamiento externo y detener toda inversión extranjera en la isla, para impedir que continúe el proceso de recuperación económica iniciado.”

“Hay que señalar que en 1990 sólo existían 7 acuerdos de asociación económica con el capital extranjero en la esfera del turismo, con un compromiso de inversión inferior a los 100 millones de dólares. Ya en 1995, el año anterior a la promulgación de la Ley Helms-Burton, el país había concertado 212 acuerdos de asociación económica con el capital extranjero, un compromiso de inversión que superaba 2100 millones de dólares, acuerdos que involucraban a 34 ramas de la economía, lo que anunciaba un creciente interés por las oportunidades de negocio que ofrecía la economía cubana.”

“Después de casi cuatro décadas de haberse producido la nacionalización de bienes estadounidenses en Cuba, es en este momento, que se desempolva este pretexto para recrudecer el bloqueo e intentar internacionalizarlo, pretendiendo introducir en el Acuerdo Multilateral de Inversiones que se gesta en el marco de la OCDE cláusulas con carácter retroactivo que impida la inversión y sancione a quienes invierten en Cuba.”

“Aún en su etapa de proyecto, la Ley Helms-Burton, por las amenazas que dirige contra empresarios de terceros países, constituyó un elemento de intimidación entre posibles inversores en Cuba, dilatando la conclusión de negociaciones que se venían efectuando y desplazando en el tiempo la decisión de otros posibles inversores que cautelosamente quedaron en espera de la marcha de los acontecimientos.”

“Según el jefe de la Oficina de Asuntos Cubanos del departamento de Estado de EE.UU., Michael Ranneberger, en ocasión de cumplirse dos años de la promulgación de la Ley Helms-Burton reconoció que las medidas tomadas con compañías extranjeras que invierten en Cuba han tenido un impacto significativamente importante en su economía y que la ley incrementa las penalidades para aquellos que quieren violar el embargo. Según este funcionario, desde la aprobación de la ley, 19 firmas de más de 6 países han cambiado sus planes de inversión en Cuba o retirado sus inversiones, apunta que el gobierno cubano ha encontrado mayores dificultades en obtener financiamiento y potenciales inversionistas, elevándose las tasas de interés hasta el 22 % y agregaba que se investigan 12 compañías de más de 7 países por sus actividades en Cuba.”

“No obstante ello, con posterioridad a la promulgación de la Ley Helms-Burton, se ha mantenido el interés de inversores extranjeros. A junio de 1998, el número de asociaciones económicas constituidas con el capital extranjero procedentes de 40 países, alcanzan las 340 asociaciones.”

“La política estadounidense hacia Cuba, y en particular la Ley Helms-Burton, ha recibido un amplio rechazo a escala internacional, incluso entre sus más cercanos aliados. Países como México y Canadá, participantes con EE.UU. del Tratado de Libre Comercio han hecho pública denuncia de esta ley. Los países miembros de la Unión Europea, tanto individualmente como la organización regional, se han pronunciado rechazando la extraterritorialidad de este acto legislativo y presentaron un contencioso en la OMC al respecto.”

“No hay ningún tema más discrepante en la agenda de europeos y norteamericanos que sus posiciones en relación a Cuba. Esto se ha agudizado a partir de la Ley Helms-Burton que con su pesada carga de extraterritorialidad desborda toda consideración de orden jurídico, político y económico y perjudica rentables negocios de un creciente número de importantes empresas europeas que tienen temor por la aplicación de dicha ley por parte de los norteamericanos a pesar de las garantías de protección que les pueda dar la Unión Europea.”

“Esto establece un caso típico entre partes y ha sido llevado por los europeos a los mecanismos de arbitraje bajo los paneles de solución de disputas de la Organización Mundial de Comercio. Esta reacción de rechazo de los países de la UE se manifiesta además en pronunciamientos en contra de la Ley Helms-Burton a nivel del Parlamento Europeo y otras entidades del Sistema de la Unión Europeo y también en Naciones Unidas y otros foros donde destaca la sintonía con el creciente rechazo europeo al carácter de la Ley.”

“Al reclamo de la comunidad internacional a favor de la eliminación del bloqueo que se ha convertido como se aprecia en una exigencia de prácticamente todos los Estados del mundo, se suman los pronunciamientos de diversos foros multilaterales, organizaciones internacionales, instituciones y grupos regionales, organizaciones no gubernamentales y personalidades de todas las instituciones. Un caso concreto, fue el discurso de su Santidad el Papa Juan Pablo II, durante su visita a Cuba en enero de 1998 condenando expresamente esa política, calificándola de inmoral y éticamente inaceptable.”

“De esta manera, Cuba se enfrenta y se ha enfrentado a una difícil situación, dado que sus principales productos de exportación, el níquel y el azúcar, han estado sometidos a un deterioro de los términos de intercambio en el mercado internacional, al propio tiempo que factores climatológicos han provocado cuantiosas pérdidas en los principales cultivos, afectando entre otros la producción azucarera, importante renglón de ingresos por exportaciones. A esta compleja situación se suma la pesada carga que representa el bloqueo y, como hemos mencionado, el recrudecimiento con las leyes Torricelli y Helms-Burton.”

“Derivado de las medidas del bloqueo y la Ley Helms-Burton se ha establecido un denominado riesgo Cuba que consiste en una especie de recargo sobre los precios y tasas que prevalecen en el mercado. Esto se refiere tanto a los precios de los productos que adquiere el país, las tasas de fletes de los buques que transportan las mercancías, así como las primas de seguro. En el caso de los créditos las condiciones resultan muy onerosas para el país, las tasas pueden alcanzar entre el 13 y 18 % sobre vencimientos inferiores a 24 meses.”

Como se comprenderá, estas condiciones frenan significativamente la eficiencia de operación de la economía y sustraen cuantiosos recursos que pudieran ser utilizados para incrementar la producción y el consumo de la población.

La ley Helms-Burton no ha sido capaz de cumplir con su objetivo estratégico de provocar la asfixia de la economía cubana pero sin duda alguna ha inhibido inversiones potenciales de capital; ha hecho más lentos y más difíciles los procesos de negociación de inversión, y en el importantísimo terreno financiero, en términos de acceso a préstamos para con otras figuras de financiamiento internacional, ha hecho daño.


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