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PROTOPÍA

 

EL PRINCIPIO DE FUERZAS CENTRIFUGAS Y CENTRÍPETAS

 

Volvamos por un momento sobre el principio de economía interna. Si hiciéramos un dibujo con todas las personas que conforman una comunidad, podríamos rodearlo con una raya, y si tuviéramos buen pulso podríamos hacer de ella más o menos un círculo. La utilidad de esta operación la veremos más adelante. A partir de ahora, llamaré círculo a la comunidad de personas que ejercen su facultad de crear riqueza en base a la especialización del trabajo y el intercambio entre ellas del resultado de éste; a ésto llamamos economía interna. En un círculo, las posiciones centrales representan las posiciones jerárquicas superiores. Todo círculo tiene posiciones centrales, por eso me gusta esta representación de la economía, ya que incluye naturalmente el principio jerárquico.

Un círculo es algo que da vueltas con facilidad, y al hacerlo genera unas fuerzas que tienden a expulsar fuera del círculo a lo que hay dentro de él. A esas fuerzas se las llama fuerzas centrífugas. La razón por la que las cosas dentro de un círculo no salen de él a pesar de las fuerzas centrífugas cuando el círculo da vueltas, es que hay fuerzas contrapuestas que los empujan hacia adentro. A éstas se las llama fuerzas centrípetas.

Aunque evidentemente los círculos económicos no dan vueltas en ningún sentido, sí que generan fuerzas que tienden a expulsar a los individuos de su seno, y fuerzas que los retienen dentro de ellas. Por un asunto meramente de ahorro de palabras, les he puesto estos nombres mnemotécnicos. Son fuerzas centrífugas las que tienden a dejar fuera del juego económico a las personas que lo juegan, y son fuerzas centrípetas las que tienden a mantenerlos en él.

El principio de fuerzas centrípetas y centrífugas establece cómo se generan en el seno de los círculos económicos. Y por ello es un poquito más complejo que los que hemos visto hasta ahora. Por definición, una persona está dentro del círculo cuando intercambia dentro de él, haciendo un trabajo y obteniendo la satisfacción de sus necesidades, o incluso, bienes como para satisfacerlas en el futuro. Está fuera cuando no puede intercambiar nada. Así pues, por definición, los parados, los marginados, los pobres, y por extensión, el Tercer Mundo, están más o menos fuera. Naturalmente, solo se puede estar fuera estando fuera de algo. Ese algo ya sabemos todos lo que es.

Ahora bien, las fuerzas centrípetas son las que permiten que el círculo exista pese a las fuerzas centrífugas (que todavía no hemos identificado).

La fuerza centrípeta por antonomasia es precisamente el principio de economía interna. En efecto, la ganancia de trabajo que se obtiene con la especialización, tiende a juntar a las personas en círculos (económicos).

Ahora bien, no necesariamente en los MISMOS. Las fuerzas centrípetas podrían (y pueden) actuar entre las personas que han sido arrancadas de otro.

Es más, las fuerzas centrípetas pueden formar círculos EN LA PERIFERIA de los círculos que existen. Esto es precisamente lo que me esforcé en mostrar en el capítulo pasado.

¿Qué es una fuerza en este contexto?. Una fuerza es cualquier circunstancia que favorece o perjudica un movimiento hacia el círculo. Ejemplos de circunstancias pueden ser leyes, costumbres, personas, sucesos medioambientales, tecnologías, trabajos particulares... Una fuerza centrífuga es una circunstancia que favorece el empobrecimiento de alguien, y que, puesto que lo hace más pequeño, también reduce su potencial de creación de riqueza. Importa bien poco si existe o no conservación del momento cinético y este empobrecimiento genera el enriquecimiento de otro (es un chiste para físicos). Lo que importa es que la circunstancia favorece la expulsión del círculo de alguien. Salvo que algo o alguien vuelvan a meterlo, el nuevo pobre queda fuera del juego. Lo cual hace al círculo más pequeño. Y ya sabemos que no es totalmente cierto que un círculo más pequeño tenga que ser más pobre, pero lo que si es verdad es que en igualdad del resto de condiciones (tecnología, redundancia, etc), un círculo más pequeño es un círculo más pobre, porque tiene menos posibilidades de explotar la especialización del trabajo.

