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La Inversión Extranjera Directa (IED)
y la crisis económica cubana



Leandro Venacio

CAPÍTULO I

Antecedentes Históricos

1.4 – Consideraciones finales del Capítulo 1

Finalmente, y en síntesis, de acuerdo a las medidas tomadas por los dirigentes cubanos durante todo este período, podemos afirmar que la política exterior cubana, “…modelada por el nacionalismo y el antiimperialismo” , ha seguido la siguiente directriz para aumentar su espacio político en estos años:

- A inicios de los ´60, difundir un internacionalismo proletario, consolidando la revolución socialista, la cual está relacionada con el concepto anti-imperialismo, con la obligación de ayudar a sus pares ideológicos en otros países a capturar y consolidar sus revoluciones. Desde una perspectiva fidelista, dicha solidaridad se traslada inevitablemente hacia un compromiso paralelo con el antiimperialismo, desde el momento en que las pretensiones hegemónicas de naciones como Estados Unidos son vistas como uno de los principales obstáculos al cambio revolucionario.

- En la conexión con Rusia y Europa del Este: La Habana vio una clara unión para contrabalancear la inmensa presión que Washington ejercía sobre la revolución en un esfuerzo por aislarla y por último destruirla. En efecto, el gobierno de Castro estaba bajo presión norteamericana tanto en lo militar como en lo económico. En ambas áreas estaba desapareciendo rápidamente el espacio operativo que se requería para proteger sus intereses y quizá incluso asegurar su supervivencia. Así, dado que el bloque soviético representaba una alternativa a las conexiones económicas cubanas, y que era además una fuente de asistencia para su seguridad, el pragmatismo y los principios ideológicos sugirieron un giro hacia el Este.

- Normalizar las relaciones Sur – Sur: a través de contactos Estado a Estado y a través de una línea más moderada, estableciendo relaciones diplomáticas con varios países latinoamericanos.

- Apertura a Europa Occidental y Canadá: han servido tradicionalmente como los principales puntos de acceso de la Revolución a los sectores de mercado altamente desarrollados de la economía global. Estas puertas de salida son vitales para Cuba. A pesar de su compromiso con el modelo socialista, Cuba, nunca mostró inclinaciones serias a retirarse enteramente del mercado mundial dominado por el capitalismo.

A finales de la década tiene lugar el derrumbe del bloque socialista y la consiguiente finalización de “Guerra Fría” y bipolarismo, con lo que se da inicio a una nueva etapa en la estrategia del desarrollo y en la política económica del país.


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