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La Inversión Extranjera Directa (IED)
y la crisis económica cubana



Leandro Venacio

CAPÍTULO II

Fin de la guerra Fría.

2.1 - Derrumbe del bloque socialista

“A partir de 1960 Cuba obtuvo resultados económicos importantes, influyendo en ello los vínculos que se mantenían con el desaparecido campo socialista y la ex URSS en particular. El sólo hecho de que el 81 % de las exportaciones cubanas se orientaban al bloque socialista, de los que a su vez provenía el 85 % de las importaciones en 1989, puede ilustrar esa influencia. El desarrollo alcanzado por la economía cubana hasta mediados de la década de los 80, con un crecimiento promedio anual en el período 1975-1985 superior al 7 % estaba basado fundamentalmente en un modelo de tipo extensivo que se apoyaba en esas relaciones con el campo socialista.”

Las relaciones con los países ex – socialistas contribuyeron al desarrollo cubano, en especial, a través de inversiones, programas y proyectos de desarrollo que requerían cuantiosos recursos, muchos de los cuales quedaron interrumpidos. El intercambio comercial con esos países se basaba en precios preferenciales dada la condición de país subdesarrollado de Cuba, y un intercambio comercial relativamente estable y mutuamente beneficioso.

“Entre 1959 y 1989, y no obstante ineficiencias en la asignación de recursos o de gestión empresarial, Cuba fue ajena a las fases de depresión o recuperación, a las fluctuaciones externas o a las ocasionadas por insuficiencia de demanda y multiplicación de la desocupación de mano de obra, que de manera típica se reproducen en las naciones del Mundo Occidental. Garantía de pleno empleo, mecanización de las labores agrícolas y trabajos manuales, alargamiento de los ciclos de escolaridad, despreocupación por los indicadores de productividad, son fenómenos de distinto signo que se combinan para imprimir características propias al sistema económico cubano.”

“La terminación de la Guerra Fría y la disolución del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) trastocaron de golpe las circunstancias políticas externas y el patrón de desarrollo de Cuba. A diferencia de la historia de los países de Europa Oriental o de la antigua Unión Soviética, los cambios no se sustentaron en procesos internos llevados a cabo en el campo económico o político, sino que se impusieron por el impacto principal de factores exógenos.”

“La desaparición del modelo de relaciones con los países del CAME fue sin dudas el factor desencadenante de la posterior crisis de la economía cubana, sobre todo, por la magnitud que ello significó en cuanto a la disminución de recursos para el país. Se perdieron los fundamentales mercados de exportación y los precios que en ellos se obtenían.”

“La destrucción del comunismo en la URSS y en Europa del Este, se vio reflejado en el discurso de Castro de julio de 1990. En el mismo se hacia hincapié, en la voluntad que debía mostrar el pueblo cubano, para sobrellevar los grandes sacrificio ante los cambios masivos y negativos.”

“En los primeros años del 90, Cuba sufrió varios shocks masivos; la economía cubana, en su conjunto, se encogió drásticamente entre el 35 y el 50%. Antes de 1991, la URSS, se llevaba el 63% del azúcar cubana, 73% de su níquel, 95% de sus cítricos y el 100% de sus exportaciones eléctricas. A su vez, Cuba recibía de la URSS, el 90% de su maquinaria y otros equipamientos y el 98% de su combustible. En menos de 4 años, Cuba perdió 80 % de su capacidad de intercambio.”

Como si esto fuera poco, EEUU se movió con velocidad para hacer más fuerte su embargo. En 1992, la Ley Torricelli entra en vigencia, empeorando así la situación de Cuba, al impedir a otros países comerciar con la Isla.

“Desde el punto de vista militar, las fuerzas armadas cubanas, no escaparon al impacto. Cuba se vio impedida para conseguir armas y equipamiento para sus bases militares. Ni Moscú ni otros países de Europa del Este, tuvieron interés en ayudar a Cuba y enemistarse con EEUU. Así, las fuerzas armadas, quedaron reducidas a la mitad de lo que fueron en 1989.”

A partir de 1990, el entrenamiento de defensa tuvo que ser abandonado. Entre otras cosas, la falta de combustible fue un gran problema. Sin embargo, las fuerzas armadas han respondido de una manera muy original ante la pérdida de cooperación por parte de la URSS. (Ver en este capítulo, inciso 2.3 – Cambio en la Política exterior cubana)

La desaparición de aquel modelo, dejó a Cuba en condiciones difíciles desde el punto de vista de su participación en la economía internacional, debido a su especialización exportadora basada en unos pocos productos primarios; alta dependencia importadora de las tecnologías procedentes de los países del CAME, y especialmente de la URSS; estructura organizativa altamente centralizada, con poca vinculación directa de las empresas productoras o consumidoras con los mercados externos y poco conocimiento de éstos; planificación centralizada basada en balances materiales, con casi ningún uso de instrumentos financieros.

En síntesis, Cuba enfrentaba la peor crisis económica del siglo, asociada a factores como los que se indican a continuación:

- El colapso del campo socialista europeo y la desintegración de la Unión Soviética, suprimieron abruptamente los mercados tradicionales de exportación y las fuentes de adquisición de bienes y servicios, esenciales al funcionamiento productivo. Recuérdese la frágil estructura comercial externa de la Isla, claramente sesgada al intercambio con los países del CAME.

- Deformaciones en la estructura económica e institucional que se expresan en baja eficiencia y entorpecen el desarrollo fluido de los intercambios con Occidente

- Desequilibrios macroeconómicos que reflejan en el interior de la economía las repercusiones de la ruptura del frente externo

- El embargo económico de los Estados Unidos, acentuado por la expedición posterior de las leyes Torricelli y Helm-Burton.

Un aspecto importante para comprender el proceso de transformaciones que tiene lugar a partir de entonces, es que a lo largo del proceso revolucionario, se formaron valores políticos y morales en la población que les dan cohesión en torno al proyecto socialista y capacidad de resistencia organizadamente frente a las dificultades.


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