Existe la creencia generalizada de que los grandes ricos se aprovechan de la miseria del mundo. En parte esto es cierto, pero en parte no lo es.

Los grandes ricos del mundo tendrían la misma o mayor riqueza si no hubiera miseria en el mundo. No hay más que observar la dinámica de los círculos.

Las posiciones centrales de los círculos acaparan la producción del círculo, ahora bien, la producción misma depende de la extensión del círculo; cuanto mayor fuera el círculo, mayor sería la cantidad que podría acaparar el centro (jerárquicamente). Pero si la gente queda fuera del círculo, entonces no podrá producir, y si no produce, entonces tampoco el centro del círculo tendrá nada que acaparar. La mayoría de los ricos que han estudiado Historia aplicadamente ya lo saben. Sin embargo, tampoco acaban de encontrar una manera de aumentar la extensión del círculo que no les perjudique personalmente.

Como una pieza más de la maquinaria, todos y cada uno de los ricos de un círculo, están sometidos a la ley de que para impulsarse hacia el centro del círculo tienen que apoyarse en otros que son empujados simultáneamente hacia afuera, en el bonito juego llamado competitividad. Probablemente, estarían de acuerdo en adoptar alguna medida que sujetara a las personas en la periferia del círculo sin que se vayan del todo, si ello no comprometiera su propia impulsión hacia arriba. De hecho, lo han hecho montones de veces en la Historia, como más adelante veremos. De momento, lo único que han encontrado es que si atontan a las personas de fuera del círculo suficientemente, éstas seguirán intentando entrar de nuevo en el círculo, antes que organizarse en otro. No tienen muy claro, o quizá sí lo tengan, vaya usted a saber, de donde salen las fuerzas que estas personas muestran intentando volver a entrar. Lo que sí tienen claro es que el empuje que ejercen estas personas sustenta su propia impulsión. Por el contrario, algo que todos tienen muy claro es que si quienes están fuera se dedican a su propio juego, no van a encontrar apoyo para su impulsión, y se les va a desmoronar el chiringuito. Es bastante simple. En el momento en que se forme otro círculo, muchas personas dejarán el primero y se irán al otro, dejando de colaborar (jerárquicamente) en el mantenimiento de la jerarquía del círculo primero.

Exactamente, lo que yo propongo es que todo el mundo sepa que si dejan de hacerle el juego a los círculos establecidos y generan los suyos propios, no solo encontrarán que es mucho más fácil para los "descarriados" generar riqueza en sus propios círculos, sino que, como premio añadido, obtendrán la venganza del desmoronamiento de los círculos que les rechazaron. La razón última del desmoronamiento del sistema feudal no fueron sus conflictos internos, sino que los capitalistas generaron su propio círculo económico, absorbiendo las bases sociales del círculo feudal. El sistema que usaron fue el que propongo: pasaron completamente de lo establecido y se dedicaron a otra cosa con otra gente.

En realidad, no hace falta que tales nuevos círculos sean la pera limonera (o sea, una fantástica utopía), sino que sean una alternativa cualquiera a estar fuera del círculo, esperando a entrar, sin hacer nada y muriéndose de asco. Con eso es más que suficiente. En realidad, no existe una frontera bien establecida para la mayoría de los círculos que existen. A menudo simplemente se está más cerca o más lejos del centro.

En el pasado, muchas veces ha sucedido que se han establecido nuevos círculos (es decir, nuevos centros de poder), socavando las bases de otros, o simplemente compitiendo demográficamente con ellos. Lamentablemente, este suceso ha ocurrido más o menos espontáneamente. Propongo que suceda de un modo planeado.

