¿Buscas otro libro?
Buscalo aquí:
Amazon Logo





 

 

Pulse aquí para acceder al índice general del libro.

Pulse aquí para bajarse el libro completo en formato DOC comprimido ZIP (95 páginas, 237 Kb)

AGUA QUE NO HAS DE BEBER...
60 respuestas al Plan Hidrológico Nacional


José María Franquet Bernis

 

 

TERCERA PARTE: EL PLAN HIDROLÓGICO DE LA CUENCA DEL EBRO

54. ¿Es necesario poner en riego, en la cuenca del Ebro, muchos miles de hectáreas?

Responderemos a esta pregunta en dos grandes apartados:

a) Las previsiones del Plan Hidrológico del Ebro:

Ya entrando de lleno en los incrementos de zonas regables, veamos que el Plan Hidrológico de la cuenca del Ebro prevé la creación de 198.680 nuevas hectáreas en un horizonte de 10 años y de 237.192 ha más a largo plazo (20 años) en toda la cuenca hidrográfica, conformando, en su globalidad, la desaforada cifra de 435.872 nuevas ha como mínimo. Con ello, solamente por este concepto, para una dotación media prevista de más de 8.100 m3/ha y año, se tendrían unas necesidades añadidas de casi 3.569 hm3 para el horizonte 2012.

Concretamente, en la Junta de Explotación del Bajo Ebro, junto a otras actuaciones bien conocidas en la zona (regadíos de la Terra Alta, zonas regables de Aldea-Camarles y Xerta-Sénia) se prevé la ejecución material de un cierto proyecto bautizado como "Plan Maestro" que, a juzgar por su considerable magnitud (transformación a regadío de 23.300 ha en 20 años) mejor pudiérase denominar "Plan Catedrático". El conjunto zonal supone, en fin, la puesta en riego, a largo plazo, de 54.000 nuevas hectáreas.

b) Análisis crítico de la demanda prevista:

En primer lugar, con respecto a las hipótesis y directrices que se derivan del Documento analizado, el que suscribe concede absoluta prioridad a la aplicación de los criterios utilizados en el mismo, en orden a:

1) Promover la mejora de las infraestructuras de los regadíos ya existentes, como medida de ahorro de agua.

2) Incrementar la racionalización y tecnificación del uso del agua en las zonas regables ya existentes.

3) Promover la reutilización de las aguas residuales en todos aquellos lugares y para todos los cultivos en que resulte técnica y sanitariamente viable.

4) Promover el incremento de los recursos regulados en la Cuenca a fin de suministrar el agua necesaria para el regadío.

Sentadas estas premisas, es necesario hacer expresa reserva de la viabilidad real de conseguir la realización de estas transformaciones en poco más de 11 años (segundo horizonte temporal del Plan), aún disponiéndose de los recursos financieros necesarios.

La transformación en regadío de una zona de secano reviste gran complejidad socioeconómica, lo que origina que el tiempo de maduración de la inversión sea más largo que para otras inversiones a realizar en el mismo territorio. También se prolonga el tiempo medio de recuperación del capital invertido ("pay-back") en relación a otras inversiones alternativas; esta circunstancia se agrava en el caso de la opción por el establecimiento de cultivos leñosos (árboles frutales, especies forestales, etc...).

Entendemos que estos aspectos deben ser tenidos muy en cuenta en el momento de elaborar los programas de inversión, al objeto de evitar que recursos hidráulicos y económicos limitados queden comprometidos en inversiones sin un calendario claro, en detrimento de otras inversiones socialmente más sencillas.

La previsión anterior de 435.872 ha contemplada en el Plan Hidrológico de la Cuenca del Ebro aquí analizado responde, evidentemente, a los buenos deseos de las partes implicadas y a la estimación de necesidades futuras -en el momento de elaborar la documentación básica del Plan- de las diferentes zonas en cuanto a la demanda de agua para regadíos. Sin embargo, es bien cierto que las previsiones del desarrollo del marco agrícola comunitario, la ampliación hasta la UE-25, la reforma de la PAC ("Política Agrícola Común") y las prognosis relativas a la actividad agraria conducen a un reforzamiento de los programas de congelación de tierras, a la disminución de la protección por la vía de precios garantizados y de ayudas a la producción, incrementando, no obstante, las ayudas directas a las rentas agrarias, siempre dando preferencia a los nuevos países miembros de la Unión.

La reforma a la que nos referimos cambia también la orientación esencialmente productivista de la política anterior, implicando más al agricultor y al ganadero con el medio natural y estimulando producciones alternativas que defiendan el mundo rural y el medio ambiente, dando respuesta así tanto a las necesidades objetivas de amplias zonas geográficas de nuestro país, como a las demandas generalizadas de la sociedad moderna.

Debería pensarse, pues, antes que en aumentar de forma notable la cantidad de hectáreas a regar, en proyectar acciones dirigidas a mejorar los regadíos ya existentes, a disminuir el consumo de agua en los mismos y a ampliar los riegos actuales únicamente con vistas a la reconversión de las producciones excedentarias por otras claramente deficitarias.

En cualquier caso, las nuevas dotaciones para regadío deberían tener muy presentes las siguientes líneas de actuación:

1) Racionalizar los consumos agrícolas actuales.

2) Reutilizar, en la medida de lo posible, las aguas procedentes de las plantas depuradoras. A título orientativo, constatemos que la reutilización para uso agrícola puede ser significativa a nivel de ciertas cuencas internas.

3) Regular y utilizar al máximo los recursos superficiales de cada zona.

4) Utilizar mejor los acuíferos propios, puntualmente, para atender las demandas de cada subzona. En esta situación, no se tiene que hacer "minería del agua" sino que, por el contrario, procede llevar a cabo una explotación controlada y racional de dichos recursos.

5) Racionalizar la explotación y la gestión del agua en todo el ámbito territorial de la Cuenca Hidrográfica.

En cualquier caso, los mencionados regadíos deberían de promocionarse acompañados de una adecuada información bajo el punto de vista de la potencialidad edafo-climática, así como de los diferentes tipos de cultivos a establecer y de sus salidas comerciales en los mercados interiores y exteriores.

En su consecuencia, el incremento de la demanda de agua para regadío al horizonte 2012, que se evaluaba en el Plan en 3.569 hm3, o bien su equivalente, expresado en caudal ficticio continuo, de 113 m3/seg., será probablemente bastante inferior, en base a las múltiples dificultades que, con respecto a su viabilidad socioeconómica y comercial, hemos recogido y razonado "in extenso" en las consideraciones o sugerencias anteriores.


Google
 
Web eumed.net

 

Volver al índice de AGUA QUE NO HAS DE BEBER...  

Volver a "Libros Gratis de Economía"

Volver a la "Enciclopedia y Biblioteca de Economía EMVI"