¿por qué?. Porque a medida que crece la tendencia a generar nuevos círculos a partir de las personas en la periferia de otros, los círculos necesitan generar más fuerza centrípeta si es que quieren sostenerse. Dicho de otra manera, las personas tienen más donde elegir y las personas situadas en el centro de los círculos (los poderosos) tienen que ofrecer mayores facilidades de vida a los que no lo están. No es más que aplicar el viejo concepto de la competencia, que tanto gusta a nuestros actuales grandes hombres (aunque esta vez no les convenga).

Supongo que si hay alguien que tenga una especie de conciencia de clase superior se molestará con esta afirmación, sin embargo, espero que al final llegaremos a una reconciliación. A fin de cuentas, personalmente no creo que unos círculos sean mejores que otros. No creo que se esté mejor dependiendo de unos que de otros. Matar a las personas que ocupan las posiciones centrales de los círculos, además de una salvajada, es un acto bastante inútil, porque en los círculos existen inevitablemente posiciones centrales. Si no las ocupan unos, las acabarán ocupando otros, aunque lo hagan disimuladamente. Personalmente, no creo que la cuestión sea si este círculo o el otro, si con Fulanito o Menganito.

Creo sinceramente que la cuestión es que las personas fuera del círculo no solo no están bien ahí fuera, no apoyan en nada la existencia del círculo, y en resumidas cuentas no pintan nada ahí fuera, sino que son un potencial foco de otros círculos que se traducirán en competencia (guerra) y en el mejor de los casos más bien socavan la tranquilidad de las posiciones internas que otra cosa. MEstoy diciendo entonces que hay que admitir que existan diferencias sociales pero hay que conseguir que nunca lleguen al extremo de forzar a las personas menos ricas a tomar alternativas?. Si, poco más o menos es lo que digo. Pero esta opinión no está aún suficientemente fundamentada. De modo que debo presentar algunos principios más.

Pero ¿Cuales son, en resumidas cuentas, las fuerzas de las que hablamos?. Explicaré una por una en adelante, pero por ahora baste una breve enumeración.

Las fuerzas centrípetas son, entre otras posibles:

  • -La redistribución de la riqueza (para cierta clase de redistribución).

  • -La educación (permanente).

  • -La justicia (en proporción a su eficacia).

  • -La redistribución de los riesgos.

  • -La tecnología empleada para disminuir el trabajo global.

  • -El control de la discriminación.

  • -La responsabilidad civil.

  • -La gratuidad de los bienes esenciales.

  • -La propiedad privada (cuanto más estable mejor).

  • -La competitividad moderada.

Las fuerzas centrífugas son, entre otras:

  • -La competitividad exacerbada.

  • -La intolerancia.

  • -El separatismo.

  • -El nacionalismo.

  • -La guerra.

  • -La injusticia.

  • -La irresponsabilidad.

  • -La escasez.

  • -Las catástrofes naturales y plagas.

  • -La insolidaridad.

  • -Los monopolios.

  • -La tecnología empleada para reducir los puestos de trabajo.

  • -Las diferencias abismales de riqueza entre unas personas y otras.

En realidad, es bastante sencillo. Una fuerza centrífuga es aquella que deja a alguien desocupado, rechazado, eliminado, sin opciones, marginado, retenido en posiciones periféricas por debajo de sus posibilidades personales, etc. Ver porqué, entonces, son fuerzas centrífugas, las que apunto como tal, es bastante sencillo. Quizá sea más complicado ver porqué son centrípetas las otras. Entre otras razones, algunas de ellas tengo que empezar por describir QUE son. Lo veremos más adelante.

Hasta no hace mucho pensaba que lo único bueno que tienen las fuerzas centrífugas es que no les dan mucha cancha a las personas de la periferia para reproducirse, y por tanto le impiden a la población mundial crecer lo suficiente como para arrasar el planeta. Visto que hay otras formas de cargárselo y que a fin de cuentas no parece que la miseria impida a la gente reproducirse, he reconsiderado mi opinión y ahora creo que la misma superpoblación seguramente es el efecto de un mal ajuste del círculo económico global, y al final de libro daré, naturalmente, mis razones.  


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